Trece aperitivos

Trece aperitivos

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Trece, ese número con mala fama, fueron los aperitivos diseñados por el chef Paco Roncero para la cena de gala en el Palacio Real que por iniciativa de la Zarzuela dio el pistoletazo de salida a la cita de la OTAN en Madrid. La elección del número fue uno de los mensajes ocultos de la cumbre. Como el mundo está del revés, exorcicemos los peligros, invocándolos. Cambiemos el discurso. Lo que antes era fatídico, ahora podría ser aliado.

Imagino que los 13 aperitivos se sirvieron a manera de finger food, como se estila ahora. Y que su servicio acompañó a los dignatarios a disfrutar del Palacio Real, uno de los mejores edificios monumentales que tenemos en la capital. El listado de los 13 aperitivos quedará ya como un auténtico logro de la cumbre como reto gastronómico y merece una digestión detallada. Comenzó con una aceituna esférica, esa oda al origen y a la tecnología. Un ejemplo un tanto redundante de I+D. Siguió con un brioche de atún rojo a la mostaza antigua, una fantasía afrancesada para recordar la base naval de Rota. El ceviche de corvina con leche de tigre recurre al popurrí global de tendencias que impone nuestra condición de madre patria. El airbag de picaña es una forma elaboradísima y explosiva de rebautizar esa bolita de carne que podría ser una deliciosa albóndiga. Bogavante con sopa de aceite y pomelo rosa (un guiño al Orgullo LGTBI). Tortilla de camarones (otro guiño a Sanlúcar y Cádiz, que tanto hicieron por el descubrimiento de América). La sardina marinada con salsa de romesco, un acierto, ya que este pescado por San Juan está en su mejor momento. Taco de ternera glaseada, una caricia chic al momento polémico que vive la industria cárnica. Gilda de salmón, un gesto de cariño de Madrid a Oslo, ¡no olvidemos su petróleo y su gas! Kikos con guacamole, porque muchos jefes de Estado son también padres de familia. Y, último, pero no menos importante, buñuelos de bacalao. Porque Portugal, tan lejos pero tan cerca, también existe.

La noche del martes, el Palacio Real de Madrid acogió la cena previa a la cumbre de la OTAN que se celebra en Madrid, la primera que acoge la capital española desde 1997. Los Reyes fueron los anfitriones, y el buen ambiente se dejó ver en las conversaciones y los guiños cómplices entre los mandatarios. Acudieron 60 comensales: 14 presidentes, 21 primeros ministros, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y 18 acompañantes. El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, no acudió finalmente al quedarse explicando a la prensa el acuerdo entre Turquía, Finlandia y la primera ministra sueca, que ha permitido desbloquear el ingreso de los dos países nórdicos en la Alianza. En la imagen, el rey Felipe, el presidente español Pedro Sánchez, su homólogo francés Emmanuel Macron y, al fondo, el presidente canadiense Justin Trudeau, charlan animadamente antes de la cena.SUSANA VERA (REUTERS)Los reyes Felipe y Letizia reciben al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y a su esposa, Jill Biden, en el Salón del Trono del Palacio Real. La Reina y la primera dama dejaron ver su buena sintonía después de sus encuentros del lunes y el martes, en los que se vieron en el palacio de la Zarzuela, acudieron a la Asociación Española contra el Cáncer y a un centro para refugiados ucranios. A su llegada al Palacio, doña Letizia volvió a dejar a un lado el protocolo y besó a Jill Biden. JUANJO MARTIN (EFE)Durante el martes, la Reina y la primera dama mantuvieron un encuentro en el que la esposa de Felipe VI llevó un traje pantalón blanco de Carolina Herrera, similar al que después usaría en la cena Jill Biden. Por eso, por la noche la Reina le dijo a Jill Biden: “¡Te has cambiado de ropa!”, a lo que ambas se rieron. Entonces Jill le contó a su esposo: “Llevaba un traje blanco hoy y le dije: ‘Ay, no, ¿te vas a poner eso esta noche?”, temiendo coincidir. En la imagen, los Reyes de España posan junto a la pareja presidencial estadounidense en el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid.JUANJO MARTIN (AFP)Finalmente, la Reina y Jill Biden no coincidieron en su elección de vestuario. Doña Letizia llevó un vestido de la firma española The 2nd Skin Co., que ya lució en los premios Princesa de Asturias de 2021, y unos zapatos de Manolo Blahnik que también ha llevado en otras ocasiones en los últimos tres años. Sin tiara (no había que llevarla al ser una cena oficial, pero no de gala: por lo que el protocolo marcaba traje oscuro para los hombres y de cóctel para las mujeres), la Reina usó algunas de las joyas más importantes de la familia real: las pulseras gemelas de diamantes, de la casa Cartier, y los pendientes de chatones, también de diamantes.Alberto Ortega (Europa Press)Los Reyes también mostraron una gran sintonía con el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y su mujer, Brigitte Macron. De hecho, a su llegada, la Reina agarró cariñosamente a la esposa del mandatario y le dio dos besos, saltándose de nuevo el protocolo.JUANJO MARTIN (EFE)A partir de las siete y media de la tarde del martes, los Reyes empezaron a recibir a los mandatarios internacionales. El Rey comentó en su discurso posterior que el Palacio Real nunca había reunido a tantos jefes de Estado y de Gobierno. Finalmente, la cena se retrasó media hora y contó con cuatro comensales menos de los previstos.JUANJO MARTIN (AP)Los Reyes posan junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su esposa, María Begoña Gómez. Ella eligió para la ocasión un vestido del diseñador Marcos Luengo.JUANJO MARTIN (EFE)En la imagen, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, charla con el presidente de EE UU, Joe Biden, y el de Francia Emmanuel Macron. Solo seis mandatarias acudieron a la cena. Andrea Comas (AP)Los mandatarios y sus acompañantes cenaron un menú de 15 platos creado por el chef Paco Roncero. Estuvo compuesto por un largo cóctel de 13 platos, aperitivo, plato principal y postre. En el cóctel se sirvieron gildas, croquetas de gambas al ajillo, bogavante con pomelo rosa, buñuelos de bacalao, gazpacho o tortillitas de camarones.CASA DE S.M. EL REY/FRANCISCO GO (REUTERS)Junto al largo cóctel, se sirvió una merluza con salsa ‘menier’ y, de postre, coco con granizado de menta. En la imagen, los Reyes con el presidente Pedro Sánchez, junto al que se sentó la Reina durante la cena y con el que se la vio departir y reír.BERTRAND GUAY (AP)Los reyes Felipe y Letizia saludan al primer ministro de Luxemburgo, Xavier Bettel, y a su esposo, el arquitecto Gauthier Destenay. Se casaron en 2015 y su matrimonio fue la primera boda gay de un jefe de Gobierno del mundo en activo.JUANJO MARTIN (EFE)Cuando los mandatarios se desplazaron hasta el Palacio Real para la cena, sus vehículos se aparcaron en la plaza Mayor de Madrid, como muestra esta vista aérea.NACHO DOCE (REUTERS)El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, entró al salón del Palacio Real conversando animadamente con los Reyes, a los que felicitó y agradeció la celebración de una cena de este calibre previa a la cumbre de la OTAN. Johnson acudió sin su esposa, Carrie Symonds. Durante los dos días de la cumbre, la reina Letizia se convertirá en la anfitriona del programa creado para los acompañantes (que no cónyuges) de los mandatarios, que incluyen una visita a la Granja de San Ildefonso (Segovia), al museo Reina Sofía y un ensayo de ópera en el Teatro Real.JUANJO MARTIN (AP)El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, charla con la primera ministra islandesa, Katrín Jakobsdóttir, en presencia de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen (al fondo), durante el cóctel celebrado en el Palacio Real de Madrid con motivo de la cumbre de la OTAN.JONATHAN ERNST (AP)

Una conclusión: aunque está todo para chuparse los dedos, la OTAN está fuertemente armada contra lo vegano. Y esa estrategia también se evidenció en la otra cena, en el Museo del Prado, propuesta por la Moncloa e ideada por José Andrés: espaldita de cordero cocinada a baja temperatura con puré de limón. Aunque muchos lo ven como respuesta a la merluza servida en el Palacio Real, se constata la total dependencia de la proteína animal entre nuestros mejores cocineros.

Mientras el mundo se tambalea y se recompone, Madrid y España se refuerzan a nivel internacional. Gracias también a la presencia de los viriles y atractivos hermanos Vitali y Wladimir Klitschko. Vitali, que es alcalde de Kiev, declaró en cuanto pudo que “necesitamos más armamento defensivo”, aunque ellos, exboxeadores, salta a la vista que no lo necesitan. Entre mis amistades se hizo casi unánime la petición de que se queden en Madrid hasta la semana próxima para reforzar el Orgullo y difundir su mensaje con su armamento y sus mandíbulas de acero.

El miércoles por la noche, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ofreció una cena para los mandatarios de la OTAN y sus acompañantes en el Museo del Prado de Madrid. Junto a él estuvo su esposa, la directora de la cátedra extraordinaria de Transformación Social Competitiva de la Universidad Complutense de Madrid, Begoña Gómez, que charló animadamente con todos los presentes y que demostró gran sintonía con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, con quien se fotografió agarrados de la mano. La esposa de este, Jill Biden, no acudió al evento, sino que le acompañaron sus nietas, Finnegan y Daisy. Juanjo Martín (EFE)Los cuadros se convirtieron en escenarios perfectos para los retratos de los mandatarios, que parecían conversar con ellos. En la imagen, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, (que a su llegada se mostró impresionado por la belleza del Prado) ante ‘La Inmaculada Concepción’, de Rubens (1628).BERTRAND GUAY (AP)El presidente francés, Emmanuel Macron, y su esposa, la profesora Brigitte Macron, observan junto a la esposa del primer ministro de Bélgica, Annik Penders, una de las obras cumbre del Museo del Prado, ‘La familia de Carlos IV’, pintada por Francisco de Goya en 1800 y que muestra al entonces soberano, su esposa, hijos y familiares más directos como humanos, pero también como seres divinos y coronados por la gracia de Dios.BERTRAND GUAY (AFP)Pedro Sánchez mostró su cercanía con los jefes de Estado y de Gobierno presentes en la cena del Museo del Prado. En la foto, el presidente del Gobierno observa ‘Las Meninas’ de Velázquez junto a algunos de ellos, sujetando del hombro a Viktor Orbán, primer ministro de Hungría.Brais Lorenzo (EFE)El chef José Andrés fue el encargado de preparar el menú de la cena y quiso saludar a los acompañantes de los jefes de Estado y de Gobierno que participan en la cumbre de la OTAN en Madrid antes de servirlo. Entonces contó que el menú era un “un homenaje a todos los ‘food fighters’, los cocineros y voluntarios ucranios que cada día arriesgan sus vidas para cocinar y llevar alimento a personas en zonas de guerra”.
La comida consistió en un aperitivo de bacalao, naranja y remolacha; un entrante de gazpacho de bogavante con verduras de verano al aroma de albahaca y aceite de oliva virgen extra, arbequina; y un plato principal de espalda de cordero a baja temperatura con puré de limón. Como postre sirvió una creación propia llamada ‘Sabores de Madrid’, donde unió en una receta anís de Chinchón con fresas de Aranjuez, barquillos y los típicos caramelos de violeta. Ballesteros (EFE)Una de las fotos más icónicas de la noche fue la de Boris Johnson posando junto a ‘Las tres gracias’, una de las obras más personales y queridas de Rubens (1630-1635) y situada en la galería principal del Museo del Prado. El primer ministro británico cenó, junto al resto de mandatarios, en el claustro del Museo, junto a una estatua de Felipe II en la que el monarca español aparece con la inscripción en latín “Rey de Inglaterra”, título que ostentó (bajo el nombre de Felipe I y antes de ser rey en España) mientras estuvo casado con María Tudor, entre 1554 y 1558.Ballesteros (REUTERS)El presidente de Estados Unidos, ante ‘Las Meninas’ de Velázquez, junto al primer ministro de Malta, Robert Abela, y la esposa de este, Lydia Abela.A. Ortega. Pool (Europa Press)El presidente francés, Emmanuel Macron, pasa junto a uno de los 12 apóstoles de Rubens, ‘Santiago el Mayor’ (1610-1612), uno de los apóstoles, y también peregrino, “de mayor fuerza y rotundidad de toda esta serie”, como reseña el Museo del Prado, y que sostiene la mirada al espectador.Ballesteros (EFE)La esposa del presidente francés, Brigitte Macron, saluda cariñosamente a la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Pese a su buena sintonía, no cenaron juntas: los líderes lo hicieron en el claustro, mientras que sus acompañantes estuvieron en la llamada Sala de las Musas, en el interior del Museo del Prado.Andrea Comas (AP)Una imagen de la cena de los acompañantes de los jefes de Estado y de Gobierno que participan en la cumbre de la OTAN. Por la mañana acudieron a La Granja de San Ildefonso y visitaron la Real Fábrica de Cristales de la localidad segoviana. Como obsequios, recibieron una serie de botellas con el escudo de España grabado sobre ellas y los vasos a juego realizados en la fábrica segoviana.Ballesteros (EFE)El primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, no pudo más que mostrarse boquiabierto ante las obras de arte que cuelgan de la galería principal del Museo del Prado de Madrid. El británico fue uno de los primeros mandatarios que se aventuró a incursionar por las salas aledañas de la pinacoteca mientras el resto de líderes charlaban entre ellos.A. Ortega. Pool (Europa Press)La orquesta de Kiev interpretó unas piezas momentos antes de la cena que el presidente español ofreció a los jefes de Estado y jefes de Gobierno que participan en la cumbre de la OTAN. Los músicos fueron un claro recordatorio de la situación que vive Ucrania y un homenaje al país, en guerra con Rusia desde el pasado febrero. Como decían algunos de sus miembros durante los ensayos en El Prado: “Somos un frente cultural en medio de la guerra”.Fernando Calvo y Borja Puig de la Bellacasa (Pool)Pedro Sánchez y Begoña Gómez quisieron agradecer a la orquesta de Kiev su participación en la cena para los líderes de la OTAN y sus acompañantes celebrada el miércoles en el Museo del Prado de Madrid.Fernando Calvo y Borja Puig de la Bellacasa (Pool)El presidente de Rumania, Klaus Werner Iohannis, charla con el primer ministro británico, Boris Johnson, en el Museo del Prado. Tras ellos, un retrato de la reina Ana de Austria pintado por Rubens en 1622. Los líderes cenaron juntos en el claustro del Museo y como obsequio recibieron monedas acuñadas por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre con motivo del 275º aniversario del nacimiento de Francisco de Goya.BERTRAND GUAY (AP)Begoña Gómez (vestida del diseñador español Marcos Luengo, al igual que la noche anterior en la cena del Palacio Real junto a los Reyes de España) fue la anfitriona de la docena de acompañantes de los jefes de Estado y de Gobierno de la cumbre de la OTAN. José Andrés también fue quien les sirvió el menú y hubo una ‘performance’ sorpresa del artista Lluís Hortalà, que interpretó ‘Canción de arte: El pedestal que aguarda’, una llamada de atención sobre el drama de la guerra de Ucrania.Ballesteros (EFE)El chef José Andrés se dirige a los acompañantes de los jefes de Estado y de Gobierno que participan en la cumbre de la OTAN, durante la cena ofrecida por el presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, este miércoles en el Museo del Prado, en Madrid. Ballesteros (EFE)La esposa del primer ministro de Albania, Linda Rama, contempla una escultura a su llegada al Museo del Prado. Se trata del ‘Hermafrodito’, de Matteo Bonuccelli (1652), que copia a su vez el ‘Hermafrodita’ de mármol de la colección Borghese de Roma (actualmente en el Museo del Louvre) y que fue encontrada en las termas de Diocleciano de Roma en 1608.Ballesteros (EFE)Tras pasar unos minutos en el Museo del Prado, la foto de familia de los jefes de Estado y jefes de Gobierno que participan en la cumbre de la OTAN y de sus acompañantes se realizó ante el cuadro más significativo de la pinacoteca: ‘Las Meninas’, de Velázquez.Ballesteros (EFE)

El punto negro, la derrota, fue recibir la noticia de que Jerry Hall y Rupert Murdoch se han separado. Como Murdoch es tan polémico como poderoso, toda la prensa mundial va con pies de plomo. Según Isabel, mi amiga coruñesa, hacían buena pareja. Ella, con toda su gloria de supermodelo, estrella de Studio 54, novia de Bryan Ferry y esposa de Mick Jagger. Él, un agresivo mogul de la comunicación trumpista, consiguieron festejar los 90 años de Rupert en el célebre Tavern on the Green, en Nueva York. Una imponente velada que muchos compararon a una secuencia de Succession, la serie de HBO inspirada en la familia de Murdoch. Es seguro que, aunque en esa cumbre no presentaron 13 aperitivos, algo les indigestó.

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