La cuenta atrás está en marcha y el final se acerca. Si el Congreso de Estados Unidos no adopta alguna medida este mes, las consecuencias para la economía pueden ser catastróficas, en palabras de la secretaria del Tesoro, Janet Yellen. Yellen ha enviado este lunes una carta a los líderes republicanos y demócratas de la Cámara de Representantes urgiéndoles a que aprueben o suspendan el techo de deuda. Si no lo hacen, el Gobierno federal podría quedarse sin dinero para cumplir sus obligaciones tan pronto como el 1 de junio.
La batalla política está servida. Los republicanos, que tienen mayoría en la Cámara de Representantes, quieren imponer al Gobierno de Joe Biden recortes a cambio de aumentar el techo de deuda, pero sin cargar con la impopularidad de decir cuáles. Además, exigen que Biden derogue algunas de sus medidas estrella de la mitad de su mandato. Han aprobado una proposición de ley en esa sentido, aunque no tiene ningún futuro en el Senado, controlado por los demócratas.
La Casa Blanca, además, lo considera un chantaje y pide que se eleve el techo de deuda sin condiciones. Biden ha llamado este lunes a los líderes del Congreso destinatarios de la carta de Yellen para convocarles a una reunión el martes de la semana próxima, 9 de mayo, en la Casa Blanca. Se trata de Kavin McCarthy, presidente de la Cámara de Representantes; Hakeen Jeffries, líder demócrata en dicha cámara; Chuck Schummer, líder de los demócratas en el Senado, y Mitch McConnell, líder de la minoría republicana en la Cámara Alta.
El límite de deuda se alcanzó en enero y el Tesoro consiguió un poco de colchón con medidas extraordinarias. La batalla no tenía plazo hasta este lunes, con la nueva carta de Yellen. “Tras revisar los ingresos fiscales federales recientes, nuestra mejor estimación es que seremos incapaces de seguir satisfaciendo todas las obligaciones del Gobierno a principios de junio, y potencialmente ya el 1 de junio, si el Congreso no eleva o suspende el límite de deuda antes de esa fecha”, indica.
Yellen explica que esa estimación se basa en los datos actualmente disponibles, ya que los ingresos y desembolsos federales son inherentemente variables, y precisa que la fecha real en que el Tesoro agote las medidas extraordinarias podría ser varias semanas posterior. “Es imposible predecir con certeza la fecha exacta en que el Tesoro no podrá pagar las facturas del Gobierno”, añade.
La secretaria del Tesoro avisa de que es necesario tomar medidas cuanto antes: “Hemos aprendido de anteriores estancamientos del límite de deuda que esperar hasta el último minuto para suspender o aumentar el límite de deuda puede causar graves daños a la confianza de las empresas y los consumidores, elevar los costes de los préstamos a corto plazo para los contribuyentes y afectar negativamente a la calificación crediticia de Estados Unidos”, dice.
En el pasado, incluso las amenazas de que el Gobierno de Estados Unidos podría incumplir sus obligaciones han causado daños reales, incluyendo la única rebaja de la calificación crediticia en la historia de Estados Unidos en 2011, cuando perdió la AAA.
El límite de la deuda es la cantidad total de dinero que el Gobierno de los Estados Unidos está autorizado a pedir prestado para hacer frente a sus obligaciones legales existentes, incluidas las prestaciones de la Seguridad Social y Medicare, los salarios militares, los intereses de la deuda nacional, las devoluciones de impuestos y otros pagos. Está fijado en la actualidad en 31,381 billones de dólares.
“Si el Congreso no aumenta el límite de deuda, causaría graves dificultades a las familias estadounidenses, perjudicaría nuestra posición de liderazgo mundial y plantearía dudas sobre nuestra capacidad para defender nuestros intereses de seguridad nacional”, señala en su carta la secretaria del Tesoro.
En un caso extremo, la imposibilidad del Gobierno federal para endeudarse podría conducir a una suspensión del pago de la deuda, algo sin precedentes que sacudiría los mercados y arrastraría al país a una recesión.
Antes que alcanzar la suspensión de pagos de la deuda, Estados Unidos podría tratar de poner en marcha soluciones creativas para no superar el límite. Por ejemplo, emitir deuda con un valor nominal bajo pero tipos de interés muy altos. Con ella podría obtener más recursos sin superar el valor nominal de deuda en circulación. También se ha barajado como hipótesis teórica la posibilidad de emitir un billete o moneda multimillonario con el que hacer frente a los gastos. Todas esas alternativas tienen contraindicaciones, pero no tantas como la suspensión del pago de la deuda.
El Tesoro empezó a tomar medidas extraordinarias en enero, pero sigue actuando para tratar de ganar tiempo. Yellen ha anunciado que suspende la emisión de valores del Tesoro de la Serie de Gobiernos Estatales y Locales (SLGS, por sus siglas en inglés). Los SLGS son valores del Tesoro con fines especiales emitidos a Estados y municipios para ayudarles a cumplir determinadas normas fiscales. Cuando el Tesoro emite SLGS, se descuentan del límite de deuda. El Tesoro señala que toma esta medida para gestionar los riesgos asociados al límite de deuda, “pero no está exenta de costes, ya que privará a los gobiernos estatales y locales de una importante herramienta para gestionar sus finanzas”, dice.
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