Quique Sánchez Flores ha pasado revista este jueves a su paso por el banquillo del Espanyol y su despido cuando no había cumplido todavía su segundo año al frente de la nave perica, en abril de hace dos años.
Aunque asegura no sentirse “traicionado ni engañado”, el entrenador sí que lanza un dardo al reconocer que si volvería al Espanyol “si respetase el entrenador y cumpliese el proyecto”, condiciones que a su juicio, no se dieron en su etapa final en Cornellà-El Prat.
“Por supuesto que volvería al Espanyol. Fui feliz y si se dan las condiciones podría volverlo a ser, que son respetar la figura del entrenador y cumplir con el proyecto. Cuando dejas de hacerlo y nadie lo explica, es un problema grave. Parece que tenga que explicarlo el entrenador. Si lo haces con palabras, mal. Si lo haces sin resultados, mucho peor”, ha revelado en una entrevista al portal ‘Pericosonline’.
Sánchez Flores ha explicado que en el inicio de su segundo año al frente del equipo no llegaron los refuerzos que se habían tanteado y el proyecto se resintió, así como los objetivos planteados y su relación con el presidente Chen. “Por más que yo fuera la imagen del club, esa relación con Míster Chen se corta. Lo que antes eran bondades de un entrenador comprometido con el club, en el día a día, se convierte en una amenaza para alguien en el momento en que tienes influencia en los jugadores”, dejó caer.
Espera que el Espanyol acabe salvándose y considera que Abelardo puede capitanear esa milagro. “Quiero seguir pensando que van a ser capaces. Abelardo ha hecho cosas importantes en otros clubs en momentos de debilidad. Es un tipo muy positivo y enérgico, y ojalá sea capaz de transmitir a la plantilla la emoción necesaria para salir de esta situación”, ha finalizado.
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