Un famoso, un periodista y unos cuantos secretos revelados: nueve entrevistas que impactaron al mundo

Dicen que los móviles, YouTube y TikTok nos han convertido en criaturas incapaces de concentrarnos. Que, a base de ver series a cámara rápida o escuchar podcasts mientras corremos, hemos anulado la posibilidad de sentarnos en el sofá y prestar atención a algo sin desesperarnos. No es cierto del todo: un formato tan clásico, estático y mesurado como la entrevista, o sea, dos personas sentadas y hablando durante un buen rato, sigue teniendo un irresistible poder de seducción para el espectador. Especialmente, claro, si al menos una de esas personas sentadas frente a frente es una celebridad.

La posibilidad de que Britney Spears conceda una entrevista se ha comentado en medios serios como The New York Times. La artista, que recientemente rompió su silencio en una comparecencia ante un tribunal para pedir que se ponga fin a la tutela que desde 2008 hace que su vida y sus finanzas estén controladas por su padre, es uno de esos grandes enigmas del mundo del espectáculo. Es alguien a quien llevamos décadas observando, pero que apenas conocemos. Una entrevista con ella sería un evento planetario.

Eso mismo sucedió con las entrevistas que recordamos a continuación, charlas convertidas en acontecimientos que hipnotizaron a millones de espectadores, cambiaron la percepción que tenemos de sus protagonistas y, en algunos casos, tuvieron implicaciones políticas o acabaron en los tribunales.

Enrique de Inglaterra y Meghan Markle en conversación con Oprah Winfrey

El titular: “Hubo preocupaciones y conversaciones sobre cómo de oscura podría ser su piel”

La entrevista: Tras abandonar su papel oficial en la familia real británica y el Reino Unido para instalarse en Estados Unidos, los duques de Sussex eran el testimonio más buscado de la crónica social internacional. La que se llevó el gato al agua en marzo de 2021 fue Oprah Winfrey, artífice de cientos de entrevistas históricas, como aquella en la que Tom Cruise se ponía a saltar en el sofá para mostrar su amor por Katie Holmes o una más reciente en la que Lance Armstrong confesaba haberse dopado. El encuentro, condensado dos horas de entrevista, contenía suficientes titulares como para levantar una polvareda sin precedentes. El daño que haya podido causar en la Corona británica todavía está por evaluar.

Ante una escandalizada Oprah, Meghan Markle contaba que en la familia de su marido se especulaba sobre la oscuridad de la piel de su hijo Archie, que entonces todavía no había nacido. También se quejaban de que el pequeño no hubiese recibido el título de príncipe, con el acceso a la seguridad que esto conllevaba, dando a entender que esto no había ocurrido, de nuevo, por una cuestión de racismo. Denunciaban el abandono de la institución, que no le dio a Meghan clases de protocolo, no la defendió ante el ataque de los tabloides y permitió que se difundieran bulos sobre ella, como que había hecho llorar a su cuñada Catalina, cuando según aclaraba Meghan, había sido al revés.

La duquesa continuaba contando que había tenido pensamientos suicidas y que había pedido ayuda, sin obtenerla. Enrique de Inglaterra declaraba sentir compasión por su padre y su hermano, “atrapados” todavía en una jaula de oro. La reacción del planeta fue visceral y polarizada: de total apoyo a los duques o de firme escepticismo ante sus quejas. No solo hablaron de la entrevista anónimos, tuiteros, periodistas y comentaristas del corazón, sino que la reacción de la reina Isabel tuvo forma de comunicado. “Toda la familia está apenada al conocer hasta qué punto han sido difíciles los últimos años para Harry y Meghan. Los temas que se han tratado, sobre todo en el aspecto racial, son preocupantes. A pesar de que algunos recuerdos de lo ocurrido pueden variar, se toman muy en serio y se tratarán de manera privada”.

Diana de Gales durante su entrevista con Martin Bashir para la BBC.
Diana de Gales durante su entrevista con Martin Bashir para la BBC.PA/BBC SCREEN GRAB / PA / Cordon Press

Diana de Gales en conversación con Martin Bashir

El titular: “En mi matrimonio éramos tres”

La entrevista: Se la llamó “la entrevista del siglo” y, aunque se producen varias de esas cada década, ésta cuenta con razones de peso para ostentar el título. En noviembre de 1995, 23 millones de espectadores vieron a la princesa Diana sincerarse con el periodista Martin Bashir sobre su ya roto matrimonio (aunque todavía no estaban divorciados) con Carlos de Inglaterra, quizá la separación más mediática del mundo en su momento. Diana no evitaba temas tabú como la depresión o la bulimia que sufrió, y denunciaba que desde el entorno de su exmarido se había intentado definirla como inestable e incluso se había sugerido que debía ingresar en una institución.

Lo que más polvareda levantó fue la confirmación de un secreto a voces: Diana contó que sabía que su marido amaba a otra persona cuando estaban casados –Camilla Parker Bowles–, y afirmaba que ella también le había sido infiel con James Hewitt. Si 1992, el año de la separación de los príncipes de Gales, había sido para la reina de Inglaterra un annus horribilis, las palabras se quedaron cortas para definir la ampollas que levantaron las declaraciones de la princesa.

Sin embargo, en los últimos tiempos la entrevista ha sido noticia no por las declaraciones de su protagonista sino por las oscuras circunstancias que llevaron a su grabación. A principios de 2021 un juez sentenció que el entrevistador, Martin Bashir, empleó métodos engañosos para conseguir que la princesa confiara en él. Bashir falsificó informes bancarios que sugerían que Diana estaba siendo vigilada para poder acercarse a su hermano, Charles Spencer, y lograr así una cita con ella. Tales prácticas violaban las normas de la BBC, aunque una investigación interna de la cadena en 1996 había descartado cualquier irregularidad. Bashir, que había dejado la cadena poco antes de la sentencia del juez, admitió haber mostrado los informes fraudulentos a Diana pero negó que la entrevista la hubiese perjudicado, asegurando que ella jamás lo sintió así. Los hijos de la princesa no sentían lo mismo.

Michael Jackson durante un concierto en 1986.
Michael Jackson durante un concierto en 1986.Foto: Getty

Michael Jackson en conversación con Martin Bashir

El titular: “He dormido en mi cama con muchos niños”

La entrevista: Según varias biografías de Michael Jackson, precisamente a raíz de la entrevista que Diana de Gales concedió a Martin Bashir el artista tuvo la confianza suficiente como para abrir al periodista las puertas de su hogar y de su vida en un retrato sin precedentes del apodado rey del pop. Dado que había ayudado a Lady Di a acercar su imagen al público, él consideró que podría hacer lo mismo por su figura, entonces en horas bajas. En febrero de 2003 se emitió en Reino Unido (poco después, en Estados Unidos) el resultado de ocho meses de grabación en los que Bashir convivía con Jackson. Viviendo con Michael Jackson fue polémico desde su concepción y marcó un punto de inflexión en la imagen pública del artista, pero no el que él esperaba.

Y no empezaba mal: en un conmovedor comienzo, Michael hablaba sobre su infancia, que pasó aterrorizado por su violento padre, o su romance adolescente con Tatum O´Neal. Pero todo evolucionaba hacia el delirio. La entrevista-documental mostraba al artista yendo de compras de un modo, como poco, compulsivo, negando que se hubiese sometido a operaciones de cirugía estética o explicando a unos niños en su rancho “voy a constriuir aquí, al lado de esta colina, una montaña rusa”.

El tramo final del documental es el más incómodo. Michael aparece contestando preguntas de Bashir junto a un chico de 12 años, Gavin Arvizo, ambos cogidos de la mano, defendiendo que habían dormido juntos en la misma habitación y no había nada malo en ello.

El rancho Neverland fue registrado por la policía de Los Ángeles poco después de la emisión del documental y todo terminó en una demanda de la familia de Arvizo contra Jackson que culminó en el mediático juicio de 2005, del que salió declarado no culpable. En 2021, después de que se hiciese público lo sucedido con la entrevista a Diana de Gales en la BBC, la familia Jackson también acusó a Bashir de prácticas fraudulentas y de causar, con su documental manipulado, un daño permanente en el espíritu del artista, fallecido en 2009.

Michael Sheen (derecha), que interpreta a David Frost, entrevista al Richard Nixon, encarnado por Frank Langella, en <i>El desafío. Frost contra Nixon.</i>
Michael Sheen (derecha), que interpreta a David Frost, entrevista al Richard Nixon, encarnado por Frank Langella, en <i>El desafío. Frost contra Nixon.</i>

Richard Nixon en conversación con David Frost

El titular: “Si el presidente lo hace, no es ilegal”

La entrevista: En 1977, tres años después de dimitir por el caso Watergate, el expresidente de Estados Unidos Richard Nixon aceptó conceder una serie de entrevistas al periodista británico David Frost. Nixon creía que podría lavar su imagen con facilidad contándole su versión de los hechos a un periodista célebre por su estilo ligero y amable. Nada de eso: a lo largo de las 28 horas de conversación que mantuvieron durante un mes, Frost logró acorralar al político hasta que éste acabó perdiendo el control y admitiendo algo similar a la culpabilidad, además de esbozar una especie de disculpa, arrepentido.

“Decepcioné a mis amigos, decepcioné al país. Degradé nuestro sistema de gobierno y los sueños de todos esos jóvenes que querían formar parte de él, pero que piensan que todo está demasiado corrupto. Tengo que llevar esa carga por el resto de mi vida. Mi carrera política está acabada”. La emisión de las entrevistas a lo largo de mayo 1977 congregó a 45 millones de personas, la mayor cifra de audiencia para un programa político. El encuentro pasó a ser uno de los mitos de la edad de oro del periodismo, considerado un motor vigilante capaz de generar cambios imprescindible en una democracia (al fin y al cabo, el Watergate había sido destapado por periodistas de The Washington Post). Las circunstancias que rodearon la grabación sirvieron de guion para la obra de teatro Frost/Nixon, convertida en 2008 en una película que fue nominada al Oscar.

El rey emérito, Juan Carlos de Borbón.
El rey emérito, Juan Carlos de Borbón.

El Rey Juan Carlos en conversación con Jesús Hermida

El titular: “Estoy en buena forma, con energía y con ilusión para seguir adelante” [Un año y medio después, el rey abdicaba]

La entrevista: En enero de 2013, con motivo del 75 cumpleaños de Juan Carlos de Borbón, hoy rey emérito, televisión española emitió en prime time una entrevista con el periodista Jesús Hermida. Consistía en solo 20 minutos de encuentro entre dos pesos pesados, símbolos de una época que parecía estar llegando a su fin. Las críticas de los medios arreciaron. “Si no esperábamos una entrevista agresiva, al menos habríamos agradecido una conversación relajada. Pero tampoco. Todo fue medido, encorsetado”, escribió en EL PAÍS Ricardo de Querol. Se reprochó, también, que no se mencionase ni uno solo de los temas candentes de aquel momento, como el caso Nóos, la cacería de Botsuana o su relación con Corinna Larsen. El monarca solo “se mojaba” al hacer una llamada a la unidad en un contexto de auge del independentismo catalán.

Un año después, Jesús Hermida puntualizaría que no la planteó el programa como una entrevista, sino como una conversación entre dos personas de la misma generación. Y definió como el “sello personal” del ex monarca “la inhabilidad congénita, casi un rigor mortis, para hablar en público y especialmente para la televisión”.

Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera, en el plató de 'Supervivientes' en Madrid en julio de 2019.
Isabel Pantoja y su hijo Kiko Rivera, en el plató de ‘Supervivientes’ en Madrid en julio de 2019.Diego Puerta / GTRES

Kiko Rivera en el especial de Telecinco Cantora: la herencia envenenada

El titular: “Mi madre me ha robado”.

La entrevista: A lo largo de varias entregas en noviembre de 2020, Telecinco emitió una serie de programas centrados en las desavenencias en la familia Pantoja, centradas especialmente en Kiko Rivera. El hijo de Isabel Pantoja y DJ fue entrevistado en directo por Jorge Javier Vázquez en varias ocasiones. En una familia tan mediática en la que la presencia de varios de sus miembros es habitual en programas del corazón, realities o de entretenimiento, parecía difícil soltar alguna bomba que sorprendiese al espectador avezado. Pero por una vez, sonó el gordo. En las entrevistas de Kiko no faltó de nada: acusaba a su madre de materialista, de haberle criado en el odio al mundo, de vivir desconectada de la realidad, de formar con su hermano un dúo en guerra contra lo ajeno y de no ejercer de abuela cariñosa con sus hijas.

Pero las quejas no se quedaban en la desatención o desafecto, sino que atañían a lo económico. El DJ declaraba que vivía hipotecado desde los dos años por culpa de su madre y aducía que Pantoja le había hecho firmar documentos que él signó de buena fe para arrebatarle su parte de la finca familiar. Lo más jugoso llegó cuando, decepcionado y dolido, confirmó que sospechaba que su madre no había sido justa al cumplir las últimas voluntades de su padre, Paquirri.

El tema de la herencia del torero es una de las piedras fundacionales de la crónica social de España, por eso que el hijo otrora fiel y defensor de su madre se pasase al bando enemigo resultó impactante. Kiko contó que pocos meses antes había encontrado en Cantora las pertenencias de su finado padre, Paquirri, que su madre llevaba años diciendo que le habían robado para no entregárselas a Fran y Cayetano, los hijos del anterior matrimonio del torero con Carmina Ordóñez. ¿El resultado? Unos arrasadores 3,7 millones de espectadores y otro capítulo de oro en el culebrón favorito de España.

Rocío Carrasco en la docuserie Rocío: contar la verdad para seguir viva

El titular: “Aquella mañana Rocío me agredió, pero no era ella la que me pagaba, era su padre”

La entrevista: Lo que parecía una serie documental sobre uno de los personajes del corazón españoles que más interés levantaban, Rocío Carrasco –que llevaba muchos años sin hablar públicamente de ningún tema personal-, acabó convertido en un auténtico fenómeno sociológico. Aunque el formato se promocionaba como documental, lo cierto es que estábamos ante una larguísima entrevista, con apoyo de imágenes de archivo, en la que Rocío Carrasco, hija de Rocío Jurado, desgranaba su vida y sobre todo su matrimonio y ruptura con su primer marido, Antonio David Flores. Su relato sobre la supuesta violencia de género (su expareja no ha sido condenado) sufrida durante su matrimonio tocó la fibra del público como no conseguía ninguna campaña de concienciación desde hacía años. Incluso la ministra de igualdad, Irene Montero, se pronunció apoyando a Rocío, y términos como “luz de gas” o “violencia vicaria” se popularizaron al tiempo que aumentaban de forma exponencial las llamadas al teléfono contra la violencia de género.

Además de relatar episodios desconocidos por el público como su intento de suicidio o detallar la agresión sufrida por su hija cuando era una adolescente, el debate que acompañaba la entrevista se esforzaba por efectuar una lectura de género en horario de máxima audiencia y una crítica a los últimos años del periodismo del corazón en la que no quedaba títere con cabeza. El impacto social y el debate generado por las palabras de Rocío está lejos de apagarse. Se ha anunciado ya segunda entrega.

Miguel Bosé en conversación con Jordi Évole

El titular: “Consumía casi dos gramos al día”

La entrevista: Jordi Évole pasó del chusco personaje de El follonero a ser uno de los periodistas más reconocibles de la televisión gracias a Salvados y sus posteriores encarnaciones, como la actual en un programa llamado Lo de Évole. En sus últimos años de carrera ha entrevistado a algunos de los personajes más buscados de la actualidad, como el comisario Villarejo, el narco Marcial Dorado, el etarra arrepentido Iñaki Rekarte, juntó a Albert Rivera y Pablo Iglesias en la campaña de 2016…. Pero quizá la que perviva mejor en la memoria colectiva sea la entrevista a Miguel Bosé que se emitió en abril de 2021.

El cantante, actor y presentador, con calculada aura de misterio desde los inicios de su carrera, se prestaba a charlar con él tras la polémica por su separación de Nacho Palau y los problemas con las custodias de sus hijos. Un Miguel Bosé con la voz muy castigada se declaraba negacionista de la pandemia y orgulloso de serlo, y afirmaba que la crisis del covid-19 respondía a “un plan urdido para que no se sepa la verdad. “Van a caer todos uno detrás de otro: políticos, médicos, farmacéuticos…”, amenazó.

También contó haber sido drogadicto durante años, aunque según él para desintoxicarse le bastó simplemente con “me desprté un buen día y dije se acabó”. La entrevista, emitida en dos entregas, levantó muchas críticas por dar alas al pensamiento conspiranoico . Se reprochó que Bosé lanzase teorías sin comprobar en horario de máxima audiencia, por mucho que Évole objetase sus argumentaciones en una conversación, por lo demás, distendida y amigable.

Bobbi Kristina Brown y Whitney Houston durante una actuación en Central Park, Nueva York, el 1 de septiembre de 2009.
Bobbi Kristina Brown y Whitney Houston durante una actuación en Central Park, Nueva York, el 1 de septiembre de 2009.Ben Hider / Getty Images

Whitney Houston en conversación con Diane Sawyer

El titular: “Gano demasiado dinero como para fumar crack”

La entrevista: Mucho hemos sabido de Whitney Houston tras su muerte. Sobre su relación amorosa con su exasistente y mejor amiga Robyn Crawford, sobre sus adicciones o sobre sus turbulentas relaciones familiares. Pero la clave del personaje está en cómo la industria obligó a una mujer rebelde, contestona y de barrio (y, sobre todo, descomunalmente talentosa) a convertirse en la novia de América, una superestrella negra que, con su candor e inocencia, encantaba a los blancos. Esta entrevista con Diane Sawyer, emitida el 4 de diciembre de 2002 en Estados Unidos, impactó al público porque pudieron ver casi por primera vez a esa Whitney desafiante y enfadada con el mundo, que en un verdadero partido de ping pong con la presentadora Diana Sawyer, le devolví las preguntas o bien eludiéndolas o bien respondiendo de forma asombrosamente franca.

Algunas preguntas, vistas hoy, son cuestionables. Por ejemplo: ”¿Cuánto pesas ahora?”. “No pienso decírtelo”, respondió Houston. Sawyer: “Dicen que te has gastado 730.000 dólares en droga”. Houston: “¿730.000? Ya me gustaría”. Pero la frase que quedó para la posteridad, que llegó como respuesta a la pregunta de si fumaba crack, es: “El crack es barato. Gano demasiado dinero como para fumar crack. Que quede claro, ¿de acuerdo? No fumamos crack. El crack es cutre”. La frase crack is whack, originalmente de un mural de Keith Haring, quedó para la posteridad en el imaginario colectivo de la cantante. Años después, en 2009, ya divorciada de Bobby Brown y recuperada, dio otra entrevista muy sonada para Oprah Winfrey donde, por fin, admitió haber fumado crack, por muy barato que fuese. En ella también hablaba de la idea de irse a vivir con su hija Bobbi Kristina a “una isla pequeñita, comer fruta en la playa, vivir una vida sencilla”. Whitney falleció en 2012. Su hija, Bobbi Kristina, en 2015.

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