Williams: “146 partidos seguidos no está mal, pero quiero más”


Esta es su sexta temporada como jugador del primer equipo del Athletic. Desde aquel lejano 6 de diciembre de 2014, día de su debut como león frente al Córdoba en San Mamés, hasta la fecha acumula 238 partidos oficiales con 59 goles en su haber. Otro dato llamativo del recorrido en Primera de nuestro protagonista es que suma 146 encuentros de Liga consecutivos. Desde la visita del Atlético de Madrid a Bilbao del 20 de abril de 2016 hasta ahora, dicho de otra manera, ha comparecido en todas y cada una de las citas ligueras del equipo rojiblanco. Iñaki Williams, un auténtico todoterreno.



Del once titular de Valverde ante el Córdoba del día de su debut solo quedan ya De Marcos, Beñat, Muniain y usted en plantilla…

Van pasando los años, dentro de poco voy a cumplir 26, y parece que fue ayer cuando debutaba.

¿Se acuerda con quién compartió delantera aquel día?

Con Borja Viguera y en el descanso me cambiaron. A muchos compañeros les llevo en el recuerdo y me escribo con ellos porque al final el vestuario del Athletic es una gozada. Cuando subes te abren las puertas y te lo ponen todo más fácil. Poco a poco van pasando los años y en algún partido este año incluso he llevado el brazalete de capitán.

Pues el verano pasado acabaron Susaeta, Rico e Iturraspe y este va a salir Aduriz seguro y posiblemente San José y Beñat. ¿Qué lectura hace de este relevo generacional?

Que cada vez viene gente joven que abre paso, que está tirando la puerta a base de esfuerzo y de trabajo. Eso es lo que me tocó hacer a mí en su día. El relevo generacional lo iremos tomando otros e intentaremos hacer un Athletic campeón.

El relevo generacional lo iremos tomando otros e intentaremos hacer un Athletic campeón

¿Qué le pareció, por cierto, la despedida tributada hace unos días a Aduriz en San Mamés?

Fue muy emotiva. Lo sabíamos desde antes y ese día y el anterior fueron muy especiales. Yo tengo muy buena relación con Adu y sabíamos que su etapa iba a acabar, pero no queríamos que acabase.

¡Demasiado ha aguantado en activo teniendo el problema en la cadera que tenía!

Yo le solía comentar ‘¿no hay ninguna manera de que puedas seguir, de poder alargarlo?’ y él me decía que no, que los médicos le habían aconsejado pasar por el quirófano cuanto antes mejor. Es triste cómo ha sido su final. Después de una carrera maravillosa le ha faltado poder poner esa guinda al pastel, poder ganar esa final de Copa con él a pie de campo. Se merece una despedida por todo lo alto porque nos ha dado muchísimo a los jugadores jóvenes, al club y a mí, en especial, me ha ayudado mucho en estos seis años.

Decía hace poco el propio Aduriz que él ha aprendido a meter goles con el discurrir de los años. ¿Comparte la teoría de su compañero?

Él ha ido quemando etapas, pero en su última vuelta al Athletic fue cuando terminó de romperla y de ser la referencia que es para todos nosotros. La base de un delantero tiene que ser la paciencia y el gol. Al final el gol llega a base de trabajo y Adu ha trabajado mucho para llegar a ser lo que hoy en día es. Ese poso en el área lo ha ido ganando a base de partidos y de confianza.

¿Y cómo lleva usted lo de asumir y asimilar la necesidad de tener ese poso a la hora de definir?

Adu siempre me ha insistido en tener esa pausa y yo poco a poco la voy encontrando. Todavía no le llego ni a la suela del zapato, pero ojalá pueda llegar a sus números porque eso significará que he cogido bien el testigo.

Aduriz también ha dicho alguna vez que con 25 años, su edad actual, apenas tenía experiencia y había hecho goles en Primera. ¡Qué caminos tan distintos para converger en un mismo punto!

Cada uno luchamos por nuestro camino. A unos se nos dan unas circunstancias y a otros otras, pero lo que tenemos todos en común es que intentamos hacer al Athletic más grande. Eso es lo que ha hecho Adu y lo que voy a intentar seguir haciendo yo.

Desde el 20 de abril de 2016 no se ha perdido un partido de Liga o, lo que es lo mismo, ha participado en todos los encuentros ligueros de las cuatro últimas temporadas más los cinco últimos de la quinta. ¡Menuda racha!

146 seguidos no está mal, pero quiero más. Según van pasando los partidos siempre le digo a Paco Angulo, el doctor, ‘Paco que estoy cerca de los 202’ y nos echamos a reír. Va a ser complicado, va a ser difícil, pero me haría mucha ilusión poder dejar el récord en 203. Las lesiones me está respetando y la genética también. Que el míster me siga haciendo jugar cada domingo también cuenta (entre risas).

Adu siempre me ha insistido en tener esa pausa y yo poco a poco la voy encontrando. Todavía no le llego ni a la suela del zapato, pero ojalá pueda llegar a sus números

¿Superará, por otra parte, su tope de 13 goles en Liga?

Eso es lo que más quiero. Intentar pasar de los 13 e incluso de los 15. Hay que ser ambicioso, siempre quiero más. El equipo necesita de goles par ganar partidos, para intentar llegar a Europa y soy una baza importante porque soy el 9 del equipo y se me exige con goles. Si meto muchos en estos once partidos, estaremos más cerca de poder llegar a Europa.

¿Lo suyo definitivamente es jugar de delantero centro, de 9 como dice usted?

Desde pequeño he jugado de 9 hasta llegar al primer equipo. En juveniles, el Basconia, el Bilbao Athletic siempre jugaba de 9, y en categorías inferiores con el Pamplona también. Es donde me gusta jugar, donde me siento cómodo.

¡Pero no siempre ha sido así en el Athletic!

Cuando subí al Athletic de Primera, el equipo tenía una necesidad y una referencia, Aduriz. Era muy complicado quitarle el puesto porque se le caían los goles de los bolsillos. Muchas veces cuando él no estaba me tocaba; pero si estaba, yo volvía a la banda o al banquillo. Lo que más importa para un delantero es hacer goles y si me tiran a la banda derecha, haré como hago siempre: intentar acabar las jugadas como segundo delantero, tirar diagonales, meterme para dentro y explotar mi velocidad desde la derecha.


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