La toma de decisiones por parte de Zinedine Zidane como entrenador del Real Madrid ha sido, por momentos, muy criticada. Al francés le han llovido ‘palos’ por no haber querido encontrar un hueco a Marcos Llorente, que ahora es capital en el Atlético de Madrid, o por no contar con Reguilón cuando el joven canterano despuntaba y mucho en el lateral izquierdo.
Sin embargo, con quien ha tenido mejor ojo ha sido con Gareth Bale, al que ya desde comienzos de la temporada pasada había desterrado con aquella despedida forzada cuando el galés estuvo a un paso de irse a China. “Si se va hoy, mejor que mañana”, dijo el francés en plena gira de pretemporada. Aún así, aquel curso tuvo que seguir contando con él.
Ganaron LaLiga, pandemia de por medio, y la situación fue tan insostenible que el británico tuvo que hacer las maletas rumbo al Tottenham. Allí parecía que tenía el ecosistema perfecto para hacer a Zidane que estaba equivocado, pero solo unos meses después lo que ha demostrado Bale con sus actos es que Zidane tenía razón y motivos en no querer contar con él.
Problema a largo plazo
Y si bien es cierto que Bale es ahora problema del Tottenham, está claro que pronto lo será del Real Madrid pues el jugador aún tiene contrato con los blancos hasta 2022 y, cuando llegue al final su cesión en Londres, regresará a Madrid. Para entonces hará falta saber si seguirá o no a los mandos Zidane y cómo será el papel de Bale entonces.
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