Vuelve la fiebre de las motos a Jerez

Vuelve la fiebre de las motos a Jerez

En las calles de Jerez comienzan a dejarse ver los primeros moteros tras tres años sin acudir a la meca del motociclismo por las restricciones de la pandemia, y desde los cuatro costados de España y procedentes de Europa o de países tan alejados como Australia o Japón, una marabunta enfundada en monos de cuero se prepara para teñir de colorido las carreteras del sur andaluz.

Hay muchas ganas de motos entre los aficionados, que en las dos últimas ediciones del Gran Premio de España de MotoGP no pudieron acudir al Circuito de Jerez-Ángel Nieto al celebrarse esta prueba deportiva a puerta cerrada.

“No me lo perdía desde el 95”, señala a Efe un seguidor procedente de Granada, para quien estos dos últimos años han supuesto una “larga espera” que “por fin ha acabado”, relata con ilusión mientras acomoda su motocicleta junto a la acera dispuesto a “pasarlo bien, aquí con los vinos” y ya este viernes en el circuito en el inicio de los entrenamientos del Gran Premio.

Los moteros están ávidos de disfrutar de este festejo del motociclismo, que desde 1987 se da cita de manera ininterrumpida en el circuito jerezano y que después de la pandemia vuelve a ser un hervidero en las calles de la ciudad y en los municipios más cercanos.

Honda, Suzuki, Yamaha, BMW, Kawasaki, Aprilia… La amalgama de motocicletas es diversa y variopinta en Jerez desde la tarde del jueves y no sólo las conocidas como ‘R’, réplicas de los modelos que corren en el circuito jerezano este fin de semana. Otros moteros se pasean luciendo sus monturas tipo ‘custom’, al estilo de la película estadounidense ‘Easy Rider’ (1969).

Los hosteleros esperan que la localidad jerezana sea una “fiesta” de nuevo. “Ya era hora, después de todo lo que estamos pasando”, observa ilusionado un camarero sin dejar de colocar el mobiliario en la terraza de su bar.


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En la avenida Álvaro Domecq, centro neurálgico de la caravana motera, en la tarde del viernes y el sábado hay organizadas exhibiciones. En los Claustros de Santo Domingo, otro lugar de interés es la exposición de motos clásicas, que está abierta hasta el domingo. Además, convivencias en peñas moteras y conciertos de rock aderezan el programa de actividades paralelas al Gran Premio.

El GP de Jerez congregó en 2019 a más de 150.000 espectadores entre sus tres días de celebración y los desplazamientos hacia la capital del motociclismo se acercaron a los 330.000, según las cifras oficiales aportadas por la organización.

Recién llegada de Murcia, una chica se desprende de su casco asombrada por el recibimiento. Los tubos de escape compiten entre sí por ver cuál hace más ruido, los carenados brillan al sol y los neumáticos derrapan enardecidos en el tumulto. Después de tres años, otra vez huele a octanos en Jerez.




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