Trampa para el Búfalo Villalibre


Asier Villalibre cotiza al alza en los planes de Garitano. En verano tenía ya el sello puesto para salir cedido, pero no se concretó ninguna operación. Se quedó y el técnico aseguró que tanto el delantero de Gernika como Ganea lo iban a tener muy difícil. Pero el búfalo, con paciencia, ha logrado que le den una oportunidad, después de que el entrenador de Derio hiciera también su apuesta por Kodro.



Villalibre venía de ser titular ante el Espanyol y anotar su primer gol en Liga, en una jugada ensayada en un córner. Una muesca para sumar al doblete de Sestao. Y al penalti decisivo con el que cerró la tanda copera en Tenerife para certificar el billete a cuartos.

Ayer vivió su primera vez en el once en San Mamés. Escoltado por Williams en la derecha, El capitán Muniain en la izquierda y Raúl García desde la posición de enganche. Mal día para ser delantero. El verde bilbaíno no era, ni mucho menos, una pradera en la que poder correr libremente al espacio. Era un terreno minado, con trampas, con trincheras cavadas cada pocos metros. Nueva oda a la interrupción. Además, el rápido y pegajoso Djené se convertía en su sombra la mayor parte del tiempo.

En la primera parte, Villalibre apenas pudo entrar en juego. Cuando el Athletic jugaba en largo, el encargado de pelear esos balones era Raúl García. Apenas un par de detalles en apoyos, como uno en el que utilizando bien el cuerpo le ganó la partida a Damián antes de centrar sin suerte. En el minuto 23 pisó área por primera vez buscando un remate tras un centro desde la derecha, pero Djené interceptó el envío de Williams. Pasada la media hora cayó en un fuera de juego.

Llegó un duro golpe. El equipo azulón había logrado instalar la ceremonia de la confusión sobre el terreno de juego. Más acostumbrado a este tipo de peleas ásperas, en un visto y no visto se apuntó el 0-1 con una doble pared de Damián que, tras un recorte final, batió al recuperado Unai Simón con un tiro cruzado. Villalibre respondió con su primer disparo, tras pase de Williams. Escorado, pudo sacar su zurda, pero David Soria mandó la pelota a córner con la manopla.

Nada más volver del descanso, vía VAR, a los leones les atropelló un penalti por mano de Lekue, transformado por Mata. Un 0-2, una situación más que ideal para un Getafe que juega con los tiempos como nadie. Sin con el 0-0 apenas se había jugado… Como diría Ramón Trecet, se necesitaba “una reacción de primera magnitud”.

Pero los leones no sabían cómo hacerlo. Triple cambio en el minuto 67. Uno de los relevados fue Villalibre, sin nada que llevarse a la boca prácticamente en esa hora larga de juego que tuvo. El maestro Aduriz, de vuelta tres meses después, sustituyó al alumno. Este partido sí que fue como una visita al dentista, como decía Caparrós cuando tocaba ir al Camp Nou ante un gran Barça. Desagradable.


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