Zidane tiene la última palabra sobre los cedidos

Al igual que la del resto de equipos, la planificación deportiva del Real Madrid para la próxima temporada ha frenado en seco. La pandemia ha obligado a no mirar mucho más allá del presente más inmediato y a resignarse a resolver los problemas de hoy para que estos sean menos a partir de mañana.

Sin embargo, el tiempo sí que no se detiene y los plazos, aún habiendo sido modificados, son los que mandan. Es por ello que Zidane ya empieza a barruntarse el abanico de posibilidades en cuanto a los nuevos futbolistas que tendrá a partir del curso que viene. Y es que catálogo no le falta al francés, que tiene hasta a 13 futbolistas para elegir.

Una tarea, la de decidir quien se queda y quien se va, en la que ya ha demostrado tener más poder que muchos otros de sus antecesores en el cargo. De hecho, una de las condiciones para que volviera a coger el testigo el curso pasado es que fueran él y su equipo técnico los máximos responsables tanto en el apartado de salidas como en el de llegadas. Y así lo demostró trayendo a su gran deseo Hazard, su apuesta personal Ferland Mendy, o dando su visto bueno al fichaje de Jovic.

De esta manera, los futbolistas implicados y cuyo futuro es todavía incierto, los Odegaard, Achraf o Ceballos, esperan una decisión de Zidane. El visto bueno o la negativa del galo que les aclare cuál va a ser su destino durante el próximo año. Son sobre todo los citados porque sus méritos lejos del Bernabéu han llamado la atención y Zidane ya ha demostrado que antes de mirar el dorsal, mira el talento.

Hay precedentes

Ya lo hizo con Marco Asensio cuando contó con él para la temporada 2016/17 o con Rodrygo el curso pasado. Ganas le sobraron para hacer lo mismo con Kubo, pero entonces el cupo de extracomunitarios impidió su unión. Algo que, un año después, puede volver a ser motivo del nuevo exilio del nipón.

Así pues, y teniendo todo un sprint de 11 partidos por delante, la reanudación de todas las ligas permite a estos jugadores volver a demostrar sus ganas de volver. Zidane, pese a estar ocupado en su carrera por LaLiga, tendrá a buen seguro los ojos puestos en ellos y, por qué no, podría tener guardado algún guiño de los suyos. Por el momento, las circunstancias le permiten no mostrar sus cartas pero la partida avanza y la apuesta del galo se verá tarde o temprano. Hasta entonces, la última palabra es de Zidane.