La versión mejorada de Yangel Herrera parece haber llegado a Girona. La lesión que apartó al venezolano durante algo más de un mes parece no haber desembocado en el obstáculo que tantas veces supone para los futbolistas.
El centrocampista siempre ha sido una pieza del gusto de Míchel. A pesar de no llegar al club en su mejor momento de forma, el técnico vallecano apostó por su temprana aparición en los terrenos de juego. Quizás fue eso lo que le condenó a la primera de las dos lesiones por las que ha pasado ya el jugador de la selección ‘vinotinto’. Fuese por apuro, por deseo técnico o por ambas, el club anunció su primera ausencia de los verdes el pasado 30 de agosto por una lesión en el tendón de su bíceps femoral diestro. Necesitó un mes de trabajo para volver a respirar el oxígeno de Montilivi.
El 11 de noviembre, Míchel confirmó una nueva lesión muscular tras la victoria frente al Elche previa al parón por un Mundial que partió todas las grandes competiciones en dos mitades que, a falta de confirmación temporal, serán muy distintas. Yangel recaía, aunque fue uno de los beneficiados por el evento disputado en Qatar, pues tuvo el tiempo necesario para llegar a la reanudación del torneo regular.
No lo hizo en el reestreno frente al Rayo, pero sí en el derbi catalán. Al cuadro gerundense se le ponía muy cuesta arriba un partido que empezó ganando pero que, a la vez, el descontrol del mismo le hizo encajar dos goles. El cedido por el Manchester City que, paralelamente, estuvo cedido en el combinado perico durante la pasada campaña, salió al rescate en el 71 de encuentro para poner un testarazo imposible a la esquina de la portería de Álvaro Fernández. No solo se cumplió la famosa ‘ley del ex’, también un retorno fantástico y una celebración más que desvivida al llevarse el índice a la boca frente a la que fue su afición pocos meses atrás.
Con siete días de diferencia, los rojiblancos recibían a un Sevilla capaz de adelantarse a balón parado al cuarto de hora de encuentro. A pesar del empate de Stuani a los pocos segundos del inicio de la segunda parte, Míchel detectó un escenario muy parecido al que Yangel tomó protagonismo frente a los blanquiazules. Esta vez, pero, no tardó tanto en salir al verde del feudo catalán, media hora por delante le esperaría al nuevo héroe de Girona.
Con el corazón en un puño y las pulsaciones ‘in crescendo’, Montilivi iba a punto de convertirse en un bidón de gasolina con un mechero en forma de vaselina. La presión incansable de los rojiblancos, esta vez culminada por Valery, acabó con la pérdida de Nianzou. El tiempo se detuvo a la vez que Yangel enfilaba la aguja del tocadiscos que algunos todavía guardarán en su salón o, incluso, en un trastero arropado por centímetros de polvo. Y sonó. La melodía por excelencia fue cantada por más de 12.000 almas que decidieron apoyar a los que cada fin de semana se visten de corto. No pregunten quién, pero alguien dijo ‘Sonrían como un gol en el noventa’. Faltaba uno para llegar al descuento.
Pues bien, Yangel parece haber reaparecido con su mejor versión tras dos tropiezos en forma de lesión. El venezolano permitió sumar un punto en el derbi de la pasada semana y tres más frente al Sevilla. De quedarse con cero a sumar cuatro más para el objetivo. Un total de cuatro puntos que convierten al mediocentro en la versión 4.0.