Ximo Puig y la arriesgada estrategia de intentar estar en boca de todos

Cuando la Sputnik V apenas se trataba como una vacuna para los países del Este, cuando solo alguno había abierto el debate sobre las patentes de las farmacéuticas que han encontrado el remedio contra el coronavirus, cuando otros presidentes autonómicos miraban de lejos los laboratorios desde los que parten las dosis, cuando esas cosas pasaban, el presidente valenciano, Ximo Puig, ya había dado un paso. El dirigente socialista se ha caracterizado en las últimas semanas por tomar la iniciativa, por ser pionero, en ocasiones con cierto riesgo y aunque sus movimientos tengan apenas repercusión o efecto real.

La reunión con representantes de Janssen el mismo día que se conoció el intento de la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, de tantear la compra de la Sputnik V, sin que ninguno de los dos tenga capacidad de maniobra ni competencia para cualquier negociación sobre la compra de vacunas, ha puesto a Puig en un brete. Todo pese a que lo que hizo Puig fue hacerse una foto y comunicar que la farmacéutica iba a entregar a la Comunidad valenciana las dosis estipuladas con Europa, lo previsto, y lo que Ayuso pretendió fue saltarse las normas de reparto. Pese a las diferencias, el socialista ha tenido que dar muchas explicaciones y contar una y otra vez que lo suyo fue una reunión sin apenas fruto. “No tiene nada que ver con la reunión de Madrid”, tuvo que repetir. “No intentamos comprar vacunas sino recibir información”, precisó.

En el Gobierno central entendieron la diferencia. Fuentes socialistas así lo aseguran pese a que estiman “muy mala fortuna” esa coincidencia temporal que permitió a Ayuso escabullirse de responder a la intentona con la vacuna de la antigua república comunista. “Mejor que no hubiera pasado”, dicen, pero apuntan que no va más allá de “la contrariedad por la coincidencia”, informa Anabel Díez. De hecho, la semana anterior se había reunido con representantes de AstraZeneca y no tuvo la misma repercusión. Aún no se ha referido a la vía abierta por Alemania para que los países compren vacunas al margen de la UE pero este jueves ya apuntó, “desde la máxima lealtad”, que “hacen falta vacunas y defenderé esta postura donde sea necesario”. Y, hace ya un par de semanas, planteó en el Consejo Interterritorial que el Gobierno presionara a la Unión Europea para agilizar los trámites para que la vacuna rusa se administre cuanto antes en España, una vez sea autorizada.

En el seno de Presidencia están convencidos de que la estrategia funciona. El valenciano está en todos los debates, en todos los medios. Se equipara la presidencia del Consell a la de la Comunidad de Madrid e incluso “se le presenta como la oposición a Ayuso”, el ejemplo contrario a lo que hace la popular. El leve desgaste, según creen, compensa.

Pero dentro del propio Gobierno valenciano hay discrepancias respecto a esta táctica. Mientras la diputada de Podem Naiara Davó considera que, al contrario que Ayuso, “que intenta esconder su mala gestión”, las iniciativas del socialista refuerzan el autogobierno, fuentes de Compromís apuntan a que se trata de marketing y que, en ocasiones, el socialista se excede y hace suyas propuestas que, en realidad, son del Consell.

Así consideran el debate sobre la liberalización de las patentes para evitar la escasez de vacunas que el presidente valenciano anunció a principio de mes. Más de un mes antes, a finales de febrero, el pleno del Consell aprobó una declaración institucional en la que señalaba que esa escasez de vacunas se había visto “agravada por las protecciones a la propiedad intelectual que limitan la fabricación y el suministro y que no ha proporcionado los productos covid-19 en cantidades suficientes a quienes más lo necesitan en el momento oportuno”. Y una semana antes de esa declaración, la propia vicepresidenta, Mònica Oltra, pidió que se arbitraran “exenciones en las patentes de las vacunas”. “Hace suyas las propuestas sin explicar que son del Consell”, reprochan a Puig desde Compromís. “Si el tipo de presidencia que quiere es el de los anuncios…”, reflexionan.

“Es el Ximoanuncio”, sostienen fuentes de la dirección regional del PP, que exponen que, en este caso, el problema es que crea una expectativa sobre el ciudadano que luego se torna en frustración. “Es el momento de decir la verdad, y no tapar las colas para vacunarse con anuncios que solo demuestran la carencia de una planificación”.

La Comunidad valenciana ha pasado de tener los peores datos de contagios a registrar los mejores en pocas semanas. Actualmente tiene una incidencia de 34 casos por 100.000 habitantes cuando la media española está en 174 y las comunidades mejor situadas superan los 60. También está algo por encima de la media en vacunación pero todavía queda mucha legislatura por delante.


Source link