Un equipo de científicos ha descubierto en Argentina los restos de un enorme dinosaurio que llegaría a medir a medir 26 metros de largo y eso que estaba aún en fase de crecimiento. Los investigadores –liderados por el paleontólogo de la Universidad Drexel de Filadelfia Kenneth J. Lacovara– han bautizado al ejemplar como Dreadnoughtus, palabra que proviene etimológicamente de la frase en inglés dread nothing: que no le teme a nada. El dinosaurio, cuyos restos fueron hallados en la Patagonia, mediría casi 10 de alto y pesaría 60 toneladas cuando murió.
Según las conclusiones publicadas este jueves en la revista Scientific Reports, el Dreadnoughtus vivió hace entre 66 y 84 millones de años atrás. Pertenecía al grupo de los dinosaurios saurópodos, conocidos como titanosaurios. La mayoría de estos gigantescos animales, según explica el informe, se conocían hasta ahora a partir de unos pocos restos encontrados. El pasado mes de mayo, sin ir más lejos, se presentaron en el sur de Argentina los resultados de otro estudio basado en unos restos encontrados también en la Patagonia, entre los que se contaba un enorme fémur de 2,40 metros, perteneciente al que consideran el mayor dinosaurio encontrado hasta ahora en el mundo. El Dreadnoughtus pertenece a su misma especie herbívora.
Los investigadores siguen estudiando los fósiles, que se encontraban en unas condiciones de conservación excepcionalmente buenas al momento de ser hallados, en 2005. Cuatro años más tarde, en 2009, se lograron desenterrar más de 200 huesos componentes del enorme esqueleto, el más completo que se ha encontrado nunca de un exponente de sus características, según explica Lacovara en el informe. “Contamos con 16 toneladas de huesos en mi laboratorio ahora mismo”, ha declarado el científico a The New York Times.
El rotativo estadounidense recurre a un ejemplo para explicar mejor las cifras de las inmensas dimensiones de estos reptiles y aclara que un avión Boeing 737 vacío pesa unas 43 toneladas, casi 20 menos que el Dreadnoughtus. Los investigadores han podido reconstruir ya el 45% de su esqueleto, que cuenta con un fémur de más de 1,80 metros de largo. Además, han escaneado con rayos láser cada uno de los huesos y los han reproducido en figuras de tres dimensiones. Gracias a ello, otros paleontólogos tendrán la posibilidad de estudiarlos a pesar de no tener acceso directo a ellos e incluso hacer réplicas tridimensionales.
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