Un Joventut aún más hecho en casa

A falta de concretar las últimas incorporaciones, el Joventut de Badalona iniciará la temporada 2020-21 con siete de los 12 jugadores con ficha profesional formados en la casa. Se trata de una cifra récord en las últimas seis temporadas, si bien en los años precedentes el registro se ha acercado ya, oscilando entre 5 y 6. A ellos también se podrán sumar, como suele ocurrir, jugadores vinculados que ocasionalmente disfrutan de oportunidades durante la temporada.



Los recientes fichajes de Pau Ribas y de Ferran Bassas han contribuido a elevar esa cifra, reforzando la imagen de equipo formativo que da oportunidades a los jugadores surgidos de esa cantera.

“Estas incorporaciones refuerzan la marca Badalona y la marca Penya, además son jugadores que son un ejemplo para los jóvenes por la trayectoria que han tenido hasta regresar al club”, explicaba Jordi Martí, director deportivo, que esta semana presentó los fichajes de los dos jugadores, referentes en su día en equipos de base y de vuelta tras triunfar en diversos equipos.

Esta apuesta por los jugadores de casa supone alcanzar uno de los objetivos propuestos por la entidad los últimos años, en los que la marcha prematura de talentos con proyección, como Guillem Vives o Alberto Abalde, impidió seguir la línea de aprovechar sus primeros años para elevar el nivel del primer equipo.

Con la entrada en 2018 en el accionariado del grupo Scranton como propietario mayoritario, dotando de mayor solidez financiera al proyecto, la idea de retener unos años más el talento es factible pero también recuperar a algunos de los jugadores más expertos que salieron también del Olímpic.

De hecho, esta temporada finalizada, el Joventut ya ha sido el equipo que ha concedido más minutos a los canteranos en Liga Endesa, 2.150 en total incluyendo fase regular y fase final, la cifra más alta, de largo, entre los equipos de la Liga Endesa. A la fase final el equipo acudió ya con siete jugadores de cantera si bien Pep Busquets y Arnau Parrado figuraban como vinculados. El primero jugará este año cedido al Bàsquet Girona mientras que Parrado seguirá en el CB Prat.

Con Ribas y Bassas, dos pilares del nuevo proyecto, esta cifra de minutos a jugadores de casa fácilmente podría superarse esta campaña. Sus incorporaciones suponen, como decía Martí, fortalecer la marca propia y también la conexión con una grada pendiente del nivel deportivo del equipo cada año pero también de la progresión de los jóvenes.

“Lo que más encuentro a faltar en el basket actual es esa identificación”, dijo Ribas hace unos días en su presentación. “Antes los equipos eran muy reconocibles y la gente sabía los nombres de los jugadores. Ha cambiado mucho. Esperemos que esta identificación sea ahora un factor diferencial para nosotros, que somos todos delmismo lugar y nos conocemos desde hace tiempo”, añadía el escolta, uno de los tres jugadores del equipo, además, que también no sólo es canterano sino también natural de la ciudad.

Esta también puede ser una semana clave para el Joventut en la confección de su plantilla, cuanto menos para concretar la incorporación del pívot que podría cerrar el equipo. El club verdinegro, que el pasado miércoles realizó una oferta para hacerse con el estadounidense Jacob Wiley, está pendiente de la posibilidad de tanteo del Gran Canaria, el equipo que tenía los derechos en ACB del jugador. El club insular tiene hasta el martes a las 23:59 para ejercer este derecho, algo que parece probable según algunas fuentes. Si no lo hiciera, el jugador sería automáticamente nuevo miembro del Joventut. En caso de que fracase esta operación, la Penya podría contemplar la incorporación de Ante Tomic, el hasta ahora pívot del Barça, que cuenta con ofertas de Europa pero vería con buenos ojos seguir en Catalunya



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