Logotipos de las tres grandes cadenas de farmacias, presentes en todo el territorio de EE UU.REUTERS PHOTOGRAPHERS (Reuters)
La gran epidemia de opioides, la crisis de salud pública más grave en EE UU entre la del sida y la de la covid-19, sigue dando titulares. No sólo como indeseado efecto colateral de la pandemia, sino también por un fallo, hecho público este martes, que declara responsables a las grandes cadenas de farmacias CVS, Walgreens y Walmart de perpetuar la crisis. Un jurado federal de Cleveland ha dictaminado que las tres compañías cotizadas, que figuran entre las mayores cadenas del sector del país, contribuyeron sustancialmente a la crisis de sobredosis y muertes por consumo de opioides en dos condados de Ohio.
Tras el reparto y la asunción de culpas entre las grandes compañías farmacéuticas, a la cabeza de todas ellas Purdue Pharma, es la primera vez que se responsabiliza al segmento minorista de la industria de una epidemia que dura más de dos décadas y en la que se calcula han muerto medio millón de estadounidenses. Solo en el año comprendido entre los meses de abril de 2020 y 2021, las sobredosis costaron la vida a 100.000 estadounidenses. Los fallecimientos por esta causa, en muchos casos debidos al consumo del potente fentanilo, aumentaron en un 28,5% con respecto al mismo periodo de 2019-2020.
El fallo de Cleveland no está exento de polémica. Se trata del primer veredicto alcanzado por un jurado popular en un caso de opioides, y además se ha fundamentado en un argumento legal clave que los jueces de sendos casos previos en California y Oklahoma habían rechazado. Los demandantes de Ohio argumentaron que las compañías de distribución farmacéutica instigaron o cuando menos ignoraron deliberadamente el exceso de oferta de opioides y su prescripción masiva, lo que comprometió la salud y la seguridad públicas. El juzgado de primera instancia de Cleveland determinará la cuantía de la compensación que cada empresa deberá pagar a ambas administraciones.
La sentencia puede ser alentadora para las miles de demandas aún en trámite en el país que se basan en la misma estrategia legal empleada en este caso, es decir, que las compañías farmacéuticas contribuyeron a un “perjuicio o daño público”, término que según los querellantes define la seria crisis de salud pública provocada por los opioides. Los fallos de California y Oklahoma establecieron que entre las muertes y la venta de fármacos —sobre todo, de potentes analgésicos derivados sintéticos del opio como la oxicodona, muy adictivos— hay un trecho que excluye cualquier relación causa-efecto directa.
El fallo supone un varapalo para las cadenas de distribución y muy especialmente para el gigante CVS, que a partir de la próxima primavera, y en los próximos años, prevé cerrar 900 de sus establecimientos en todo el país tras constatar un cambio de hábitos en la conducta del consumidor. El estadounidense se muestra cada vez más proclive a comprar por internet después de que gigantes como Amazon anunciaran, hace un año, una gran farmacia online.
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