Un anillo para Dion Waiters, pase lo que pase

Todavía no han empezado las Finales NBA y Dion Waiters ya ha ganado, sobre el papel, un anillo de campeón. El cañonero de 28 años empezó el curso con los Miami Heat y ahora milita en las filas de Los Angeles Lakers, una jugada maestra que, según las normas de la liga, le hace elegible para recibir el anillo gane quien gane el título.

Los Heat, si dan la campanada, podrían decidir no entregar el anillo de campeón a Waiters, un gesto que en términos generales resultaría feo pero… cosas mas extrañas se han visto.

El año pasado, por ejemplo, los Toronto Raptors no entregaron el anillo a CJ Miles, que jugó 40 partidos con ellos antes de marcharse a los Memphis Grizzlies en el traspaso por Marc Gasol.

En su caso no está tan claro que Miami quiera premiarle: su adiós por la puerta de atrás, protagonizado por problemas disciplinarios, suspensiones y un ataque de pánico provocado por ingerir golosinas de THC (el extracto base de la marihuana), parecen motivos más que suficientes.

Por otro lado, también es cierto que Waiters estuvo en el equipo desde 2016 hasta este febrero y le dio un par de años de buen rendimiento a Erik Spoelstra y Pat Riley, promediando 14 puntos por encuentro en su etapa en South Beach. En el fondo, de una forma u otra, es parte de la escalada de eventos y jugadores que ha llevado la cultura del esfuerzo de Miami hasta aquí.

La temporada 2019-2020 ha sido una pesadilla para el jugador, que tan solo disputó tres partidos oficiales con la pandilla de Jimmy Butler

. Luego llegaron varios desplantes y suspensiones por parte del equipo, que desembocaron en su traspaso a los Memphis Grizzlies en febrero, en el traspaso no exento de polémica que llevó al veterano y experto finalista Andre Iguodala a los Heat.

Memphis se desprendió rápidamente de lo que, pensaron, era un cadáver baloncestístico. Sorprendentemente, no lo creyeron así LeBron James, excompañero suyo en la segunda etapa del Rey en su tierra prometida, y los Lakers, que le repescaron por si las moscas. Con L.A. ha promediado 11,9 puntos y 2,4 asistencias en tan solo siete partidos de temporada regular, aunque en playoffs apenas ha contado con minutos: 2 puntos en 7 minutos por encuentro en cinco partidos.

El número 4 del Draft de 2012 empezó su trayectoria con números prometedores en el erial de los Cavaliers post-LeBron. No llegó a ganar el único título de la franquicia con Cleveland, ya que fue traspasado a los Oklahoma City Thunder justo el año del alirón del 23; un año después aterrizó en Miami, donde dejó algunos destellos de su talento pero no cuajó del todo entre problemas de actitud y muchas lesiones: 120 partidos de 246 posibles disputados.

A pesar de su peculiar odisea, Waiters ha logrado plantarse en las Finales con un anillo asegurado. Evidentemente, ganarlo con los Lakers le dejaría mejor sabor de boca. ¿Podría usar incluso su sed de venganza para sorprender en algún partido de la eliminatoria? Nada apunta a ello, pero nunca se sabe.

Si los Lakers no ganan, los Heat podrían decidir darle un premio que, según cómo, podría sentarle peor que el hecho de no recibirlo. Cuánto menos sería irónico recibir un anillo por perder las Finales. Esta es otra historia de pasados cruzados, como el de Riley y LeBron, que se reencuentran en lo más alto en estas inéditas Finales de la NBA.


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