“Templo Mayor”, en Reforma:
“Mientras los otros gobernadores fronterizos estaban viendo si se ponían de acuerdo para hacer un frente común ante el atorón fronterizo provocado por las revisiones ordenadas por el gobernador de Texas, Greg Abbott, el mandatario de Nuevo León, Samuel García, se avivó y logró un acuerdo bilateral en unas cuantas horas. Más allá de la rápida reacción de García y la lentitud de sus pares de Chihuahua, Coahuila y Tamaulipas, hay quienes se preguntan ¿dónde estaban y qué estaban haciendo los secretarios de Economía, Tatiana Clouthier, y de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, mientras el conflicto fronterizo se desarrollaba y crecía cada hora?”.
“Bajo Reserva”, en El Universal:
“Quién está alistando su mejor traje es el embajador de México en España, Quirino Ordaz, pues el próximo lunes, apenas una semana después de haber llegado a Madrid, será recibido en el Ministerio de Asuntos Exteriores español para presentar copias de estilo de sus credenciales que lo acreditan como representante diplomático. Con ello, Ordaz Coppel podrá empezar a trabajar oficialmente en espera a que se le asigne fecha para entregar cartas al rey Felipe VI. Nos hacen ver que la actitud del gobierno español nada tiene que ver con pausas y que la señal es muy clarita: quieren una relación bilateral que vaya a un ritmo revolucionado”.
“Trascendió”, en Milenio:
“Los diputados federales de Morena y los del bloque opositor iniciarán la madre de todas las batallas por la reforma eléctrica desde el sábado, cuando los morenistas, encabezados por Ignacio Mier, se concentren en el hotel Riazor, en las inmediaciones del Palacio de San Lázaro, con el propósito de afinar los últimos detalles del debate y pernoctar ahí para partir a primera hora del domingo hacia el recinto. Del lado de Va por México, la mayoría decidió dormir el sábado en sus oficinas, sobre todo porque Morena, el SME y otras organizaciones anunciaron mítines a las puertas del Congreso”.
“Estrictamente Personal”, en El Financiero:
“El caso madre de corrupción con el cual el presidente Andrés Manuel López Obrador quería ajustar cuentas con el pasado y justificar el mandato de las urnas en 2018, se colapsó en las primeras semanas de este año, cuando la Fiscalía General de la República informó en tribunales que el único responsable de actos de corrupción en el caso Odebrecht era Emilio Lozoya, exdirector de Pemex. Por consiguiente, la acusación negociada por el fiscal Alejandro Gertz Manero y el padre de Lozoya, Emilio Lozoya Thalman, que involucraba a decenas de funcionarios y políticos, donde el expresidente Enrique Peña Nieto y el exsecretario de Hacienda Luis Videgaray eran los autores intelectuales del mecanismo de corrupción, quedó en el anecdotario de sus inventos. No obstante, López Obrador siguió utilizando su acusación original para promover su ley eléctrica, hasta que el miedo lo hizo recular”.
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