Sufrió el actual campeón de la Copa para apear a la Cultural Leonesa pero una enorme actuación en los penaltis de Jaume Doménech, que paró los dos primeros lanzamientos locales, permitió al Valencia acabar con el verdugo del Atlético de Madrid y acceder a los cuartos de final. Fue un tanto de Dani Parejo el que selló el pase, tras haber marcador antes Coquelin, Soler y Maxi, pero el héroe fue el ‘gato de Almenara’.
Un poco más de un minutó tardó la Cultural en demostrar que no tenía ningún miedo. Un cabezazo junto a la cepa del poste obligó a Jaume a una primera intervención e inauguró un choque jugado de ‘tú a tú’ hasta la misma prórroga.
No fue su último susto, ni mucho menos. Un envenenado centro de Augusto acabó en el travesaño de su portería e hizo venirse arriba al Reino de León. Obligado, el Valencia, se estiró. Tras un buen pase filtrado de Parejo, Ferran le dejó un pase de la muerte a Soler y sólo la aparición de Aitor evitó el tanto.
La Cultu no se amilanó y Gudiño se pasó todo lo que quedaba de la primera parte volviendo loca a la defensa valencianista y demostrando que además de esfuerzo en Segunda B también hay calidad.
Parejo obligaba al Valencia a buscar la portería rival pero tanto antes como después del descenso la presión de Antonio Martínez le impedía conectar con sus atacantes. Tan incierto se veía el tema, que Celades tuvo que recurrir a Maxi, Gayà y Coquelin. Y ni aún así.
Los minutos caían, la tensión crecía y las oportunidades no llegaban ni para uno ni para otro. Sólo llegaron en el tramo final y, salvo un disparo alto de Parejo, todas fueron locales. Jaume tuvo que sacar lo que parecía un gol cantado de Benito. La prórroga estaba servida.
El Valencia trató de mandar en el extra y la tuvo Ferran nada más arranca
r. Pero la Cultu no se derrumbó y Luque tras un gran balón al huevo estrelló un misil en el larguero.
El de extremo valencianista acumuló ocasiones falladas pero la más clara la tuvo Sobrino, que remató solo frente al área pequeña pero Sergio Marcos la sacó y abocó el encuentro a unos penaltis en los que Jaume salvó al Valencia y acabó con el sueño matagigantes leonés.
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