Yabusele: “Desarrollé mis habilidades gracias al boxeo”


Guerschon Yabusele (Dreux, Francia, 26 años) ha caído de pie en Madrid. En apenas cuatro meses se ha convertido en un pilar del equipo de Laso y en uno de los favoritos de la afición blanca, entusiasmada con la potencia y agilidad con la que el ala-pívot francés mueve su corpachón sobre la pista. Promedia 10,8 puntos y 4,2 rebotes en la ACB y 11,9 y 4,7 en la Euroliga, donde logró el mvp del mes de enero. El Oso Bailarín, como le apodaron en la NBA, dice haber encontrado su lugar en el mundo tras su sorprendente viaje, que ahora hace parada en la Copa del Rey de Granada. El admirable Breogán mide el vigor de un Madrid castigado en las últimas semanas por el calendario, pero agarrado al boxeador Yabusele para recuperar su pegada.

Pregunta. ¿Se siente ya un ídolo en Madrid?

Respuesta. (Sonríe) No. Estoy con varios de los mejores jugadores de Europa y algunos de ellos llevan muchísimos años aquí. Yo les admiro, veo el respeto que generan, y el impacto que tienen en el deporte español. Así que no, no me considero un ídolo. Pero intento fomentar la conexión con los aficionados y la química dentro del equipo. La energía tiene que ir en las dos direcciones para honrar el apoyo que nos dan. Procuro tener eso presente, ayudar en todo y divertirme para hacerles disfrutar a ellos.

P. ¿Quiénes fueron sus ídolos?

R. Al que más admiraba de pequeño era a Kobe Bryant. Con seis o siete años, me quedé fascinado al verle jugar. Me fijaba en todos sus movimientos y gestos, en lo fácil que hacía parecer todo lo que hacía. Era increíble. Pero también me inspiró su esfuerzo y dedicación. Se hablaba siempre de su talento, pero era el que más duro trabajaba. La gente tiende a olvidarse de eso. Quieren ser buenos sin más, pero para eso hay que dedicarle mucho tiempo, muchas horas de gimnasio y preparación.

P. ¿Cómo fue su infancia antes de apasionarse por el baloncesto?

R. Buena y feliz, gracias a mis padres. Ellos llegaron a Francia desde el Congo con 20 años y formaron allí la familia. Somos cinco hermanos y siempre tuvimos comida en la mesa. Pero nos inculcaron la idea de trabajar duro, de no dar nada por sentado. Todo lo que hemos logrado en la vida ha sido a través de sacrificio. Cada vez que salgo a la pista agradezco lo que tengo, valoro lo que hago y recuerdo de dónde vengo.

P. ¿Se hizo jugador de baloncesto, pero pudo ser futbolista o boxeador incluso?

R. Sí. Como la mayoría de críos en Europa quería ser jugador de fútbol, pero cuando di el estirón vi el baloncesto como una gran opción y me entusiasmó rápido. Los entrenadores me vieron potencial. También crecí practicando boxeo, y lo sigo haciendo. Mi padre fue profesional del boxeo y a mí me ha ayudado a desarrollar mis habilidades en el baloncesto, a ser más rápido y ágil. Con el boxeo trabajas todo el cuerpo. Me ayuda a mejorar el movimiento de pies y a potenciar la velocidad de reflejos y movimientos. Esa velocidad, con mi talla y mi peso (2,04m y 123 kilos), es importante.

P. Llama la atención en su biografía deportiva todo lo que ocurrió entre 2014 y 2019. En poco tiempo y siendo muy joven vivió el debut en el baloncesto profesional francés, la llegada a la NBA y dos experiencias en China. ¿Cómo explica ese viaje tan grande y tan rápido?

R. Es imposible estar preparado para todo eso con apenas 20 años. Pero las oportunidades se presentan así, de repente, y las coges o no. Yo decidí cogerlas. Mi experiencia en Shanghai, todo lo que aprendí en la NBA con los mejores del mundo, los 90 partidos que jugué con los Celtics… Todo ese recorrido me ha hecho madurar y me ha convertido en un mejor jugador. Ha sido un camino largo, pero me ha hecho llegar preparado al Madrid.

P. ¿Qué aprendió del baloncesto y de la vida durante esos años?

R. Que no te puedes relajar. He aprendido que tienes que trabajar duro para conseguir lo que quieres. No confiarte ni quedarte en tu último partido, ni para bien ni para mal. Cada vez que sales del gimnasio o del entrenamiento, como de cualquier trabajo, tienes que ser mejor jugador y mejor persona que cuando entraste.

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P. Y, en 2019, llega la vuelta a casa, a Europa, a Francia ¿Qué buscaba, qué le faltaba y quería recuperar en su carrera?

R. Jugar (ríe). Esa era mi principal preocupación. Salir a la cancha, jugar y divertirme, como solía hacer. La experiencia en la NBA es distinta para cada jugador. A unos no les importan ir allí y no jugar; otros juegan mucho y, aun así, no lo disfrutan… Yo cuando regresé a Francia y pude estar más tiempo en la cancha, divirtiéndome, me di cuenta de que echaba mucho de menos esa sensación. Me gusta disfrutar y respirar el baloncesto. Y aquí en Madrid estoy disfrutando un montón desde el primer día.

P. Tres meses le han bastado al club y a usted para querer ampliar el vínculo hasta 2025.

R. Antes de esa firma hablé con mi familia y me dijeron que para ellos era un alivio verme tan feliz en la cancha. Escucharles decir eso me hizo darme cuenta de que esto es lo que llevaba buscando durante todos estos años. Ser feliz y jugar al más alto nivel en uno de los grandes de Europa.

P. ¿Cómo es su relación con los compañeros y con Pablo Laso?

R. Me han impresionado todos porque cada uno aporta algo especial y cada uno mejora el juego del otro. Y en lo que respecta a Pablo Laso, tengo muy buena relación con él. Le gusta lo que aporto en la cancha y a mí me gusta la libertad que él me da. Algunas veces juegas con entrenadores que quieren que seas perfecto, que todo sea perfecto, pero él nos deja libertad para experimentar. Nos da confianza para jugar sin presión y así dar lo mejor.

P. ¿En qué estado físico y mental llega el Madrid a la Copa?

R. Somos un equipo sólido y, pese a las derrotas de las últimas semanas, sé que vamos a recuperarnos. Pese a todo, creo que hemos tenido una muy buena temporada hasta ahora. Tenemos que permanecer serenos y unidos, entrenar y jugar duro para alcanzar las metas. Tenemos la oportunidad de ganar todo lo que nos queda por delante. Vine aquí para convertirme en un mejor jugador, aprender y ganar. Solo ganando eres recordado.

P. Y usted ¿Cómo trabaja el aspecto físico y el mental?

R. El físico lo trabajo mucho en el gimnasio, pero gran parte de mi fuerza es natural. En lo mental, soy una persona muy positiva. Intento encontrarle lo positivo a todo. Paso página de las derrotas entrenando duro y distraigo la mente jugando a videojuegos. Después intento disfrutar del tiempo con los amigos y la familia. Nos mucho gusta ir al Zoo, por ejemplo.

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