Un Madrid bajo cero

Zinedine Zidane afirmó en la previa que el temporal no iba a condicionar su planteamiento ni la confección de su once y apostó por su alineación más habitual con Hazard acompañando a Benzema y Asensio. Su equipo, eso sí, se quedó helado en El Sadar, impotente y sin ideas para descifrar el engranaje defensivo de un Osasuna al que le bastó un poco de orden y sacrificio para arañar un punto. Los blancos no pueden excusarse en el estado del césped, que a pesar de la nieve incesante y de las bajas temperaturas nunca estuvo impracticable gracias al gran trabajo que los operarios de Osasuna realizaron durante las horas previas.

La ventaja para el Madrid es que de un tiempo a esta parte se ha convertido en un equipo reconocible pero ha perdido frescura por el camino y su fútbol se ha vuelto mucho más predecible. Al conjunto blanco le cuesta un mundo generar ocasiones ante rivales encerrados que le vetan los espacios y ni siquiera el regreso de Hazard puso remedio a esos males recurrentes.

El belga llegó para abrir este tipo de cerrojos pero entre tanto parón nunca ha podido rendir a un nivel aceptable. En Pamplona nunca desbordó y su conexión con Benzema nunca fue un problema para Osasuna. Tampoco hubo noticias de Asensio, encallado en una banda derecha en la que Lucas volvió a ocupar la posición de lateral diestro.

El duelo en El Sadar fue un calco de lo sucedido en los partidos ante el Cádiz (0-1) o más recientemente ante el Elche (1-1), cuando el Madrid evidenció una alarmante incapacidad para generar ocasiones de gol. Como ocurrió en el Martínez Valero, Sergio Ramos acabó de delantero centro en busca de un remate salvador que nunca llegó gracias al buen hacer rojillo, muy cómodo defendiendo los envíos laterales y verticales.

Zinedine Zidane intentó cambiar el guion del encuentro con la entrada de Isco, que parece que va ganando minutos a cuenta gotas a costa de un Odegaard condenado al ostracismo. El escenario cerrado que planteó Osasuna parecía propicio para la clarividencia del noruego, pero ni por esas el técnico recurrió a él.

Sin ideas, sin ocasiones y sin gol. El Madrid se quedó gélido ante Osasuna y suma dos empates en las últimas tres jornadas.


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