Ucrania recibe dos patrulleras de EE UU en plena tensión con Rusia

Ucrania recibe dos patrulleras de EE UU en plena tensión con Rusia


En plena tensión por la concentración rusa junto a sus fronteras, Ucrania ha recibido dos patrulleras reacondicionadas de la Guardia Costera de Estados Unidos. Las embarcaciones, que tienen como objetivo reforzar la armada ucrania en un momento de alta militarización en el Mar Negro y que forman parte del paquete de asistencia a Kiev brindado por Washington desde 2014, atracaron este jueves en el puerto de Odesa. Otra patrullera reacondicionada más ultima los detalles para navegar hacia el país de Europa del Este, en guerra desde hace siete años contra los separatistas prorrusos apoyados militar y económicamente por el Kremlin. La llegada de los dos barcos coincide con el inicio de nuevas e intensas maniobras en la zona de Ucrania, Rusia y la OTAN.

Kiev, Estados Unidos y la OTAN están en alerta por la concentración de más de 114.000 soldados rusos con armamento pesado a lo largo de las fronteras y en Crimea, la península ucrania que Rusia se anexionó en 2014 con un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional. El despliegue militar, que los servicios de inteligencia de EE UU y de Ucrania temen que pueda ser el antecedente de algún tipo de nueva incursión armada, coincide con la crisis migratoria en la frontera de Bielorrusia con Polonia y Lituania (miembros de la UE), que Bruselas considera parte de la “guerra híbrida” del régimen de Aleksandr Lukashenko para desestabilizar la Unión.

Ucrania lanzó el miércoles una operación especial cerca de las fronteras con Bielorrusia y desplegó a 8.500 militares más. La operación es parte de un plan de protección del flanco norte ante la crisis migratoria y la cercanía cada vez mayor de Minsk con Moscú. A Kiev le preocupa que Rusia pueda organizar una incursión militar por ese lado.

El Kremlin, que ha desestimado las acusaciones de que planea un nuevo conflicto con Ucrania, defiende que puede movilizar y desplegar sus tropas como desee y acusa a la OTAN de provocaciones; sobre todo en el Mar Negro.

Moscú acusó el jueves a Washington de alimentar la crisis en ese mar que tanto Rusia como la OTAN (tres de sus miembros tienen aguas, Bulgaria, Rumania y Turquía) consideran geoestratégico, después de que el destructor de misiles guiados estadounidense Arleigh Burke entrase en el Mar Negro para patrullar con sus aliados de la OTAN. “Esto es, de nuevo, un claro aumento de la tensión”, ha advertido el exjefe de personal de la Armada rusa en comentarios a la agencia Interfax.

Ucrania tiene aspiraciones de adherirse a la Alianza Atlántica y eso ha sido una tradicional línea roja para el Kremlin. Ahora Rusia considera inaceptable cualquier presencia de la OTAN en Ucrania. El país, donde más de 14.000 personas han muerto, según datos de la ONU, en la última guerra de Europa recibió este año también un gran envió de municiones y de misiles javelin de Estados Unidos, que ha dado un paquete de asistencia a Kiev de unos 2.500 millones de dólares.

Cuando las llamadas de alarma ante una nueva crisis aumentan, la canciller alemana, Angela Merkel, ha advertido este jueves a Moscú sobre nuevas acciones. “Cualquier agresión contra la soberanía de Ucrania tendrá un alto precio”, ha dicho Merkel en una rueda de prensa con su homólogo polaco Mateusz Morawiecki. La canciller, que ha conversado por teléfono poco después de esa cita con el presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha incidido en que “desactivar” la situación es clave.

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