La baja por sanción de Cabrera, que vio ante el Levante su quinta amarilla en su ciclo particular, supone un nuevo quebradero de cabeza para Abelardo de cara al decisivo partido del jueves ante el Betis.
El técnico perico no contará para la cita del Villamarín con ninguno de sus dos teóricos centrales titulares en esta última etapa, la dupla que forman Bernardo y Cabrera. Ambos están sancionados, pues el primero cumplirá el jueves el segundo de los dos partidos de castigo que le impusieron, mientras que Cabrera hará lo propio con el de castigo que le caerá por su quinta amarilla vista el sábado.
Así las cosas, Abelardo deberá mover fichas para cubrir el eje de la zaga ante el Betis. David López, como ya hizo ante el Levante, podría volver a retrasar su posición y jugar como central de nuevo. Su pareja, a priori, sería Calero, aunque tampoco es descartable que de entrada a Naldo. Lo que sí parece claro es que Abelardo no cambiará de una tacada a los dos centrales, manteniéndose David como unos de los ‘capos’ de la retaguardia en Sevilla.
La zaga estuvo muy blanda ante el Levante, de ahí que el jueves urge intentar dejar la portería a cero, como se hizo en los dos primeros partidos post-coronavirus. Es imprescindible para remontar el vuelo, volver a ganar y recuperar buenas sensaciones y, sobre todo, poder seguir vivos en la lucha por la permanencia.
El primer equipo descansará este lunes y retomará el martes los entrenamientos para preparar el importante partido del jueves en el Villamarín ante el Betis (22 h.).
Será el momento para que los de Abelardo exhiban la fortaleza mental necesaria para sobreponerse al KO ante el Levante y sacar tajada de Heliópolis. No cabe otra, necesitan, como poco, puntuar para seguir vivos y el Betis, con las aguas revueltas tras cesar a Rubi, puede ser una víctima propicia para ‘pescar’ y salir reforzados, vital para el siguiente compromiso.
La semana se cerrará con la visita el domingo 28 del Real Madrid al RCDE Stadium (22 horas). Sólo se contempla una victoria pues el Espanyol no se puede permitir volver a pinchar en casa, aunque los blancos se estén jugando el liderato y salgan a morir.
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