Velocidad de crucero para viajar a Europa

La moraleja de la primera vuelta completada el domingo por la Real se abre a todos los paladares. Los que no necesitan caviar para saciar el apetito se quedarán con que el quinto puesto es carne de celebración porque significaría clasificarse para Europa. Los más exquisitos dirán que se han tenido que conformar con los 31 puntos sumados después de que, consumada la derrota contra el Villarreal, los txuri urdin no se han podido acercar a dos victorias del líder. Así de heterogéneo es el fútbol, que tantas lecturas resiste siempre.



Una conclusión más apabullantes es que la primera mitad de la temporada ha resultado sensacional para la Real. Similar a una poesía, con un virtuosismo de enorme calidad en su juego, una pasión desenfrenada gentileza de su entrenador, Imanol, y una entrega que ha convencido a toda la familia por parte de un ‘once’ que, como las estrofas más ilustres, se recita de memoria. Plasmado en la clasificación, el sello realista se traduce en un quinto puesto notable que daría el pasaporte para jugar la Europa League el curso que viene.

El viaje a Europa se está llevando a cabo a velocidad de crucero. La Real ha estado entre los seis primeros de la Liga durante 16 de las 19 jornadas celebradas y nadie le desbanca de la cabeza desde la quinta. Para explicar esta regularidad, la ecuación no deja indiferente a nadie que haya conocido la historia más costumbrista de la entidad. Al contrario que durante toda su vida, la Real basa sus felices resultados en su comportamiento a domicilio. Los borrones del mejor escribano son en Anoeta. Sorprendente.

Real
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Odegaard, el gran impacto

La Real es más vulnerable en casa. Ha ganado un partido menos (4) que lejos de Anoeta (5), donde deslumbra con su rentabilidad y valiente imagen. Los de Imanol
Alguacil han perdido el mismo número de partidos (3) siendo locales o visitantes.

Y eso que Anoeta es otra de las gratificantes noticias de la primera vuelta. La llama de la pasión arde con más fuerza que nunca, con 34.000 socios y 30.000 asistentes de media en un estadio que no sólo contempla el partido, sino que interviene animando, cantando, protestando y presionando al rival. Fútbol puro.

A la vanguardia de los nombres propios luce Odegaard, el gran impacto de la primera vuelta. Un futbolista superlativo que lidera las operaciones del avión con destino Europa junto con otros comandantes de categoría como Zubeldia, Monreal, Merino, Portu, Oyarzabal o Willian
José.


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