Tradicionalmente el Athletic ha estado ligado a enormes rematadores de cabeza. Desde tiempos de Fidel Uriarte hasta la época reciente en la que Urzaiz, Llorente y Aduriz fueron encadenando su presencia en la punta de lanza rojiblanca. Pero no se limitaba a los delanteros. El poderío era compartido. Basta con recordar el tándem que formaban Goikoetxea y Liceranzu en los ochenta o volviendo a momentos recientes viendo a Laporte, Etxeita, San José, Raúl García y Aduriz a la vez sobre el verde. Cada balón que surcaba los cielos del área era peligro de gol.
Ahora ya no. La fisonomía del Athletic ha ido mutando. Raúl García sigue siendo un fijo, pero San José o Aduriz han perdido peso específico. Iñigo Martínez, Núñez y Yeray se asoman con frecuencia y gozan de ocasiones, sin embargo se les resiste el premio. Gaizka Garitano ha priorizado en varias ocasiones la presencia de determinados jugadores para ganar centímetros, sobre todo en defensa. Aunque sin olvidar el ataque. Al Athletic se le resisten los goles de cabeza. Únicamente ha anotado dos por esta vía en la presente Liga.
Cierto es que el último choque antes del parón sirvió para alimentar la estadística. Raúl García logró con la testa el 0-2 momentáneo en Valladolid tras un centro perfecto de Córdoba desde la izquierda. Ganó por arriba a Salisu y picó el esférico a la red. La otra diana de los leones que se gestó en las alturas llevó una firma sorprendente: Iker Muniain. Su tanto fue el comienzo de la remontada frente al Levante en San Mamés. Hizo bueno un servicio de Capa sorprendiendo a todo el mundo al colarse por el segundo palo.
Esta tendencia se puede comprobar con los centros que llegan desde los costados. La mayoría van por abajo. El Athletic se mueve a ras de césped. Existe un cierto equilibrio en los tantos anotados con la pierna derecha y con la izquierda: 11 contra 8. Cabe destacar que en este apartado solo se han tenido en cuenta los goles en jugada. Se dio la curiosidad que en Zorrilla, antes del parón, hubo un intercambio de papeles entre Williams y Córdoba. El nueve anotó con la zurda y el extremo, con la diestra.
La estadística se completa con las dianas obtenidas de penalti, de falta y en propia puerta. Seis se han producido desde los once metros. Cinco de Raúl García y una de Williams. Dos fallos: Aduriz en Mallorca e Iñaki contra el Villarreal. La única muesca de libre directo es de Unai López, contra el Valladolid, y el autogol se lo hizo Víctor Gómez con el Espanyol en San Mamés.
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