Vencer para salir del pozo

No nos engañemos, tampoco cambiaron tantas cosas: 70 minutos de inferioridad, un Sevilla que perdona,
una correcta gestión de cambios desde nuestro banquillo y, lo contrario, cansancio por parte del rival.

Resultado de todos estos factores: un cuarto de hora de efervescencia encabezado por un brillante
Iker
Muniain
. Y poco más.

Posiblemente,
Gaizka Garitano
tuviera pie y medio fuera en el minuto 70. Pero esta vez sí, se dio la vuelta al partido, oxígeno para el paciente. Los tres puntos, lo mejor junto con la demostración de que hay más, mucho más: más opciones de juego y más formas de gestionar nuestros recursos.

El pasado sábado en San Mamés ante el Sevilla, primera remontada en mucho, demasiado tiempo. Sin ser un Athletic brillante, lejos del guion habitual, jugamos con dos hombres de banda en ambas bandas y un solo media punta y en su sitio: un avance.

Seguimos sin apostar por un delantero de referencia. De nuevo incrustamos a nuestro hombre más veloz sin espacios donde explotar sus recursos. Ojalá vuelva a banda, donde más luce y aporta, en lugar de incrustado entre centrales y sin espacios; donde es otro el delantero fajador y rematador.

La fórmula no funcionó durante 70 minutos. Entre una buena gestión de cambios, el error en los mismos por parte de
Lopetegui
y que el Sevilla nos dejó vivos, el Athletic tuvo ocasiones para cerrar el partido más que de sobra.

Nos dieron alas

Desde el banquillo, frescura y efervescencia para voltear. Constatar que hay delantero centro y que es un recurso a utilizar; que un Muniain explosivo y no encorsetado en banda suma, no resta; que en definitiva, tenemos mayor variedad de repertorio del que Gaizka contempla y dispone habitualmente. Lo que se viene llamando fondo de armario y otras formas de jugar.

No entiendo la nula participación de
Unai
Vencedor,
según muchos llamado a ser jugador importante en el Athletic futuro; pero no dispone de oportunidades ni confianza ni cuando
Dani


García
pasa por un mal momento, como este dubitativo inicio de temporada. Debe ser parte del grupo.

¡A espabilar!

Y llega Pucela: rival en horas bajas, farolillo rojo, entrenador cuestionado y jugándose el puesto. Vamos, de esos partidos donde aparece el Athletic balsámico, que no sale puesto y vuelve a casa con cara de bobo y el lamento por la ocasión perdida.

Si no queremos que cada partido sea agónico, un match-ball, necesitamos dos victorias seguidas, salir de abajo, estar en un sitio acorde a nuestro potencial, que aporte tranquilidad a afición y técnicos y oportunidades a los jóvenes.

Respetando al rival, el Valladolid tiene una plantilla inferior a la nuestra y si es farolillo rojo en estos momentos de la temporada será por algo. Sin cegarse por el espejismo del último resultado allí, un triunfo por 1-4 antes de que el coronavirus obligase a la suspensión temporal de la Liga, pero conscientes de que ni siquiera va a gozar del apoyo de su afición. No hay excusas para no salir con todo y a por todo de nuevo en Zorrilla. No cabe un Athletic mojigato y conservador.

¿Con delantero centro nato? ¿Podrá
Asier
Villalibre

disfrutar de titularidad y confianza? Jugamos contra el último. ¡Qué mejor sitio para demostrar que uno donde no confiaron en él! A por los tres puntos.

Si nada se tuerce, aquí en siete días.


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