Vuelta a las clases: los amigos de la Universidad se hacen ahora en Twitter



Vuelta a clase, este lunes, en un colegio valenciano.Monica TorresEspaña ha sido uno de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) que más ha tardado en reanudar el sistema educativo después del cierre decretado durante la primera ola de la pandemia. Hacia finales de marzo, la decisión de clausurar escuelas e institutos había sido adoptada en algún grado por los 46 países analizados por la organización. A finales de mayo, sin embargo, dos tercios habían reabierto los centros, al menos parcialmente. España no solo no estaba entre ellos sino que, según un informe hecho público este martes por el organismo internacional, fue uno de los cinco que decidieron prorrogar el cierre hasta final de junio, “lo que equivale a decir hasta el final del año escolar”, a excepción, precisa, de cuarto de la ESO y segundo de Bachillerato, en los que la asistencia fue muy limitada y voluntaria.La decisión sobre la reapertura de las aulas en España, que fue adoptada por las autonomías (competentes en la materia) y se quedó muy lejos de la recomendación de reactivación del sistema educativo planteada por el Gobierno, resultó en la gran mayoría de comunidades testimonial, y el informe titulado El impacto de la covid-19 en la educación elaborado por la OCDE lo constata. Entre los países analizados que también se inclinaron por prorrogar el cierre hasta final de curso figuran Italia (que fue junto a España el país más golpeado por la covid al inicio de la pandemia), Irlanda, Portugal (con excepciones en algunos niveles) y Lituania, destaca la organización.En algunos lugares se decidió adelantar o acortar las vacaciones para reducir el impacto del cierre escolar (el informe menciona como ejemplos los casos de Australia, Chile, Corea y Lituania). En España se decidió no tocar el calendario ni las vacaciones de verano, a pesar de ser de las más largas de la OCDE, pero el país sí se benefició, desde el punto de vista educativo, del hecho de que las vacaciones de pascua cayeron en medio del confinamiento.El cierre se prolongó en España para la práctica totalidad de alumnos durante 16 semanas, frente a las 14 de media de la OCDE. Cada semana implicó la pérdida de 23 horas de instrucción obligatoria en primaria y de 30 horas en la primera etapa de educación secundaria (la ESO). Todos los países trataron de compensarlo mediante modelos de enseñanza online y a distancia.Consecuencias económicasEl informe de la OCDE advierte de las graves consecuencias educativas del cierre escolar masivo, y del mayor impacto que ha tenido en las clases sociales desfavorecidas, y apunta la enorme repercusión económica que puede tener a medio y largo plazo. El documento cita un estudio de los economistas Eric Hanushek y Ludger Woessman, según el cual, como consecuencia de la pérdida del equivalente a un tercio de un curso académico en un país (y la subsecuente pérdida de aprendizaje y habilidades y con ellas de productividad), su “producto interior bruto (PIB) podría ser un 1,5% más bajo en promedio durante el resto del siglo”.Aunque a corto plazo diversos países, entre ellos España, han puesto en marcha paquetes de estímulo que abarcan el ámbito educativo, la OCDE expresa su preocupación por el hecho de que a medio plazo la previsible debilidad de la economía y la caída de la recaudación de los Estados desemboque en recortes en educación. Tras el estallido de la anterior crisis, el gasto en este ámbito todavía aumentó en 2009, pero en los años siguientes en torno a un tercio de los países de la organización efectuaron ajustes en educación, recuerda el organismo.Más alumnos por aulaPara la reapertura segura de los centros, uno de los factores fundamentales es el del número de alumnos por aula, porque facilita el mantenimiento de la distancia interpersonal y reduce el riesgo de contagios, advierte el informe. Y en este campo España se encontraba en desventaja respecto a su entorno cuando apareció el coronavirus. La media de estudiantes por clase fue en 2018 de 22 en primaria, frente a 21 en la OCDE y 20 en la UE-23; y de 25 en la ESO, frente a 23 de la OCDE y 21 en la UE-23. Mientras que, como promedio, en la OCDE la ratio se redujo ligeramente entre 2005 y 2018, en España aumentó un 7% en primaria y un 5% en secundaria.Las comunidades están ahora contratando profesores para reducir el número de alumno por aula (los Gobierno autonómicos han prometido reforzar sus plantillas con 39.000). La tardanza a la hora de planificar el nuevo curso en algunos territorios ha hecho que estén teniendo problemas para enrolarlos a tiempo.Uno de cada cinco jóvenes ni estudia ni trabajaEl documento sobre la covid es una especie de anexo al gran informe estadístico que la OCDE publica cada año, llamado Education at a Glance, que analiza las principales variables educativas, con cuyos datos el Ministerio de Educación elabora su publicación Panorama de la educación, difundida también este martes. Los datos inciden en varias de las debilidades estructurales de España. Entre ellas: en 2019 uno de cada cinco jóvenes (19,7%) de entre 18 y 24 años ni estudiaba ni trabajaba, y de ellos el 43% tampoco estaba buscando un empleo (el promedio de la OCDE era el 14,3%).Si el foco se abre para abarcar a la población que tiene entre 18 y 29 años, el índice apenas mejora para España: un 18,3% ni estudiaba ni trabajaba, frente a una media del 13% en la OCDE.Como elemento positivo: entre los años 2000 y 2019, el porcentaje de jóvenes españoles de entre 20 y 24 que continúan estudiando ha aumentado un 15,5%, mucho más que el promedio de la organización (3,7%).Caída de la inversión públicaLas consecuencias de la anterior crisis económica continúan siendo detectadas por las estadísticas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (parte de las cuales se confecciona con cierto retraso): entre 2005 y 2017, el gasto público en educación se redujo en España ocho puntos, mientras el gasto privado aumentó exactamente en la misma proporción. En la OCDE se produjo la misma tendencia, pero más atenuada: una caída del 3% y un crecimiento del 2% respectivamente.Las comunidades autónomas aportan el 82% de los fondos públicos destinados a educación, un reflejo de un modelo que en este terreno está fuertemente descentralizado. El informe de la OCDE también refleja que el salario real (teniendo en cuenta la inflación) de un profesor medio en España es inferior al que tenía en 2005, algo que también sucede en otros países, como Francia, si bien en el conjunto de la OCDE se han elevado.Elevada escolarización de los más pequeñosEspaña destaca por su elevada tasa de escolarización en el primer ciclo de educación infantil (0 a 2 años), que alcanza el 38,2%, frente al 25,5% de la OCDE y el 23,6% de la UE-23. Entre los menores de un año, alcanza el 12%, frente al 7% de la OCDE y el 4% de la UE-23.Solo el 60% completa la FPEl 82% de los alumnos españoles que empiezan el Bachillerato lo completan, un porcentaje inferior al del promedio (87%) del grupo de ocho países en el que la OCDE incluye en este apartado a España -y en el que figuran países tan distintos como Corea (97%), Japón (95%), Eslovenia (86%) y Costa Rica (72%)-.La proporción de alumnos españoles que completan la Formación Profesional cae al 60%, frente a una media del 77% en el mismo grupo países.Siga EL PAÍS EDUCACIÓN en Twitter o FacebookApúntese a la Newsletter de Educación de EL PAÍS


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