No es un año cualquiera.
Aritz Aduriz
cuelga las botas y en el horizonte emerge la ilusión de la Copa. Sobran los motivos para ver surcar la gabarra, pero uno de ellos es brindarle al donostiarra la mejor despedida posible. Y sus compañeros de vestuario son conscientes. Están comprometidos con la causa. Saben que están ante su gran oportunidad. Aduriz ha tirado del carro durante mucho tiempo, pero ahora el físico no le permite excesos y les toca a los demás.
Entre ellos, a
Williams
. De maestro a discípulo. Iñaki parece empeñado en despedir al 20 subido en la gabarra. “Ves a ‘Adu’ tan motivado, nos lleva diciendo todo el año ‘vamos chavales, hay que llegar a la final, que es mi último año’ y eso nos emociona a todos. Vamos a poner toda la carne en el asador para hacer que el abuelito se retire feliz y tranquilo con un paseo en la gabarra”, manifestó Williams en la Cadena Ser tras la victoria frente al Barça.
El vínculo entre ambos es evidente. Les une el gol. La pantera sabe que de velocidad no podrá vivir eternamente, de modo que ha ido aprendiendo el oficio que tiene Aduriz en el área. Es obligado para ejercer de jugador franquicia en el Athletic. Iñaki asumió galones contra el Barça y también frente al Granada. La ida de semifinales ante los nazaríes quizás haya sido el duelo en el que mejor ha conectado con el resto del equipo a la hora de tirar desmarques desde que llegó al primer equipo. Con una mirada se entendían todos.
Williams estuvo inconmensurable. Hizo trizas a la defensa andaluza con sus diagonales. Solo le faltó la guinda del gol, aunque pudo asistir a
Muniain
. Tiene ‘feeling’ con la Copa. Se le ve motivado. Fue decisivo en Elche, en Tenerife y también ante el Barça. Todo sea por ver a Aduriz encima de la gabarra.
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