Una pizza margarita y al fondo, el Vesubio

“Aquel Nápoles era un gran equipo. No sólo tenían a Maradona. Recuerdo a Careca, a Alemao, Ferrara…”. Jon Andoni Goikoetxea (Iruñea, 1965) rememora con una sonrisa y un punto de añoranza un fútbol de otra época en el que la Real también estuvo a punto de hacer historia. El extremo navarro, ahora miembro del departamento de scouting del Barcelona, jugó como txuri urdin antes de firmar por el conjunto azulgrana, de 1988 a 1990, y participó en la Copa de la UEFA 88/89 en la que la Real cayó por penaltis en cuartos de final. En una hipotética final se habrían enfrentado al Nápoles de Maradona, a la postre campeón. Aquella hubiera sido una buena ocasión para comerse una pizza margarita con el Vesubio al fondo. La cita llegará 31 años después.

'Once' titular Real frente a Sporting de Portugal. Copa de la UEFA 88/89: Arconada, Górriz, Gajate, Larrañaga, Bengoetxea y Bakero (arriba). Zuñiga, Iturrino, Loren, Zamora y Goikoetxea
‘Once’ titular Real frente a Sporting de Portugal. Copa de la UEFA 88/89: Arconada, Górriz, Gajate, Larrañaga, Bengoetxea y Bakero (arriba). Zuñiga, Iturrino, Loren, Zamora y Goikoetxea

“Era una Real muy bonita”, recuerda para MD de forma amable Goikoetxea. “Una mezcla de veteranía y juventud”, añade. “Estaban Górriz, Larrañaga, Zamora o Gajate y una generación muy bonita de jóvenes: Loren, Uria, Iturrino, el difunto ‘MustiMujika, aprendí mucho con Toshack y Boronat”.

KO en cuartos ante el Stuttgart

Lo que empezó como un milagro terminó siendo una aventura fantástica. La Real se clasificó en la primera ronda, en Praga, con dos goles postreros de Loren y Loinaz (3-2). Había ganado 2-1 en la ida, perdía 3-0 a un cuarto de hora del final y remontó. A partir de ahí, casi se mete en semifinales.

“Hicimos una gran competición”, rememora Goikoetxea. “Eliminamos al Dukla
de
Praga, al Sporting de Lisboa, al Colonia, donde marqué un gol de penalti… Íbamos avanzando y, contra el Stuttgart, estuvimos a punto de pasar a semifinales”, puntualiza. Y es que tras igualar Zamora en Atotxa el 1-0 de la ida, la Real cayó ante el equipo alemán en los penaltis después de que Fuentes, en la prórroga, fallara en la raya un gol clamoroso que daba el pase a la Real a la antesala de la final, donde esperaría el Nápoles.

El Nápoles celebra la consecución de la UEFA en 1989
El Nápoles celebra la consecución de la UEFA en 1989

El momento cumbre del ‘pelusa’

“Me habría hecho mucha ilusión jugar contra Maradona, era mí ídolo”, se retrotrae en el tiempo el navarro. Antes habría que haber dado cuenta del Dinamo de Dresde, del que el Stuttgart se deshizo con solvencia. La final habría sido otro cantar. El Nápoles arrolló en la competición. Tras eliminar a la Juventus en cuartos y al Bayern
de
Munich en semifinales, también superó al Stuttgart en la eliminatoria decisiva por un global de 5-4 (entonces la final de la UEFA se jugaba a doble partido). Fue el primer título europeo, y único, del club partenopeo, que al año siguiente (1990) ganó la Liga.

Fue el momento cumbre de los siete años que jugó el ‘pelusa’ Maradona
en San Paolo (1984-1991) que le convirtieron en un dios que permitió al modesto fútbol del sur de Italia convertirse en alternativa al siempre poderoso económicamente norte, encarnado por Juventus, Inter o Milan. “Con todo el respeto al fútbol actual, Maradona era un jugador que ganaba él solo los partidos”, señala de forma categórica Goikoetxea. “Llevó al Nápoles a ganar dos Scudettos y una UEFA. Hoy es el día que toda la ciudad aún le idolatra”.

La cita de 1989 es la historia de lo que pudo haber sido y no fue. La de mañana en Anoeta es real y Goikoetxea no descarta que los txuri urdin puedan alzarse con la victoria. “El Nápoles tiene mucha historia detrás pero la Real le puede sorprender”, comenta el de Iruñea antes de deshacerse en elogios hacia su exequipo. “Es un conjunto atrevido, bonito, con mucha gente joven, en el que entra gente del Sanse y no se nota, en el que funcionan los fichajes… Desde fuera da envidia. Y además me alegro de que haya navarros que funcionan”, finaliza ‘Goiko’ encantando con el aporte de Monreal y Merino.


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