Flota sobre el entorno del Athletic una sensación de cierto revuelo. Una especie de calma chicha que bien podría ser la antesala de una tormenta con mayor o menor carga eléctrica. La Asamblea de Compromisarios aparece en el horizonte como algo más que una simple reunión anual de los socios rojiblancos nombrados al efecto.
Aitor Elizegi
y sus directivos se van a someter a la consideración del pueblo por primera vez desde que accedieron al sillón de Ibaigane. El tiempo vuelve a demostrar que una cosa es lo que se dice en el fragor de la batalla electoral y otra bien distinta lo que determina la dura y cruda realidad. Del slogan de los anteriores responsables del club en el sentido de ‘hacer, no decir’ se ha pasado a un ’decir que todavía queda por comprobar si se va a hacer o no”. La Asamblea, de partida, no va a durar los tres días que llegó a comentar hace meses el ahora máximo responsable del club bilbaíno. Los millones, por seguir con otro ejemplo, también siguen en el banco o al menos no están en el campo.
Hay quien ya ha dejado claro que más que el Athletic lo que les interesa y preocupa es quien esté al frente del Athletic. Habrá que esperar acontecimientos, por tanto, porque flota cierta inquietud sobre el ambiente. Y eso que la pelotita está entrando…
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