El sevillismo se llevó ante el Celta la primera decepción cuando más ilusionado estaba. Líder tras dos triunfos fuera, un primer tiempo cuajado de ocasiones y un rival encerrado ante el que rozaba el 80 por ciento de la posesión.
Pero se le atascó el partido al equipo de Lopetegui, que logró adelantarse en el marcador pero que acabaría cediendo un empate con el tanto de Denis Suárez en un despiste defensivo.
Pero la afición, aparte de mostrando su enfado, se marchó del estadio preguntándose dónde estaba Dabbur (tres jornadas sin convocar) y esperando que Monchi traiga a un delantero antes de que cierre el mercado. Lopetegui regateaba las preguntas en la sala de prensa. “El plazo cierra cuando cierra y contesto lo mismo. Hasta que cierre hay posibilidades de que haya algún cambio. Mientras esté abierto el mercado hay posibilidades. Pero no quiero especular”, decía.
Pero la afición se hace la misma pregunta. Qué pasa con Dabbur para que un delantero que anotó 37 goles en total la pasada campaña en el Red Bull Salzburgo ni siquiera entre en una convocaría de 21 futbolistas. Lopetegui no tenía ningún delantero en el banquillo con que refrescar a un desafortunado De Jong y el asunto empieza a sonar extraño. O es cabezonería del entrenador o es algo que el club esconde. Pese a los rumores, el presidente, José Castro, advertía esta misma semana que el israelí no saldrá de la plantilla y Lopetegui insiste en que cuenta con el jugador.
En el trasfondo empieza a resonar el hecho de que fue una apuesta del anterior director deportivo, Joaquín Caparrós, mientras que Monchi y Lopetegui parece que desean otro perfil de delantero. Pero costó 15 millones y el sevillismo al menos quiere verlo en el campo, mucho más en días en los que el gol se resiste.
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