Xavier Pastor: “La izquierda ha entrado en contradicciones tremendas con las renovables”


Xavier Pastor (Mallorca, 71 años) es parte de la memoria histórica de la lucha ecologista en España. Fue fundador y presidente de Greenpeace España en 1982 y de Oceana en 2001. Biólogo especializado en oceanografía, ha sido también presidente del Grupo Balear de Ornitología y Defensa de la Naturaleza (GOB). Aunque ya está jubilado y alejado de la primera línea de la lucha ecologista, Pastor sigue asesorando a fundaciones ambientalistas en defensa del mar como Marilles, en las islas Baleares.

Tras toda una vida dedicada a la defensa del modelo de las energías renovables, el biólogo se muestra preocupado y “perplejo” de que sean hoy en día precisamente sectores ecologistas los que se manifiesten y vertebren plataformas en contra de la extensión de los parques eólicos y fotovoltaicos en España, también en Mallorca, donde reside. “El sentido común nos dice que no llegamos a tiempo con los objetivos de bajas emisiones. Con este movimiento de ‘Renovables sí, pero así no’, es difícil llegar a acuerdos. Yo pregunto: si ‘así no’, ¿entonces cómo?”.

Pastor explica que los datos son malos y que con el ritmo actual en comunidades como Cataluña —que está a la mitad de los objetivos de la Unión Europea en generación de energía de fuentes verdes— no se llegará al objetivo de una energía 100% renovable para 2050. “Los tejados solares, las instalaciones sobre polideportivos y polígonos está claro que no bastan para reducir significativamente las emisiones de CO₂. Se precisa más territorio. Un 1% o 2% del total”, añade.

”La izquierda está entrando en unas contradicciones tremendas con las renovables”, denuncia Pastor sobre ciertas decisiones adoptadas por gobiernos autonómicos [como el catalán] de imponer moratorias a la extensión de parques eólicos y fotovoltaicos. Esos ejecutivos también han aprobado el endurecimiento en la implantación de proyectos de cinco megavatios (MW) para rechazar así un modelo a gran escala del que, defienden algunas plataformas, sacarían provecho las grandes energéticas y agudizaría la pérdida de biodiversidad y la despoblación.

Pese a entender e incluso compartir parte del discurso anticapitalista contra los oligopolios energéticos del que estas plataformas vecinales y grupos ecologistas se nutren para oponerse a los grandes proyectos, Pastor cree que el debate llega tarde.

“A mí me hubiera encantado que lo hubiéramos tenido hace 30 años. Pero la realidad es que ahora ya no llegamos a tiempo. Hay que actuar. No quiero ser cínico, pero no creo que haya una revolución mundial a tiempo para cambiar el modelo energético de las grandes compañías sin que nos alcancen los efectos más extremos del cambio climático”, critica.

”Me sorprende cómo la siguiente generación ecologista a la mía está luchando contra aquello que nosotros soñábamos”, explica Pastor, que se muestra sorprendido de la “involuntaria confluencia” que se está creando en esta materia entre el ecologismo y aquellos que “siempre han negado el cambio climático, como la extrema derecha”.

Sobre el impacto visual del que ayuntamientos turísticos y vecinos, como en la Costa Brava, se quejan, Pastor dice: “Pensar que desplegar las energías renovables saldría gratis es un error. Aunque es falso decir que también son enemigas de la biodiversidad, sino sus aliadas. Los molinos pueden hacer daño a determinadas aves, sí. Pero si no los ponemos en un futuro directamente nos quedaremos sin pájaros, sin playas, sin nada”, sentencia.

El debate “viciado” sobre los parques fotovoltaicos

El fundador de Greenpeace España asegura que a lo largo de su carrera como activista ha vivido situaciones que, opina, son difíciles de entender. Por ejemplo, el pasado 20 de septiembre en una manifestación contra la ampliación del aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma (Mallorca), a la que acudió. Pastor explica que la manifestación fue aprovechada por una plataforma vecinal contraria a la implantación de un parque fotovoltaico en terrenos de Aena, actualmente en desuso.

“El ecologismo no se puede permitir que estos grupos marquen el discurso del movimiento. Se está viciando el debate, hay lugares, como parajes naturales [cita la albufera de Alcudia y la protegida sierra de Tramuntana] en los que nunca se me ocurriría implantar un parque. Pero luego hay otros terrenos rústicos que actualmente están en desuso y que podrían utilizarse para instalar parques provisionales, pero donde también se encuentra oposición”, dice el biólogo.


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