Trump advierte de que volverá a plantear ante el Supremo la deportación de los jóvenes inmigrantes


Luis Otero, de 22 años, se enteró de que era un indocumentado en Estados Unidos cuando le comunicó a su padre que quería ir a la unviersidad. Había llegado de México con menos de dos años. El programa conocido como DACA (Acción Diferida Para los Llegados en la Infancia), que puso en marcha el expresidente Barack Obama en 2012 le permitió concretar sus anhelos. Se graduó de Empresariales en la Universidad George Washington y ahora cursa una maestría y consiguió su primer trabajo en una consultora justo antes de que la pandemia del coronavirus sumergiera al país en una crisis. Sin embargo, el fin de DACA desestabilizó su vida. En las últimas semanas, confiesa, estaba muy nervioso por la decisión del Tribunal Supremo respecto a la medida. “Me ponía en el peor escenario, que era que nos deportaran inmediatamente”, comenta por teléfono. Pero el máximo órgano judicial falló este jueves a su favor y al de otros cientos de miles de dreamers (soñadores).

Por cinco votos a favor y cuatro en contra, el Supremo ha rechazado este jueves la decisión “arbitraria y caprichosa” del presidente Trump de eliminar el DACA —del que se han beneficiado cerca de 700.000 indocumentados que llegaron al país cuando eran niños— en septiembre de 2017. Un 90% de ellos trabaja; casi un tercio son empleados esenciales durante la pandemia. Los jóvenes consultados por este periódico estaban atemorizados a la espera de la decisión del órgano judicial porque, al ser de mayoría conservadora, había estado dictando sentencias que favorecían las políticas antiinmigración de la actual Administración. Pero también coinciden en que el fallo del lunes a favor de prohibir la discriminación en el trabajo por la orientación sexual o la identidad de género les había devuelto la esperanza por significar un histórico paso al frente para las minorías.

Otero se muestra especialmente agradecido con el presidente del Supremo, el conservador John Roberts, quien votó igual que el bloque progresista. “Tuvo la sabiduría para ver a través de la retórica negativa del presidente y percibir que había hecho todo de una manera caprichosa y sin medir con exactitud cómo iba a impactar las vidas de mucho más de 700.000 dreamers”, sostiene el joven que llegó de México antes de cumplir los dos años. Si la decisión del Supremo era negativa, pero no lo deportaban inmediatamente, Otero creía que lo expulsarían del país cuando caducara su permiso de trabajo en 2022 —el que debe renovar cada dos años—. El demócrata Joe Biden prometió que, si derrota a Trump en las elecciones presidenciales de noviembre, enviará el primer día de su mandato un proyecto de ley al Congreso para que la tranquilidad de que no serán deportados sea “permanente”.

La dreamer Daniela Ramírez, de 20 años, todavía no puede celebrar la decisión Supremo. Está a la salida de una iglesia en un condado de Georgia haciendo test del coronavirus de forma voluntaria. La estudiante de Ciencias Políticas en Washington se trasladó donde vive su familia al sur del país cuando comenzó la pandemia. “Quería hacer algo por mi comunidad. Además, la covid-19 también es un asunto político”, apunta, argumentando que los más afectados han sido los afroamericanos y latinos, quienes por necesidades económicas no pueden practicar el confinamiento. “A pesar de que la decisión del tribunal no resuelve todos nuestros problemas, es un buen primer paso para nuestro futuro”, agrega.

La joven nacida en México llegó a Estados Unidos con cuatro años acompañada por su abuela y su primo, con un coyote —como se le llama a los traficantes de inmigrantes—. Su madre ya había emigrado un año antes y su padre haría lo propio después. Sin saber una palabra en inglés, Daniela sufrió mucho los primeros años en el jardín de infancia, pero finalmente aprendió el idioma y se transformó en la traductora de sus padres en situaciones como las reuniones del colegio y en las consultas médicas. Con esfuerzo obtuvo una beca que la convirtió en la primera de la familia en estudiar en la universidad gracias al DACA.

Trump definió los fallos del Supremo de esta semana como un “escopetazo en la cara” para los republicanos y conservadores. Al considerar que la máxima instancia judicial no dio una solución legal sobre el DACA, sino política, Trump advirtió en Twitter de que comenzarán nuevamente el proceso. “La Corte Suprema entregó una seria derrota a Donald Trump, Stephen Miller [asesor del presidente] y su agenda política antiinmigrante y racista”, afirmó Ana Maria Archila, coordinadora del Centro para la Democracia Popular (CPD), que aglomera cincuenta organizaciones que trabajan en pro de la justicia racial y económica. Archila agregó en un comunicado que continuarán luchando para proteger a DACA de “cualquier ataque futuro de esta Administración”, mientras pelean por una solución más permanente al sistema de inmigración “que no funciona”.


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