No hay tregua. Marcelino quiere avanzar en el conocimiento y el trabajo con su plantilla sin prisa pero sin pausa. Que no hay partido ante el Atlético de Madrid en el Wanda Metropolitano, entrenamiento matinal en Lezama. Sin excesivo margen de tiempo para bajar en Loiu del avión procedente de Madrid, pasar la noche en casa y otra vez al tajo. No hay tiempo que perder.
Hoy también toca sesión de entrenamiento en Lezama. A las 10.30 horas. Mañana, en cambio, la sesión de trabajo tendrá carácter vespertino. Lo mismo que el martes y el miércoles. El jueves, en cambio, toca partido contra el Real Madrid. En Málaga. En la segunda semifinal de una Supercopa de España que se disputa finalmente en Andalucía y no en Arabia como la temporada pasada. Menos dinero para las arcas rojiblancas y menos días lejos de Bilbao.
La alternancia en las horas de entrenamiento, dicen, es una costumbre del nuevo entrenador del Athletic. El plan de trabajo de los leones de esta semana responde a la forma de entender la preparación de Marcelino y su equipo de trabajo. No les ha ido nada mal con esta metodología en sus últimas experiencias previas a la llegada a Bilbao.
Ayer hubo varias buenas noticias en Lezama. Tanto a Yeray como a Yuri se les vio por los campos exteriores. Dos futbolistas rocosos de los que uno se puede esperar cualquier cosa a nivel de recuperación. No sería la primera vez que sorprendieran a propios y a extraños regresando a la competición antes de lo esperado.
Los cachorros Paredes y Bernaola, por su parte, tomaron parte en el entrenamiento del primer equipo. Marcelino quiere conocer de cerca a todos los canteranos.
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