Tras haber visto la pobreza en Colombia, Adriana Kugler está a punto de hacer historia en la Fed

Tras haber visto la pobreza en Colombia, Adriana Kugler está a punto de hacer historia en la Fed

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Adriana Kugler, nominada para ser miembro de la Junta de Gobernadores del Sistema de la Reserva Federal, testifica durante una audiencia de nominaciones bancarias del Senado el 21 de junio de 2023 en Washington, DC.DREW ANGERER (Getty Images via AFP)

Ha pasado por algunas de las oficinas más poderosas y recorrido los pasillos de la Casa Blanca, pero Adriana Kugler conoce de cerca la lucha por una vida digna. La colombiana-estadounidense pudiera convertirse pronto en la primera persona de origen latinoamericano en ocupar uno de los siete asientos del consejo de la Reserva Federal, el banco central de Estados Unidos. De confirmarse su puesto, sería un hito en materia de representación de minorías, a la vez que elevaría su visión del mercado laboral y el empleo a niveles de muchísima influencia.

La historia familiar de Kugler retrata el esfuerzo de varias generaciones por salir adelante. Su abuelo materno, según contó la propia Kugler recientemente en su comparecencia ante el Senado, tuvo que dejar su educación cuando su madre enviudó con seis hijos para alimentar. Sus abuelos paternos, al ser perseguidos por su religión judía, huyeron de Hitler. Su padre nació en Colombia y logró estudiar un posgrado en la Universidad de Minnesota, en donde nacieron sus hijos.

La familia regresó a Colombia, en donde Kugler terminó sus estudios de bachiller. La licenciatura la hizo en McGill University, en Canadá y su doctorado en la Universidad de California, Berkeley. La vocación por la academia y la economía es de familia. Su padre, Bernardo Kugler, fue profesor e investigador de varias universidades, entre ellas la Universidad Pompeu Fabra en Barcelona, donde luego ella también recalaría. Como colaborador del Banco Mundial, realizó estudios enfocados en el desarrollo en América Latina. Su hijo Maurice, hermano de Adriana, es profesor en la escuela de políticas públicas de la George Mason University. Igual que Adriana, ha trabajado también con varias multilaterales, así como en las Naciones Unidas.

“En Colombia estuve expuesta a problemas sociales desde muy joven”, le contó Kugler, de 53 años, a una revista de su alma mater, UC Berkeley, en diciembre del año pasado. “Mis padres estaban muy involucrados en proyectos sociales. Y recuerdo que desde niña me llevaban a los barrios marginales de Bogotá y a las zonas rurales. Viajamos por el país en coche. Mis padres trabajaban y mis abuelos vivían en otro lugar, así que pasaba los veranos con ellos. De hecho, mis abuelos maternos vivían en uno de los estados más pobres de Colombia. Entonces, desde muy joven, vi la falta de vivienda, el trabajo infantil, la pobreza y la falta de acceso a las necesidades básicas, como agua potable y electricidad. Y una infraestructura muy deficiente: recuerdo quedarme atrapada en una carretera con mis padres durante casi un día entero debido a la destrucción de una carretera”, dijo Kugler.

Su experiencia en Colombia sirvió como lente para estudiar el desarrollo. “Me di cuenta de que era la falta de acceso al trabajo lo que creaba obstáculos para las personas pobres y los hogares pobres. Esa falta de acceso a los ingresos laborales genera todo tipo de inequidades en los ingresos, pero también inequidades en la educación, en la vivienda, en el acceso a la salud y desigualdades en el acceso al sistema legal y al poder político. Fue la falta de acceso al trabajo ya los ingresos laborales lo que genera inequidades en todo lo demás”, dijo Kugler a la revista universitaria. Fue por esto que no solo estudió economía, sino también ciencias políticas.

“Es una mujer muy disciplinada, inteligente y ejecutiva”, dice Marcela Eslava, decana y profesora de Economía de la Universidad de los Andes sobre Kugler. Las economistas trabajaron juntas en distintas investigaciones académicas durante años de manera intermitente. Por su parte, Mauricio Cárdenas, economista colombiano investigador en la Universidad de Columbia, también ha trabajado con ella y la conoce desde sus días como estudiante en Berkeley.

“Es una economista sumamente talentosa”, dice Cárdenas, también ex ministro de Hacienda de Colombia, “además, es una persona buena, gentil, amigable, entonces estoy muy contento que la hayan nominado. Realmente le deseo lo mejor, creo que esto es un reconocimiento a una economista latina, alguien que nació en EE UU pero creció en Colombia, una mujer y una mujer con un fuerte expertise en mercados laborales”.

Uno de sus múltiples estudios encuentra que cuando, en 1990, Colombia pasó una reforma que redujo los costos relacionados con despedir a un empleado, el empleo aumentó y la informalidad disminuyó. Pero Kugler no declara dicha reforma una victoria absoluta. “Aunque la legislación sobre indemnizaciones está diseñada, en principio, para proteger a los empleados, esta termina perjudicándolos y restringiendo su capacidad de acumular experiencia y de aprender en el trabajo”, escribió en una columna publicada en el diario El Tiempo en 1998. “Un cambio en la legislación que suavice el vínculo entre la antigüedad y las indemnizaciones no solo aumentaría la capacidad de los trabajadores de adquirir experiencia, sino que también reduciría los costos de despedir trabajadores, generaría más demanda de trabajo y ayudaría a reducir el desempleo”, concluyó. (Una propuesta de reforma laboral reciente en Colombia hubiera revertido parcialmente esta flexibilidad para contratar, pero el Congreso votó en contra).

El bienestar y los derechos de los trabajadores, tanto en formalidad como en informalidad, ha sido siempre el enfoque de su carrera. Esto encaja bien con el partido Demócrata en EE UU, el cual ha buscado el apoyo de los sindicatos. Muchos trabajadores se volcaron en su contra en 2016 para votar por Donald Trump, desencantados por la Administración de Barack Obama. Joe Biden prometió ser “el presidente más favorable a los trabajadores” y en marzo propuso un incremento al salario a los empleados del sector público. Además, este año, el incremento promedio registrado en salarios en general por fin avanzó más que la inflación, lo que representa un éxito para la Casa Blanca.

Bajo la Administración de Obama, Kugler trabajó como economista jefe en el Departamento de Trabajo durante poco más de un año. Con Biden, regresó al Banco Mundial, en donde había colaborado como consultora, pero esta vez en un puesto mayor: como representante de los EE UU en la multilateral. Para ello, tomó una pausa de su trabajo como profesora en la Universidad de Georgetown, en Washington, en donde ha trabajado durante 12 años.

Kugler es la primera latinoamericana en 109 años en aspirar a uno de los puestos de mayor peso en la política económica de la superpotencia americana. Los miembros del consejo de la Fed, como se le conoce a la Reserva Federal, tienen un voto en la decisión de política monetaria del país, la cual define los tipos de interés. Además, la Fed tiene un mandato dual, ya que no solo se ocupa de la estabilización de precios (para contener la inflación), también busca alcanzar el máximo empleo posible en la economía. Es ahí en donde Kugler tiene mucho que aportar.

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