Una Diada atípica certifica el cambio de ciclo en el independentismo

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La Assemblea Nacional Catalana (ANC) ha reivindicado este viernes el derecho de manifestación con motivo de la Diada pese a la pandemia del coronavirus y las advertencias en contra del Colegio de Médicos en aplicación de las recomendaciones del propio departamento de Salud de la Generalitat. “El derecho de manifestación no puede ser el único sacrificado y estamos contribuyendo a defenderlo”, ha asegurado la presidenta de la ANC, Elisenda Paluzie, en el acto central celebrado frente a la Delegación de Hacienda en Cataluña, en la plaza Letamendi de Barcelona.Las cifras manejadas este año por la ANC es que se han inscrito 59.500 personas para participar en 131 actos por toda Cataluña, con un aforo muy variado. En todos los casos las con concentraciones se han celebrado frente a edificios de titularidad del Estado, como estaciones de Renfe, juzgados u organismos muy variados, con el fin de denunciar la “asfixia económica que provoca el Estado español, también durante la Covid”, en palabras de los organizadores.En todos los actos los manifestantes han acudido al lugar asignado, donde se les ha tomado la temperatura, se han lavado las manos con gel y llevaban puesta la mascarilla. Las imágenes difundidas por la ANC han mostrado que se ha respetado la distancia de seguridad de dos metros, aunque en algunos casos, como en Manresa, han aparecido sillas vacías que no se han cubierto al no acudir los inscritos.“¿Hacía falta manifestarse en tiempos de covid? Claro que sí y si cabe, más todavía”, se ha preguntado y respondido a sí misma Paluzie durante su intervención, en la que ha repetido la frase en boca de la ANC desde hace dos semanas: “Esta es la concentración más numerosa de Europa con medias contra la covid”. Los actos de la ANC han sido el reflejo de una Diada de pequeño formato a causa de la crisis sanitaria, que ha sido la característica durante todo el día.La tradicional ofrenda floral ante la estatua de Rafael Casanova en el centro de Barcelona ha abierto a las 9.00 horas la celebración del 11 de septiembre. En cumplimiento de las medidas sanitarias para evitar el contagio se ha eliminado la banda municipal de la ofrenda y las comitivas de instituciones y partidos se han reducido notablemente con relación a otros años.Hasta ahora era una tradición que todo el Govern posara ante la estatua y este año la comitiva la han formado únicamente el presidente de la Generalitat, Quim Torra; el vicepresidente, Pere Aragonès, y la portavoz, Meritxell Budó. Lo mismo ha ocurrido con la representación del Parlament, encabezada por el presidente, Roger Torrent, o con las delegaciones de los partidos. En nombre del PSC han acudido el primer secretario, Miquel Iceta; la portavoz en el Parlament y viceprimer secretaria, Eva Granados, y la presidenta del partido y de la Diputación de Barcelona, Núria Marín.Ningún miembro del Govern ni los dirigentes de las principales formaciones independentistas han acudido a las concentraciones de la ANC a causa de la pandemia, algo que no ocurría desde que en 2012 empezaron las masivas manifestaciones del 11 de septiembre y Artur Mas se puso en primer línea.Budó y Torrent han recurrido al tradicional argumentario independentista para recordar la existencia de “presos políticos y exiliados” y denunciar la “represión del Estado”. El último ejemplo, ha dicho la portavoz, la sido la decisión del Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona de enviar a juicio a una treintena de cargos por el referéndum ilegal del 1 de octubre.En términos parecidos se expresó Elisenda Paluzie, horas antes de que se celebrasen las concentraciones vespertinas. “Demostraremos que somos capaces de organizar movilizaciones adaptadas a la covid y justamente porque hay crisis la necesidad de la independencia es más urgente, porque queremos tener un estado que reme a favor de los intereses de los ciudadanos”, ha añadido la presidenta de la ANC.Por su parte, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha orillado las valoraciones políticas y ha asegurado que la de este año “no es la Diada que quisiéramos”. Por eso ha pedido “convertir la Diada en una oportunidad, para cuidarnos los unos a otros y reunir fuerzas porque vienen meses difíciles y hace falta que todos demos lo mejor de nosotros mismos”. Iceta también ha abogado porque cada uno celebre la Diada a su manera”. Con relación al mensaje institucional de Quim Torra emitido anoche en el que reclamaba que el presidente del Gobierno y el Rey pidieran perdón por el fusilamiento de Lluis Companys en 1940, Iceta ha afirmado que ya se han producido reivindicaciones de la figura del presidente Companys y de la injusticia inmensa que fue aquel juicio farsa”. En opinión del dirigente del PSC, “todos los homenajes serán buenos, pero el mejor será la anunciada aprobación de una Ley de Memoria Democrática que haga justicia, cierre las heridas y permita mirar hacia adelante”.Como cada año, decenas de entidades culturales y sociales han hecho sus tradicionales ofrendas y, como cada año, se ha producido algún momento de tensión. Esta vez ha sido a cuenta de la ofrenda realizada por la entidad constitucionalista Cataluña Suma, en la que han desplegado una bandera española y han sido increpados por algunos de los asistentes y cuando han aparecido militantes del Moviment Identitari Català, un grupúsculo independentista con planteamientos xenófobos.


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