Un punto…¿de inflexión?

Hace una semana el empate logrado ante el Betis fue una puñalada en el corazón txuri urdin por cuándo llegó, por cómo llegó y por sus consecuencias en una dinámica tan negativa, ahondada el martes con la eliminación copera ante el mismo rival. La igualada de ayer, pese a que matemáticamente supone lo mismo y no varía esa mala trayectoria, deja un poso bien distinto, una sensación de rebelión ante unos acontecimientos que han hecho zozobrar a la hasta hace poco sacrosanta figura de Imanol
Alguacil, poniendo incluso en duda la capacidad de una Real que sigue en pie y que, como ayer, es capaz de sobreponerse a un golpe tan duro como fue el gol de Parejo.

Porque ese tanto tempranero del hasta hace poco emblema valencianista hubiera sido definitivo si enfrente hubiera estado un equipo con dudas, temeroso y preso de la ansiedad. La Real sin embargo respondió con rabia, encadenando varias ocasiones que revelaron que la armada txuri urdin sigue creyendo en lo que hace y en cómo lo hace. Porque la Real, hasta el final, siguió siendo fiel a su propuesta, la misma que le tiene en la final de Copa y en los dieciseisavos de la Europa League y la que todos alabábamos cuando el viento soplaba de cola. Es cierto que esa misma propuesta ha perdido algo de brillantez, un punto de finura y mucho veneno, pero ver como vimos ayer a la Real someter como sometió a un Villarreal que se ha gastado más de 40 millones de euros en reforzar el equipo -sueldos aparte-, que no ha perdido un partido en casa y que sólo ha cedido ante el Barça y el Sevilla en 31 partidos, habla de un equipo convencido, determinado y orgulloso que, como dijo Imanol, se fue feliz con el punto rescatado sobre la bocina, pero enfadado porque sabe perfectamente que su propuesta merece mucho más que ese pírrico punto.

La historia no es nueva y revela que hay muchas cosas por mejorar, sobre todo en ese otro fútbol que el propio Imanol reconoció el viernes que sus jugadores no dominan -sirva el inicio de la jugada del gol de Parejo como ejemplo-, pero mientras llega esa versión más sólida, brillante y fiable siempre es mejor seguir viendo a esta Real capaz de rebelarse ante las adversidades que a un equipo a la deriva, entregado y sin respuestas futbolísticas.

Por eso, y aunque un empate siempre es un punto, en este caso puede y debe serlo de inflexión.


Source link