El presidente de Israel, Isaac Herzog, ha dado este miércoles un inusual paso para tratar de desbloquear la profunda crisis política que atraviesa el país por la polémica reforma judicial que promueve el Gobierno de Benjamín Netanyahu. Herzog ha presentado una propuesta alternativa a la del Ejecutivo, que ha generado uno de los mayores movimientos de protesta de la historia del país. “Un acuerdo completo es imposible, pero en este momento decisivo debemos aspirar a un acuerdo amplio en temas legales […] Quien crea que una guerra civil es una frontera que no cruzaremos no tiene ni idea”, ha advertido en un discurso a la nación en el que ha anunciado, sin detallar su contenido, las “Directrices del Pueblo”. Se trata de una iniciativa atípica por parte del presidente, que carece de funciones ejecutivas en Israel, pero puede arbitrar en crisis políticas.
Herzog ha esbozado unas líneas maestras que, mientras hablaba, han sido enviadas a los diputados y publicadas en una página web creada ex profeso. Y ha insistido en que “no se trata de un acuerdo de compromiso”, ni de un texto “a favor o en contra de unos y otros”, sino de un documento que “sirva como base para un diálogo en la Knesset” que dé a luz a un “acuerdo amplio” que “suplante a la propuesta existente”.
El presidente ha insistido en que la actual “crisis histórica” es también un “momento constitucional” que abre la puerta a un consenso “que traiga justicia y paz” y determine las relaciones entre las distintas instituciones del país, tomando en consideración “los miedos y puntos de vista de todos”. “La mayoría de los ciudadanos quiere un acuerdo amplio y vivir una vida segura y buena […] Si una sola parte vence, perderá Israel”, ha agregado.
Herzog también ha lamentado el “odio auténtico y profundo” que ha escuchado tanto de partidarios como de detractores de la reforma judicial, algunos de cuyos puntos más controvertidos aprobó este martes en primera lectura la Knesset y contra la que cientos de miles de israelíes salen a las calles desde hace más de dos meses.
El documento incluye algunas demandas del Ejecutivo, pero excluye las más polémicas. Por ejemplo, eleva de siete a once (de un total de 12) los síes necesarios para que el Supremo tumbe una ley regular. Y solo podrá anular aquellas que contravengan una Ley Básica ―que tienen rango cuasiconstitucional― si está relacionada con las libertades y los derechos humanos. La aprobación de nuevas Leyes Básicas pasará de tres a cuatro lecturas, la última con la mayoría de dos tercios de la Knesset.
El Ejecutivo ganará además presencia en el comité que nombra a los magistrados del tribunal, pero no podrá imponerlos (como pretendía), sino que tendrá que negociar con jueces y disputados de la oposición. Además, bastantes decisiones clave sobre política y nombramientos quedarán fuera de la herramienta por la que la corte suprema puede anular aquellas que considere “irrazonables”.
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El primer ministro Netanyahu ya ha rechazado la propuesta. “Las cosas que propone el presidente no fueron acordadas por la coalición y los elementos centrales de la propuesta simplemente perpetúan el statu quo y no aportan el equilibro necesario entre poderes. Esa es la triste verdad”, ha declarado antes de subirse a un avión rumbo a Berlín.
Por el contrario, los líderes de los principales partidos de la oposición ―el anterior primer ministro, Yair Lapid (Yesh Atid), y Benny Gantz (Unidad Nacional)― la han valorado positivamente El primero ha pedido en un comunicado abordarla con “respeto y seriedad”, mientras que el segundo la ha calificado de “base para legislar en vez de la peligrosa propuesta” del Ejecutivo.
Viaje retrasado
El anuncio presidencial obligó a Netanyahu a retrasar su viaje a Alemania para reunirse con el canciller, Olaf Scholz, y el presidente, Frank-Walter Steinmeier. Tenía previsto iniciarlo este mediodía, pero se ha reunido por la tarde con miembros de su Gobierno, de cara al discurso de Herzog. Los manifestantes contra la reforma judicial se habían concentrado en el aeropuerto de Ben Gurión, cerca de Tel Aviv, y bloqueado los accesos para tratar de impedir el viaje a la hora inicialmente prevista.
Por la tarde, Netanyahu ya decidió adelantar su regreso (del viernes al jueves) tras reunirse con el titular de Defensa, Yoav Gallant, y ser informado de que el ejército ve a la milicia de Hezbolá detrás de un inusual atentado bomba que se produjo en un arcén del norte del país, cerca de Cisjordania, el pasado lunes.
Las Fuerzas Armadas han llegado a esta conclusión por la bomba empleada, “diferente de las que se suelen ver” en Israel y en Cisjordania, y por la información proporcionada por los servicios de inteligencia. La investigación inicial, difundida este miércoles por el ejército tras el levantamiento parcial del secreto de sumario, apunta a que el hombre entró en Israel desde el sur de Líbano. El autor del ataque, cuya nacionalidad no ha sido difundida, portaba un cinturón explosivo, un fusil y una pistola cuando fue abatido dentro de un vehículo en la noche del lunes. “Nuestra asunción es que pretendía cometer otro atentado”, ha señalado el ejército. La bomba hirió de gravedad a un motorista al explosionar.
Relación con la UE
La polémica por la reforma judicial ha saltado las fronteras de Israel para acabar salpicando las relaciones con la UE. Una fuente oficial israelí ha señalado a este periódico este miércoles que el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, no es bienvenido en el país. Menos aún después del pasado martes, cuando compareció ante el Parlamento Europeo para abrir un debate sobre el “deterioro de la democracia en Israel y las consecuencias en los territorios ocupados” y recibió una llamada del ministro de Exteriores del país, Eli Cohen, para reprocharle “con dureza” sus posturas sobre el conflicto de Oriente Próximo y rechazar toda “interferencia en los asuntos políticos internos”, según un comunicado difundido por la diplomacia israelí.
El choque tiene como telón de fondo la propuesta de reforma judicial (que busca debilitar al Tribunal Supremo y afecta a la separación de poderes) y un artículo de prensa en el que Borrell asegura que ni israelíes ni palestinos “están preparados para la paz”, lamenta “el aumento del extremismo” en ambos, critica la “impunidad” de las acciones violentas de los colonos en territorio ocupado palestino y propone cambiar la respuesta internacional al conflicto, caracterizada por “demasiados comunicados y demasiada poca acción”. Para Israel, el jefe de la diplomacia comunitaria “cruzó una línea al equiparar soldados y terroristas”.
Según la fuente israelí, Borrell no ha presentado una propuesta formal para visitar el país de forma oficial, pero sí ha trasladado “varias indicaciones” de su deseo de hacerlo, e Israel ha elegido ignorarlas. “Recibirlo sería darle un regalo para mostrar que es un jugador en el conflicto […] Y no hay mensaje más claro que no haber dado respuesta”, ha agregado. El veto extraoficial, ha añadido, comenzó el pasado diciembre, con el nuevo Ejecutivo de coalición entre el Likud de Netanyahu y los partidos ultranacionalistas y ultraortodoxos, el más derechista de las siete décadas de historia de Israel.
Preguntado al respecto, el portavoz de Asuntos Exteriores de la Comisión Europea, Peter Stano, ha indicado este miércoles que Israel no ha notificado a Bruselas prohibición alguna de viaje a Borrell. “No somos conscientes de ninguna prohibición ni de ninguna decisión de las autoridades israelíes de no permitir una visita del alto representante”, ha dicho Stano, al subrayar que la política de Bruselas es que una visita tiene lugar “en respuesta a una invitación” y solo “cuando las dos partes acuerdan una fecha y la agenda”. “No te pueden impedir una visita si no has sido invitado”, ha resumido.
El portavoz ha recordado además que, tal como dijo el propio Borrell el martes durante su comparecencia ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, las palabras del jefe de la diplomacia europea no son una valoración personal, sino “la posición de los 27 Estados miembros” sobre la situación en Oriente Próximo.
El pasado día 8, Borrell publicó un inusual comunicado “en nombre de la Unión Europea” manifestando la “profunda preocupación de los Estados miembros por la creciente violencia y extremismo en Israel y en los territorios ocupados palestinos”. Tal como recordó el español este martes durante un debate en el Parlamento Europeo en Estrasburgo sobre la región, se trata del primer comunicado conjunto de los Veintisiete sobre el tema “en muchos años”, lo que muestra la preocupación por la escalada de la tensión en el conflicto palestino-israelí, que está dejando cifras de muertos inéditas desde la Segunda Intifada (2000-2005). Más de 80 palestinos y 13 israelíes (más una ucrania que se encontraba en el lugar de un atentado) han perdido la vida en lo que va de año, en el que se han producido ya la incursión israelí más letal en el territorio ocupado de Cisjordania desde 2005 (11 muertos) y el atentado palestino más grave contra israelíes desde 2011, con siete muertos.
En el comunicado conjunto, la UE “llama a los líderes israelíes y palestinos a desescalar la situación y abstenerse de acciones que incrementen el ya alto nivel de tensión”. Además, recuerda —algo que subrayó Borrell de nuevo en Estrasburgo— que “los asentamientos son ilegales según el derecho internacional”. “Israel debe detener la expansión de los asentamientos, impedir la violencia de los colonos y asegurarse de que los responsables [de la violencia] responden ante la ley. Las operaciones militares deben ser proporcionadas y de acuerdo con la ley humanitaria internacional”, agrega el comunicado europeo, que también insta a “poner fin de inmediato a los ataques terroristas, que deberían ser condenados por todos, y a las prácticas que los apoyan”, entre otros.
Este martes, además, compareció ante el Parlamento Europeo para abrir el debate sobre el “deterioro de la democracia en Israel y las consecuencias en los territorios ocupados”, en referencia a la escalada de la violencia entre israelíes y palestinos y la propuesta de reforma judicial.
Tensa conversación
Fue también el día en que Borrell y Cohen hablaron por teléfono. Ambos han reconocido la existencia de la llamada y sugerido que fue tensa. El jefe de la diplomacia israelí le acusó de “intentar interferir en los asuntos políticos internos” de Israel y de “comparar a las víctimas del terrorismo del lado israelí con los terroristas palestinos apoyados por la Autoridad Palestina”. Asimismo, consideró “desequilibrada” en favor de los palestinos la posición de los Veintisiete y le exhortó a “adoptar un enfoque diferente, basado en la moral y los valores”, según un comunicado difundido por el ministerio que da cuenta de la conversación.
“No estaba muy contento, le preocupaba, preguntó por qué el Parlamento Europeo interfiere en asuntos internos de Israel”, dijo Borrell a los eurodiputados sobre la conversación. El alto representante replicó a Cohen que fueron los grupos políticos de la Eurocámara los que fijaron el título y tema del debate, y que no se trataba de injerencia alguna. Además, le recordó “amistosamente” que es “normal” que los diputados estén preocupados por la situación en la región, que el Parlamento Europeo “puede discutir todo tema que considere importante” y que su deber es acudir cuando le llaman para que hable ante el pleno.
Borrell no visita Israel desde 2019, cuando fue designado al frente de la diplomacia comunitaria. El Gobierno israelí, también entonces liderado por Netanyahu, ya acogió su nombramiento con recelo. Lo consideraban proclive al reconocimiento unilateral de Palestina como Estado independiente y partidario del diálogo con Irán sobre su programa nuclear, con el que Israel se muestra muy crítico.
El tono mejoró entre mediados de 2021 y el pasado diciembre, cuando Israel estuvo gobernado por Naftali Bennett y, posteriormente, en el marco de un acuerdo rotatorio, por Yair Lapid, hoy jefe de la oposición tras perder las elecciones del pasado noviembre. Un mes antes de los comicios, con Lapid como primer ministro, el Consejo UE-Israel celebró su primera reunión desde 2012, en un gesto de revitalización de las relaciones. El simbolismo quedó deslucido por la decisión de Lapid de participar por videoconferencia, en vez de viajar a Bruselas. El pasado enero, además, Herzog pronunció un discurso ante el Parlamento Europeo. Pese a las trifulcas políticas, ambas partes mantienen una fluida relación y el pasado junio firmaron un acuerdo de suministro de gas influido por la guerra en Ucrania.
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