Una noche para echar cohetes


Es una noche para echar cohetes, aunque se empapen con las lluvias que se esperan durante todo el día. La Real, que ya es colíder, recibe en Anoeta (21 horas) al último de la fila, el Leganés, con la posibilidad, con muy pocos precedentes en el pasado, de acostarse en lo más alto de la clasificación, como líder en solitario. Luego tendrán que disputar sus partidos sus compañeros de cima, Barça y Madrid, además de celebrar el clásico que quedó pendiente, pero el hecho de amanecer un sábado el techo de la tabla es muy significativo de lo que está haciendo la Real. Un punto les vale a los txuri urdin para mirar a todos por el retrovisor y ser líder, pero todo lo que no sea vencer ante el peor equipo de la categoría, así lo establece con crudeza la clasificación, será una gran decepción.



Es de ley acudir con la ilusión de disfrutar y escuchar cohetes de dos en dos en el coliseo de Amara, a pesar de la decepción de la última cita en el Reale Arena ante el Levante (1-2). La Real ha ganado siete de los 12 partidos disputados, ha facturado tres actuaciones magistrales en sus cinco duelos en Anoeta y se enfrenta a un equipo que suma un único triunfo en lo que llevamos de campaña y arrastra nueve derrotas, lo que, lógicamente, se ha llevado por delante a su entrenador. Ni el hecho de que asomen por Donostia con técnico nuevo, Javier
Aguirre, debe hacer vacilar a ningún ‘realzale’. El ‘vasco’ tiene mucha experiencia, les hará cambiar de mentalidad y apretar, su ‘once’ y su planteamiento son una incógnita y puede plantear dificultades a Imanol, pero esta Real, incluso sin Odegaard, que se perderá su segundo partido consecutivo, es inmensamente superior al cuadro pepinero, diga lo que diga el entrenador local, siempre prudente. Y lo previsible, lo natural jugando en casa, es que venza.

El aliciente de la camiseta

Los espectadores acudirán al flamante Reale Arena con un estímulo añadido: ver in situ la camiseta especial, de color azul, precisamente dedicada a hacer un homenaje al nuevo estadio, que lucirán hoy y contra el Madrid en el Bernabéu los jugadores de la Real y que ayer presentó Oyarzabal. Lo que hace falta es que sea la piel del nuevo líder a eso de las once de la noche.

Odegaard, por segundo partido consecutivo, se quedó fuera de la convocatoria ofrecida a media tarde de ayer por Imanol. La lesión que le produjo el central del Celta, Jorge
Sáenz, agravada por su participación en el partido ante el Levante, le deja otra vez en el dique seco y lo que la Real espera es que no tenga que viajar a Noruega para que se recupere en Zubieta.

Para buscar la gloria del liderato, Imanol no planea hacer demasiados cambios, aunque no se puede descartar que la Real comience este encuentro casi como acabó el de Granada: con Januzaj junto a Oyarzabal y Portu por detrás del delantero, que sería Willian
José, y por delante de dos pivotes como Zubeldia y Merino. Aritz
Elustondo, ya recuperado, también tiene opciones de retornar al eje de la zaga.

Precisamente la entrada del central de Beasain, tras un mes de ausencia, fue la gran novedad de una lista de la que se cayó Zurutuza, cuyo papel ya es más que residual. Los otros tres realistas que se quedaron fuera por decisión técnica fueron los de siempre: Aihen, Pardo y Sagnan.

Se espera un Leganés cerrado atrás que busque el cielo a la contra. No pueden tener un planteamiento suicida, pero sólo podrán salir de las catacumbas a base de triunfos. Una de sus grandes novedades será la presencia de Kevin
Rodrigues, cedido por la Real sin ‘cláusula del miedo’, en el lateral izquierdo, por la sanción de Jonathan
Silva.

Otra noche para soñar.


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