Un plan excepcional


El balón no rueda dentro del baúl. Las botas no lucen en el armario. Las camisetas se llenan de polvo en el perchero. La pizarra de Imanol está guardada en el cajón de las reliquias. El fútbol espera noticias y necesita reinventarse hasta que el mundo abra los ojos y despierte de esta pesadilla.



Juan Solla (Pontevedra, 1975) es el preparador físico y la mano derecha en los 13 años que lleva junto a Javi Gracia, exjugador de la Real y exentrenador de Watford, Rubin Kazan, Osasuna o Málaga. El gallego accede a desmenuzar en MD los puntos básicos de un panorama desconocido, en el que los futbolistas se ven abocados a no perder la forma en sus respectivos domicilios. Solla, graduado en Ciencias de la Actividad Física, en Educación Física y doctorado en Alto Rendimiento profesional en deportes y en Investigación en los deportes de equipo, realiza un estudio sobre la actividad a la que un equipo de élite como la Real se tiene que someter durante la cuarentena. Mantener una óptima condición se ha convertido en el máximo objetivo. Para no caer en infracciones será clave proteger la flexibilidad o cuidar la alimentación.

1. “ALGUNOS TIENEN ESPACIO Y OTROS MÁS LIMITACIONES”

La interrupción de la competición ha sido repentina, inesperada, por lo que reina la “incertidumbre a todos los niveles”, según Juan Solla. Se basa en un “modelo temporal que podría acercarse a lo que pase este año en las ligas europeas. El hecho de no saber cuánto tiempo de antelación se dispondrá para entrenar desde el anuncio de reanudación será una dificultad extra hasta el inicio de los partidos”. La situación es anómala y consiste, en esencia, en no alejarse demasiado de un momento de forma ordinario. “Si algún momento es adecuado para el descanso total podría ser la primera semana, pero a partir de ahí se debe retomar la actividad, para evitar grandes desadaptaciones que no dificulten la rápida adquisición de la forma especifica”. Cada futbolista de la Real tiene el deber de ejercitarse en casa. Y no todas son iguales: “Algunos disponen de un gimnasio y espacio para poder entrenar y otros tienen muchas más limitaciones. Una estrategia interesante sería implementar medidas básicas que permitan a los jugadores realizar un mínimo de entrenamiento y dotar a los jugadores del material mínimo necesario para que puedan desarrollar un plan”.

2. “LA FLEXIBILIDAD SE DESENTRENA RÁPIDO”

Los profesionales dejan de carburar a los niveles habituales ‘sine die’. Representa un inconveniente dependiendo de qué aspecto del apartado físico haya que vigilar. “Los niveles de resistencia, hablando a grandes rasgos, son más estables que las ganancias de fuerza, por eso este último contenido es el principal para que las adaptaciones de esta cualidad no disminuyan demasiado”, define Solla. “Lo que más rápido se desentrena es la flexibilidad, por lo que es interesante para este periodo cuidar esta cualidad”, advierte.

Parte del éxito estará amparado en “el tiempo que dure el descanso”, que es involuntario, pero también impredecible: “Dependerá de cuánto tiempo estamos sin entrenar en condiciones”.

Una cuestión será el regreso de la Liga y del resto de las competiciones. No es equivalente a volver a entrenar en el cuartel general de Zubieta. Para que el trabajo previo sea óptimo será clave conocer “qué periodo previo disponga cada equipo antes para poder alcanzar un estado de forma correcto”, enfatiza Juan Solla, dejando claro que primero habrá que restablecer la dinámica de entrenamiento y luego, jugar.

3. “HAY QUE REDUCIR LOS HIDRATOS DE CARBONO”

El solar es tan grande que los futbolistas no pueden aspirar siquiera a aproximarse al ritmo de trabajo de la pretemporada sin balón. La actividad se reduce al máximo y la corpulencia de los profesionales en la actualidad demanda una cantidad de comida que debe ser controlada. “Es fundamental”, afirma Solla.“Se van a combinar situaciones que ponen no solo al deportista, si no a cualquiera, en situación de riesgo para aumentar de peso, y su porcentaje graso”. El peligro aumenta si se tiene en cuenta que todo queda en casa. Existe “una disponibilidad de comida y tiempo libre grande”, por lo que el especialista aconseja “establecer unas horas de comida, evitar picar entre horas, y reducir el nivel de calorías ingeridas. Ya que el gasto calórico es menor, hay algún tipo de alimento como pueden ser los hidratos de carbono que se deben reducir, para adaptar el consumo al gasto. Todo lo que se desvié de ahí derivará en sobrepeso”. Solla esgrime que “no jugar va a suponer una variación a nivel semanal 1.500-2.000 calorías. Dejar de competir no va a ser definitivo a la hora del ajuste de peso”, pero “sí influirá en mayor medida el gasto calórico semanal”.

4. “ES UNA PLANTILLA FRESCA Y DE MUCHO NIVEL”

Juan Solla vigila a la Real con interés. El gallego desgrana los atributos físicos del equipo, siempre con el respeto que infunde la distancia. Observa “rasgos de un equipo bien organizado y trabajado, con mucho compromiso y con un alto nivel de rendimiento”, de manera que “se ve el trabajo de Imanol y su grupo de trabajo”. Los txuri urdin basan su triunfante marcha en llevar la manija de los partidos, una “propuesta que es incómoda para los rivales, ya que la presión que ejerce dificulta mucho el juego del otro equipo. Además les obliga a hacer un esfuerzo extra y no es un equipo que regala el balón con facilidad. Esto demanda una exigencia condicional, de motivación y de concentración alta” del oponente, explica Solla.

En opinión del preparador físico, “han encontrado equilibrio entre una plantilla de gente joven, de mucho nivel y con ilusión que aportan frescura al equipo, y otros jugadores que le aportan el contrapunto de experiencia en los momentos necesarios”, punto en el que radica la sensacional temporada de la Real, situada en puestos de Champions y finalista de Copa hasta que el fútbol ha sido detenido


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