Una Vuelta para la historia de San Mamés


Athletic y ciclismo. Dos elementos que casan a la perfección. El cóctel ideal para cualquier bilbaíno amante del deporte. ¿Qué más se puede pedir? San Mamés abrió sus puertas para acoger al pelotón de la Vuelta a España en la salida neutralizada de la 13ª etapa. Un día especial. Bicicletas en ‘territorio Aduriz’. Bilbao es tierra de veteranos. Como el buen vino, mejoran con el tiempo. Philippe Gilbert alzó los brazos el jueves en la Gran Vía. Generación del 82. Un año menos que el delantero donostiarra.



El rojiblanco habitual en los aledaños de San Mamés lo tomó la serpiente multicolor en los prolegómenos de una jornada con final en Los Machucos. El sol acompañó para que los entusiastas aficionados vizcaínos arroparan a todos los ciclistas. Sin excepción. No era un día cualquiera. Hacía 57 años que la Vuelta no entraba en la casa del Athletic. Antaño lo hizo en el viejo San Mamés. Para el nuevo supuso su bautizo.

Hacía 57 años que el pelotón de la Vuelta no entraba en San Mamés. Lo hizo en el viejo y albergó dos finales de etapa. Para el nuevo supuso su bautizo

Dos veces fue escenario de un final de etapa de la ronda española. La última fue en 1962 en una edición que se llevó el alemán Rudi Altig, con una “lluvia torrencial” sobre San Mamés, según relata la crónica de Mundo Deportivo. Hubo polémica. Jacques Anquetil no tomó la salida alegando una enfermedad que no terminó de convencer a los informadores. El feudo del Athletic también acogió el final de la Vuelta en 1960, en una contrarreloj, con triunfo para el belga Franz de Mulder. “Bilbao tributó un grandioso recibimiento a los 24 supervivientes y San Mamés registró otro llenazo”, aseguraba MD por aquel entonces.

Lo de ayer fue distinto. Fue el inicio de una etapa y las gradas no abrieron para el gran público. San Mamés recibió a la Vuelta con todo su esplendor. Dos horas antes se proyectaban imágenes de la victoria del Athletic ante la Real en la pantalla gigante del exterior. A sus pies se ubicaba el control de firmas y en la explanada, todo lo que mueve la carrera y los autobuses de los equipos. Un espacio idóneo para que la hinchada se acercara a sus ídolos.

Un vínculo, el del Athletic y las bicicletas, que va para un siglo. El club bilbaíno tuvo una sección ciclista que vio la luz en 1924. Tomó parte en la Vuelta al País Vasco y sumó victorias, por ejemplo, en el Circuito de Getxo. La experiencia finalizaría al final de la década. El fútbol fue entrando en el profesionalismo y todos los recursos se dirigieron allí. De modo que el resto de disciplinas deportivas terminaron por desaparecer.

El corte de cinta se produjo en el exterior de San Mamés y el pelotón enfiló la bajada hacia el parking para acceder al interior del recinto. Los protagonistas recorrieron el perímetro del terreno de juego, por el césped artificial. Intentando no pisar el verde. Solo entraron las bicicletas, un par de coches y alguna moto. El rugido del león sonaba por la megafonía.

Edward Theuns puso la nota de humor al simular el lanzamiento de un penalti y la broma tuvo su continuidad con otro intento de un ciclista del Ag2R y un Bora ejerciendo de portero

Si para alguien era especial la jornada era para Omar Fraile (Astana), Mikel Bizkarra (Euskadi Murias) y Jonathan Lastra (Caja Rural). Los tres representantes de Bizkaia en la Vuelta. Se enfundaron unas camisetas del Athletic personalizadas para cada uno de ellos y encabezaron el pelotón a su paso por San Mamés. También se dejaron ver los directivos rojiblancos Mikel Martínez (médico de la ronda española), Joana Martínez, Fernando San José, Óscar Arce y María Tato.

El rodeo al terreno de juego dio incluso para algunas risas. Sobre todo cuando Edward Theuns (Trek) se bajó de la bicicleta y simuló lanzar un penalti ante la sorpresa del resto de sus compañeros. Abrió la veda. El grupo siguió avanzando y, en la portería de norte, un corredor del Ag2r se animó a ejecutar otra pena máxima imaginaria, con su casco como balón, y otro del Bora hizo las veces de portero. Cachondeo. Futbolistas por un día. Luego abandonaron San Mamés por el mismo lugar por el que entraron, completaron el recorrido neutralizado y empezó lo serio rumbo a Los Machucos. Roglic dio otro hachazo que reforzó su maillot rojo de líder en una etapa que ganó Pogacar, que se vistió de blanco al ser el mejor joven de la Vuelta. Un final rojiblanco para una jornada histórica que volvió a unir Athletic y ciclismo.


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