A primeros del presente mes de marzo, Alex Txikon regresaba a Euskadi después de no haber podido hollar la cima del Everest en el que era el tercer intento de ascenso invernal a la cumbre más alta del planeta. ¿Habrá una cuarta intentona? “No lo sé. Está complicado”, confiesa a MD, recordando que esta montaña ha sido inmisericorde con sus esfuerzos. Y para describirlo, tira del Athletic, equipo del que es aficionado: “Es como si fuera un futbolista que se deja la piel en todos los entrenamientos en
Lezama y el míster me descarta ya en pretemporada. Es así como nos ha tratado el Everest”.
“Hemos estado más fuertes que nunca, tenemos más conocimiento y control que nunca y es muy frustrante como deportista”, reconocía el alpinista de Lemoa. No obstante, desea poner en valor otros aspectos de la aventura: “En el cómputo general nos sale positivo. Hacemos la actividad para nosotros, no para que las grandes masas nos sigan. Si todo es llegar a la cumbre, parece que no se ha hecho nada. Pero nos hemos jugado la vida más que nunca para llegar a un Campo 2”.
Al hilo de este, profundiza en una reflexión en la que vuelve a recurrir al equipo rojiblanco, en esta caso a una cuestión de actualidad, para reforzar su argumentación: “Estamos en una sociedad en la que o ganas o no pasa nada. Fíjate ahora mismo el Athletic
en la final de Copa. Si gana la Real, para la historia se olvidará aquello y en el caso de las chicas, que están en semifinales, lo mismo. En la montaña, ganar no es hacer la cumbre. La cumbre es el 0,1% de la actividad. El 99,9% es el resto de las cosas”.
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