“Veía al equipo muy enchufado”


Gorka
Etxeberria asumió banquillo del Real Unión hace tres semanas. A la ya de por sí comprometida dinámica deportiva que afrontaba, se le suma una situación tan difícil de gestionar como la incertidumbre que está causando la suspensión de la Liga por culpa del coronavirus. “Lo primero es la salud y todo los demás va por detrás”, señala el técnico donostiarra. “Pero es verdad que hay muchas incógnitas”.



Las dudas se acumulan en las cabezas de los futbolistas y de los gestores del club. “Hay mucha gente profesional detrás de estas categorías que tienen su ‘modus vivendi’ en juego dependiendo de ascensos, descensos o protocolos. Lo peor es la incertidumbre, también para los clubs, porque hay unos presupuestos que cumplir”.

Como sucede con todos los equipos, el día a día se ha visto totalmente alterado. “Hemos improvisado dos líneas de trabajo”, explica. La primera tiene que ver con el apartado físico y la segunda, con el psicológico. “Estoy en contacto con ellos. Una o dos veces cada día les mando algunas cositas, y la idea es poner en marcha una especie de programa de seguimiento para analizar el momento futbolístico, qué estábamos haciendo bien y que cada uno haga un poco introspección… Una especie de terapia individual para mantenernos activos mentalmente e ir enfocando a cómo queremos retomar cuando retomemos”.

Una situación que llega apenas dos semanas después de que Etxeberria se hiciese cargo del banquillo. “Habíamos avanzado mucho en poco tiempo. El equipo ha estado muy predispuesto a lo que le he ido pidiendo y en dos semanas habíamos alcanzado un punto bastante bueno. El equipo estaba muy enchufado. Yo era relamente optimista y de alguna forma se nos ha pinchado el globito. Cuanto más se alargue, más difumina todo eso”.

El técnico y director de fútbol del Real Unión no comprende que la suspensión sigua siendo para dos jornadas. “En teoría el lunes que viene es lunes de competición. No sé a qué esperan para alargar la suspensión o declararla hasta nueva orden. Nos llama a prepararnos a corto por si efectivamente en 10-15 días tenemos partido”.

La sensación, sin embargo, es que será difícil poder continuar la competición. “Profesionalmente tengo que tener todas las variantes preparadas. Pero es una competición larga, con un play off de un mes, con gente que trabaja… Mi quiniela es que no se reanuda”.

Hasta final de temporada

Tras la destitución de Iturralde, Etxeberria asumió el banquillo para dos partidos con la intención de buscar un sustituto. Sin embargo, el club anunció que seguirá hasta final de temporada. “En la comisión deportiva buscábamos algo muy concreto”, detalla. “Nos pusimos tres condiciones: las dos de siempre, que fuese un gran entrenador y un hombre de club, implicado en la base y en nuestro proyecto a medio plazo. Y en el contexto actual, además, queríamos a alguien que conociese perfectamente la plantilla; que no necesitase periodo de adaptación”.

Hubo contactos con otros técnicos, pero no fructificaron. “Sondeamos a bastantes entrenadores pero muchos no cumplían la tercera condición. Los pocos que lo hacían, no sentían que era el momento. Nos habíamos marcado un plazo de dos semanas y, por ello, hemos decidido que continúe yo. Y en verano, ya podrían entrar los que cumplen las dos primeras condiciones”.

Mientras los acontecimientos van dictando el futuro de las competiciones, Etxeberria aprovecha el tiempo para seguir dando pasos en su función de director de fútbol del club. “He visto tanto fútbol durante todo el año que lo primero he puesto en marcha es el plan del equipo. Y por otro lado están todos los temas de secretaría técnica o de rediseño del club para el fútbol base, metodología… Ahí tenía mucho trabajo iniciado que tuve que cortar cuando cogí el equipo. Estoy metiendo horas en eso”.

La Segunda B podría verse abocada a la suspensión. La decisión sobre posibles ascensos y descensos sería complicada. “Cualquier decisión va a tener una dosis de injusticia, pero hay que tratar de que sea lo más lógico posible. A mí se me ocurren tres: la primera es cortar con la primera vuelta, porque habremos jugado todos contra todos. La segunda sería dar por inválida la temporada. A mí se me ocurre otra: ir a una temporada nueva, de 38 jornadas, peor saliendo con los puntos que tenemos en este momento. Podría ser raro, pero innovadora y un poco menos injusto”.



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