El momento desbordante de Joao Félix es una de las diferencias más visibles, pero no la única de la reacción del Atlético de Madrid, reactivado con dos triunfos consecutivos y recuperado en varios aspectos clave: el equilibrio, la fortaleza defensiva, los goles a balón parado y, sobre todo, la ambición.
Dentro de esa combinación de factores, bajo la duda casi toda la temporada, más aún recientemente, el club rojiblanco ha recompuesto su figura mientras cumplía con su objetivo mínimo en la Liga de Campeones, el acceso a los octavos de final, e insiste en su meta prioritaria en la Liga: el podio de la clasificación, al menos.
A falta del gol que ha encontrado en los dos últimos choques y con el que mantenía -y aún mantiene- una pelea aún por superar al completo, ya había mejorado en los últimos seis encuentros oficiales. Frente al Granada (1-1), al Juventus (1-0), al Barcelona (0-1), al Villarreal (0-0), al Lokomotiv (2-0) y al Osasuna (2-0).
En todos ha demostrado una ambición de victoria desde el primer minuto y una predisposición por presionar más arriba y jugar en campo contrario que no había transmitido en muchas de las anteriores citas, sobre todo en el primer tiempo. Ante el Valladolid, el Alavés, el Real Madrid, el Espanyol o el Leverkusen, entre otros.
“Tenemos que seguir la línea que empezamos desde Granada. Desde que volvimos del parón liguero el equipo siempre ha competido muy bien”, valora Diego Simeone, el entrenador del Atlético, cuyo equipo no encadenaba dos victorias seguidas desde hace ocho encuentros con un hecho similar: ganó primero en Liga de Campeones al Leverkusen (1-0) y después en la Liga al Athletic (2-0). Los dos en casa.
Como ahora, pero la evolución es más palpable en la actualidad que entonces, tanto en el colectivo como en las individualidades, en la manera de encarar los inicios de cada encuentro, en su presión, en su intención insistente de jugar en campo contrario, en la consecuente multiplicación de las ocasiones… Y con Joao Félix.
En aquel momento estaba de baja y aún no había asumido el protagonismo ni la constancia que sí tiene ahora. Lo tuvo en Villarreal sin el premio del gol, contra el Lokomotiv como el líder de su equipo y ante el Osasuna con un primer tiempo sensacional, en el que desbordó, regateó, asistió, remató al larguero y jugó a un nivel imponente. Su fútbol es hoy indispensable para el Atlético.
“Tiene un poder de creatividad y resolución y siempre muestra vértigo y peligro cuando tiene la pelota en sus pies. Está siendo regular, que eso es lo mejor que le está pasando. Cada partido, siempre va mejor. Eso es muy bueno para todos y para él. Me gustaría que tuviera más gasolina al final del partido. Quizá lo tendremos que hacer correr menos para el ordenamiento del equipo”, expuso Simeone sobre el atacante, que acusó el desgaste en el segundo acto.
“Es un grandísimo jugador, muy joven y creo que está bastante centrado, concentrado e implicado en la responsabilidad que tiene. Le da igual la presión. No la siente. Y eso es lo que le va a hacer en el futuro ser uno de los mejores jugadores del mundo. Si trabaja como tiene que hacerlo, va a estar entre los mejores”, destacó Álvaro Morata, reencontrado con el gol después de cinco encuentros.
Y a balón parado. Otra clave de los dos últimos triunfos del Atlético. Contra el Lokomotiv, Felipe Monteiro convirtió el 2-0 a través de esa destreza; contra el Osasuna, Morata desató la victoria con un cabezazo imparable hasta para Sergio Herrera, el descomunal este sábado portero del Osasuna, en un servicio de Kieran Trippier.
“Claro que se ve todo el trabajo que hacemos. También nos estaba costando un poco marcar goles de balón parado. Marcó Felipe, marqué yo, eso es muy importante para nosotros y tenemos que sacarle más provecho. Estamos en una buena línea”, expuso el ‘9’ rojiblanco.
Ya intuye la salida de la inquietud de los últimos meses. Tiene argumentos para ello, como por ejemplo el equilibrio en el que tanto insiste su técnico, además en el déficit más tangible que había tenido hasta ahora: la generación de ocasiones sobre la portería contraria que ha multiplicado mientras afina aún toda su pegada.
A la vez, ha reducido las oportunidades de su rival y, sobre todo, los goles en contra. Después de una serie con ocho tantos recibidos en siete partidos consecutivos sin la portería a cero, la peor racha de Jan
Oblak en el Atlético, ahora enlaza tres sin encajar para revitalizar una virtud indudable del club rojiblanco.
Pero está todavía por debajo de las expectativas. Ha sumado 29 puntos y ha perdido 22 en las 17 jornadas jugadas, de las que sólo ganó cuatro de sus últimos 14 encuentros, estancado en los empates, con ocho. El final del curso está por vislumbrar, con cuatro frentes: Liga, Liga de Campeones, Copa del Rey y Supercopa.
Necesita más el Atlético, que no ha encadenado dos victorias en la Liga desde la tercera jornada, con una serie de tres, y que ahora tiene la oportunidad delante, el próximo domingo a las 16.00 horas contra el Betis, con la alerta que suponen también sus números visitantes. De sus últimas 19 salidas en Liga sólo ganó siete.
La exigencia clasificatoria requiere mucho más. “El Atlético de Madrid está en un nivel que tiene que estar entre los tres primeros siempre. Estamos creciendo y al final lo que queda es dónde acabe el año y lo que has hecho. Estamos capacitados para hacer un gran año”, advierte Morata de su equipo, que retoma el trabajo este martes.
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