Tuchel dejó… ¡casi 400 millones de euros en el banquillo!

El Chelsea doblegó este martes al Atlético de Madrid (0-1) en el partido de ida de los octavos de final de la Champions
League. Y lo hizo gracias a una obra de arte de Olivier
Giroud, que dejó sin efecto ‘el plan de la ida’ del ‘CholoSimeone, que pasa por dejar su portería a cero y que habían sufrido con anterioridad el propio Chelsea, Bayern
Múnich, Leicester
City, Juventus y Liverpool.

El cuadro londinense sigue invicto desde la llegada de Thomas
Tuchel al banquillo ‘blue’, habiendo logrado seis victorias y dos empates en ocho encuentros en todas las competiciones, en los que además ha dejado su portería a cero en seis de ellos.

Con su 3-5-2, Tuchel parece haberle dado al Chelsea el equilibrio del que carecía el equipo con Frank
Lampard y lo ha hecho echando mano de jugadores que apenas contaban para el ex futbolista inglés… Y dejando en la banda a inversiones multimillonarias.

Kai Havertz, el más caro del verano

Ante los ‘colchoneros’, el ex del PSG dejó en el banquillo a dos de los diez fichajes más caros del pasado mercado estival, en el que el Chelsea fue el club europeo que más dinero dilapidó. Kai
Havertz (80 millones de euros) y Ben
Chilwell (50,2) -éste último intocable para Lampard– no fueron de la partida en Bucarest, como tampoco lo fue Hakim
Ziyech, otra de las nuevas caras ‘blues’ este año por el que pagaron 40 ‘kilos’ al Ajax.

Junto a ellos se sentaron Kepa
Arrizabalaga (80 millones de euros), portero más caro de la historia del fútbol, Christian
Pulisic (64), N’Golo
Kanté (35,8), Emerson
Palmieri (20), Kurt
Zouma (14,6) y Willy
Caballero, quién llegó libre en 2017 a Stamford Bridgebauq.

Tres canteranos ‘blues, presentes

También los canteranos Reece
James, Tammy
Abraham y Billy
Gilmour, por el que pagaron 590.000 euros al Glasgow
Rangers para incorporarlo a las categorías inferiores del Chelsea. Un total de… ¡385,1 millones de euros! que dejó Tuchel en el banquillo del National Arena de Bucarest. Una cifra sustancialmente inferior a la que costó el once que puso en liza el técnico alemán sobre el terreno de juego, por el que el Chelsea un total de 262,8 millones. Un ejemplo más de que el dinero no lo compra todo. Tampoco en el tan monetizado fútbol moderno.

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