Un reencuentro estelar

Una vez al año, Antoine
Griezmann se deja ver por donde nació como futbolista. Cada ocasión que se le presenta para recordarlo, uno de los mayores prodigios en la historia de Zubieta se declara en un eterno agradecimiento a la Real. Otra noche especial para el zurdo de Macon. Máxime teniendo en cuenta que precisamente hoy cumple 30 años.

La treintena infunde más respeto que los radiantes 20, pero Griezmann sigue teniendo cara de niño. De chaval divertido, vitalista, feliz con la vida, como cuando revoloteaba por Zubieta, a diablura limpia con el balón cosido a la bota izquierda. Cómo pasa el tiempo. De aquella época sólo queda un superviviente en la Real: Asier
Illarramendi.

El reencuentro que depara el Real-Barcelona de Anoeta es estelar. Congrega a dos de los talentos más facultados que han surgido de la cantera de la Real en las últimas décadas, que ya es decir. Dos ejes sin los que no se entendería el vuelo sobresaliente de la Real, de Segunda División a la Copa de Europa en cuestión de tres años (2010-2013).

En la última campaña de Griezmann en la Real, Illarramendi se había marchado. El galo decidió despedirse del club defendiendo su escudo en la Champions League, mientras que el centrocampista de Mutriku eligió el Real Madrid pensando que se trataba de una oportunidad imposible de desperdiciar. De ahí que el último partido juntos, en la Real, fuera el 0-1 con gol del francés gracias al que la Real se clasificó cuarta, en junio de 2013 contra el Deportivo en Riazor. Una velada mágica.

Si marca, será respetuoso

La retirada de Zurutuza en julio de 2020 dejó a Illarramendi como representante único de una generación indeleble. El actual capitán de la Real aceptó el billete de vuelta tras su paso por el Santiago Bernabéu. Para entonces, Griezmann se había ido al Atlético de Madrid, estación intermedia entre la Real y el Barcelona. Salta a la vista que se trata de dos carreras en las más altas instancias del fútbol estatal. En consonancia con la valía de dos grandes jugadores.

Y eso que tanto Illarramendi como Griezmann, que será respetuoso, como siempre, si hoy marca en Anoeta, se encuentran en una similar búsqueda de ser lo que fueron. Por distintos motivos.

Illarra apunta a seguir como titular esta noche, aunque no tiene el puesto garantizado. Dos años de penar físico impiden que se encuentre todavía en su plenitud, amén de la feroz competencia en su puesto que existe, con Guevara y Zubimendi en un constante acecho. Can Barça ha puesto a Griezmann en el foco de la crítica, pero el francés responde con la categoría que le distingue.


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