Un donostiarra en el AZ Alkmaar

“¿Portero? No, prefiero que sea delantero, se gana más dinero”. Sander Westerveld (Enschede, 1974) bromeaba de esta guisa el día que la Real partía hacia su stage de pretemporada en Seefeld, en el Tirol austríaco, el 22 de julio de 2002, mostrando una foto de Sem Alejandro, su primogénito, que había nacido cuatro días antes en Donostia. Poco podía imaginar el portero holandés de la Real que en aquella pretemporada a las órdenes de Denoueix iban a sentarse las bases de uno de los mejores equipos en la historia del club, el que alcanzó el subcampeonato en 2003. Ahora, a quien le dijera entonces que aquel rollizo bebé podría acabar enfrentándose a la Real 18 años después, le habría mandado directamente a encerrar.

El fútbol encierra tantos guiños al destino, tantas pequeñas historias internas, que el próximo 26 de noviembre, cuando la Real visite el AZ Alkmaar Stadion, al norte de Holanda, el apellido Westerveld puede volver a sonar por la megafonía. Sem Westerveld (Donostia, 2002), el hijo de Sander, es uno de los seis porteros que el AZ Alkmaar ha inscrito para disputar la actual edición de la Europa League y, aunque a sus 18 años tiene a varios compañeros por delante y además está convaleciente de una lesión, no es descabellado pensar que pueda ocupar una plaza en el banquillo. Debido a las numerosas bajas que esta sufriendo el AZ en las últimas semanas, su técnico, Arne Slot, ha recurrido a varios guardametas jóvenes y el jueves ante el Rijejka, sin ir más lejos, reclutó a Beau Reus (18 años) y Elber Evora (20) para el banquillo debido a la lesión de Mess Baker, capitán de la Sub-19, y a la ausencia por Covid de Hobie Verhulst, el teórico portero suplente.

Westerveld podría haber sido llamado si no llega a estar recuperándose de una lesión de menisco que sufrió en mayo. “Si Sem llega a estar bien, habría estado en el banquillo”, explica su padre, Sander, en conversación con MD. “Le falta un mes para poder jugar, quizás esté bien para el partido en Alkmaar”, añade un Sander encantado con que Real y AZ se hayan encontrado en la Europa League. “Es interesante, hay un vasco en el AZ”, ríe el exguardameta holandés.

Sem Westerveld, hijo del exportero de la Real Sociedad Sander Westerveld, portero del AZ Alkmaar
Sem Westerveld, hijo del exportero de la Real Sociedad Sander Westerveld, portero del AZ Alkmaar

“No tiene mi golpeo con el pie”

Y es que como el propio Westerveld recuerda “mis tres hijos nacieron en el hospital Quirón de Donostia, la niña en Mallorca”. Los dos primeros, cuando Sander jugaba en la Real pero para dar a luz al tercero, su esposa viajó desde Inglaterra “conduciendo por toda Francia” para que naciera en Donostia. El portero entonces militaba en el Porstmouth.

Sem Westerveld es un galgo al que la casta le viene de serie. No sólo porque su padre fue un reputado portero que militó en Liverpool o Real Sociedad, entre otros clubs, sino porque su abuelo también lo fue. “Mi suegro fue profesional en el Twente y en el Den Haag”, aclara Sander antes de radiografiar a su vástago. “Tiene más cosas que yo. Es más explosivo y tiene un gran salto vertical pero yo era más agresivo”, comenta el extxuri urdin para añadir que “es más alto que yo pero no tiene mi golpeo”. Sander cree que “tiene posibilidades de jugar en la Eredivisie ya que en Holanda los porteros juegan bien con el pie pero no blocan, no salen, y Sem bloca bien y domina el área. Tiene cualidades para llegar al alto nivel pero ahora debe empezar a demostrar que puede jugar bajo presión”.

Sem, además, afronta un momento crucial de su carrera. “Aún no tiene contrato con el AZ y no sé qué planes tienen con él”, explica su padre. “Tiene varias ofertas de universidades americanas para jugar becado en Estados Unidos mientras hace una carrera. Si no le llega una buena oferta, quizás se decante por esta vía, aunque equipos como el Twente o el Vitesse le quieren fichar si al AZ no le interesa”.

De momento, Sem acelera para recuperarse de una lesión que lamenta más que nunca “porque, como yo, es de la Real”, dice Sander. “Le hizo una enorme ilusión cuando salió el sorteo y si no llega a ser por el coronavirus, habríamos viajado el jueves a Donostia a ver el partido”. En menos de un mes, en cualquier caso, la Real devolverá la visita a Alkmaar donde, quién sabe, quizás le espere un Westerveld en el banquillo.


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