Trío de limonadas

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Te apetece un café porque el empujón final antes de las vacaciones está siendo más duro de lo que esperabas. O porque estás de vacaciones, has dormido chiquicientas horas y a ver ahora quién es el listo que espabila eso. En cualquiera de los dos supuestos, estás pasando más calor que en el quinto anillo del infierno de Dante (porque lo hace), y seguramente lo que más te apetece no es una taza humeante de café con leche.
Si te encuentras a menudo con el dilema de no saber cómo compaginar tus ganas de café con las altas temperaturas, este post está hecho para ti. Hoy te contamos cómo preparar café frío solo, con leche, con helado y hasta con una chispa de alcohol, por si quieres tomarlo a la hora del postre y celebrar la vida en la playa o la piscina.
Solo
Si te gusta el café fuerte y “un ristretto por favor” es tu vida, tu religión y tu credo es muy probable que no puedas tomar café frío, porque el hielo produce aguachirri y entonces eso ya no es café y se huele el drama. En un bar será complicado, pero en casa puedes solucionar el problema preparando cubitos… de café. No te recomiendo prepararlos solo de café muy fuerte, porque estarás tomándote el triple de tu dosis de cafeína mañanera y puedes ponerte como unas maracas. Pero si preparas un café más suave de la misma variedad que suelas tomar -o lo mezclas con la misma proporción de agua- y lo pones en la cubitera, podrás disfrutar de un café frío igualmente intenso.
Otra manera de tomar café frío, realmente fácil si tienes una cafetera-tetera de émbolo -y una nevera-, es preparando una infusión en frío (también conocida como cold brew). Jordi Mestre, el sabio cafetero al frente del tostadero/cafetería/tienda/asesoría Nomad Coffee, nos contó cómo hacerlo hace ya un par de años. “Pon un buen café molido grueso y agua –también buena– en lo que en el resto del mundo se conoce como “cafetera de émbolo” y aquí como “tetera” y déjalo en la nevera 12, 13 o 15 horas. Lo filtras y listo”. El tipo de café debería escogerse en base a lo que queramos hacer con él, como se hace con el té: un tueste normal de expreso será fantástico para tomar con leche, mientras un café más ácido irá mucho mejor para tomar solo.

Con leche
Si te gusta el café con leche no tienes por qué renunciar a él en verano: para eso está el café con leche y hielo o ice latte. Hay varias maneras de prepararlo: si lo haces con todos los ingredientes en frío -café cold brew y leche fría- y quieres endulzarlo, tendrás que hacer un sirope simple con la misma cantidad de azúcar que de agua. Caliéntalo hasta que esté diluido y podrás endulzar no solo café, sino cualquier líquido frío.
Si partes de un café caliente y quieres añadir azúcar, remueve hasta que no queden cristalitos antes de mezclarlo con el hielo. Si no tienes cafetera porque estás de camping y tienes que tirar de café instantáneo, puedes disolver directamente el café en la leche (o mejor acercarte al bar en busca de un café decente). Hay un truco sencillísimo para hacer espuma con la leche, que puedes hacer en el mismo envase -si queda menos de la mitad del contenido-, o en otra botella o tarro con tapa. Sacúdela enérgicamente durante unos 20 segundos y la física hará su magia: ya tienes espuma.
Con helado
El affogato es un clásico italiano que puede prepararse tanto con chocolate como con café, que es lo que hoy nos ocupa. Las proporciones serían las de un expreso por una bola de helado; si la proporción de líquido es mucho mayor, lo que estamos preparando es un float. Massimo Pignata, al frente de la fabulosa heladería barcelonesa DeLaCrem nos contó hace un tiempo que su favorito es el de helado de avellana, y que pierde el sentido con la cremita que se forma unos segundos después de volcar el café -‘ahogarlo’, de ahí viene el nombre- sobre la bola.
Aunque lo más normal es tomarlo con helados cremosos como el recomendado por Pignata, el de vainilla, nata, chocolate, stracciatella o café -todo al negro-, puedes ponerte creativo con sorbetes como el de coco, el resultado es sorprendentemente agradable. Ni confirmo ni desmiento que un chorrito de crema de whiskey, licor café o cualquier licor que le pondrías a un café pueda darle un interesante toque final al affogato. Lo cual nos lleva al siguiente punto.
Con chispa
Uno de mis combinados favoritos con café no lleva alcohol (a menos que quieras ponérselo, claro). El espresso-tonic lleva café, hielo y tónica, y es perfecto para esos momentos en los que quieres un café y a la vez algo fresco y un trago largo, como cuando estás en la piscina a media mañana o media tarde. Aunque suene raro, la amargura del café resalta el azúcar de la tónica, y la combinación resulta refrescante y equilibrada; si además quieres ponerle ginebra o vodka, tampoco le van nada mal.
Mar Calpena, agitadora de cocteleras en El Comidista, se pone un poco más sofisticada y nos recomienda preparar un Espresso Martini, cóctel creado a finales de los 90 por el mítico bartender londinense Dick Bradsell. Cuenta la leyenda que una modelo -hay quienes dicen que fue Kate Moss- le pidió una bebida que le despertada pero también le diera pelotazo. El resultado fue esta bebida, que puedes preparar en casa con esta receta cortesía de la web coctelera The Shaker and The Jigger.
Espresso Martini
2 partes de vodkaUna parte de licor caféUna parte de café expreso (ya frío)½ parte de almíbar (o al gusto)Agregamos todos los ingredientes a una coctelera con hielo, agitamos vigorosamente y servimos rápido en una copa de cóctel. Decoramos depositando un par de granos de café sobre la espuma resultante.

Si tanta finura te supera y prefieres algo más sencillo, ponle unos hielos a tu carajillo de cabecera: no tendrás que sacar la coctelera y conseguirás un trago corto en cuestión de segundos, sin finuras y manteniendo los pies en la tierra.
Con horchata
Existen infinitas maneras de combinar estos dos deliciosos elementos: si los tomas en una horchatería, solo tienes que pedir medio granizado de café con medio de horchata (o, si prefieres que domine la chufa, horchata con un suspiro de café). Si lo preparas en casa, haz cubitos con cualquiera de los dos elementos y tritúralo con el otro en estado líquido, pero bien frío: conseguirás una especie de batido-granizado mixto delicioso. Como la horchata suele estar bastante dulzona no hace falta añadirle azúcar extra, y si tienes los cubitos de café puro listos podrás disfrutar de esta bebida en cuestión de segundos.
¿Cómo te gusta tomar el café durante los meses de calor? Cuéntalo en los comentarios y ayuda a otro cafetero que también esté sufriendo en silencio la canícula.


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