A la nieve con raquetas

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Disfrutar de la nieve sin colas, remontes, forfaits, multitudes… Más libertad y aire más puro que paseando con raquetas por el monte, imposible. En los tiempos que corren, hay pocos planes mejores para quienes quieren disfrutar de los paisajes nevados. Estas cinco rutas por las sierras de España se describen con pelos, señales y diversas variantes en el apartado de raquetas de nieve de la página web de excursiones al aire libre wikiloc.com. Se pueden hacer con o sin guía; en familia o en solitario.

Circuito El Ferial 

Navarra

Cada 13 de julio, en el puerto de la Piedra de San Martín, entre Francia y Navarra, se celebra el Tributo de las Tres Vacas, en el que los pastores franceses entregan tres cornudas a los del otro lado en pago por aprovechar sus pastos, cumpliendo una sentencia arbitral de 1375. Muy cerca del puerto, pero muy lejos de julio en el calendario, el circuito para raquetas de nieve El Ferial ofrece un itinerario precioso, fácil y bien marcado que discurre al pie del espectacular macizo kárstico de Larra, en el valle de Belagua. En el Centro de Esquí Nórdico Larra-Belagua —donde se pueden alquilar las raquetas y los bastones por 12 euros— arranca esta ruta circular, de 5,5 kilómetros y dos horas de duración, cuyo momento cumbre es cuando se corona el monte Utzigagna y se contemplan los picos de Anie, Arlas y Ori, puntiagudos como cuernos de vaca pirenaica. También existe la posibilidad de contratar una excursión guiada con raquetas de tres horas en la Escuela de Esquí Valle del Roncal (a partir de 15 euros).

Ibón de Estanés

Huesca

Otro camino sencillo con raquetas y con vistas al país vecino nos llevará, en un par de horas, al ibón de Estanés, ubicado en el valle de Canfranc, cerca de Candanchú y más cerca aún de la frontera con Francia. De hecho, el itinerario parte del aparcamiento de Sansanet, en territorio francés, siguiendo los letreros que dicen “Lac d’Estaens”. Subiendo por un hayedo encantador se pasa cerca de la cabaña Escouret, donde venden ricos quesos. Pero eso es en verano. En invierno hay que olvidarse del fromage y continuar la suave ascensión hasta llegar a la muga fronteriza, luego al puerto de Estanés y finalmente al ibón o lago glaciar del mismo nombre. Es una caminata clásica, con unas vistas que cortan el aliento y con tantas huellas en la nieve que es imposible perderse. Llegar al ibón de Estanés con un guía de Pixel Vertical o de Ojos Pirenaicos nos costará 40 euros, incluidas raquetas.

Hoya de la Mora-Borreguiles

Granada

Las raquetas empezaron a usarse en Asia Central hace 4.000 o 6.000 años y se extendieron paso a paso por Siberia hasta Norteamérica, donde los indios las usaban para perseguir ágilmente a los bisontes sobre la nieve. Muy lejos, en cualquier caso, del sur de la península Ibérica, donde paradójicamente se les saca bastante partido en la actualidad. En la estación de esquí granadina de Sierra Nevada, una ruta con raquetas sencilla, para hacer con toda la familia, es la que va de la Hoya de la Mora a la zona de Borreguiles. Comenzaremos a andar junto al Albergue Universitario (alberguesierranevada.com) y el Refugio Militar Capitán Cobo, subiendo por la misma loma donde yace, enterrada bajo la nieve, la carretera que zigzaguea hasta el pico Veleta. En una media hora se llega al monumento a la Virgen de las Nieves, desde donde se ve el antiguo Observatorio Astronómico del Mojón del Trigo, y a 20 kilómetros, al pie de la sierra, la ciudad de Granada. Hechas las fotografías de rigor, seguiremos otra hora por la pista de esquí de montaña que lleva sin pérdida a Borreguiles. Sierra Nevada Adventure & Ski organiza esta ruta de siete kilómetros (ida y vuelta) y tres horas de duración, con guía, raquetas y bastones, por 40 euros. 

Camino Schmid

Madrid-Segovia

Schmid fue el socio número 13 de la sociedad de alpinismo Peñalara, creada en 1913, y quien marcó en 1926 el famoso sendero que lleva su nombre, el cual rodea el macizo de Siete Picos por su vertiente norte, arropado por uno de los bosques más bellos de España: el pinar de Valsaín. Parte de este camino, entre el puerto de Navacerrada y el collado Ventoso, es una de las excursiones con raquetas más apetecibles y sencillas que hay, de solo cuatro kilómetros, prácticamente llana y bien señalizada con letreros y círculos amarillos pintados en los árboles. Una hora y media se tarda en llegar hasta el collado Ventoso, donde los pinos suelen estar tan cargados de nieve que las puntas de las ramas rozan el suelo. Desde allí se observa media sierra de Guadarrama —del valle de la Fuenfría a Las Machotas de El Escorial— y, justo encima, el sexto de los Siete Picos, de casi 2.100 metros de altura. Para subir a esta cumbre, con la mucha nieve que suele haber, hay que estar muy fuerte y muy seguro de lo que se hace. Si no, es mejor volver por el mismo camino. Gaia ofrece excursiones de cuatro horas para adultos por 22 euros y minirrutas para familias (niños, 10 euros; adultos, 20) que incluyen juegos en la nieve, además de raquetas, seguros y guías. Multiaventura Buendía organiza rutas de diversa dificultad por la zona, subiendo incluso a Siete Picos, para grupos de un mínimo de seis personas (precio: 29,50 euros).

Senda a Hoyo Sacro

Cantabria

La estación de esquí de Alto Campoo, en Brañavieja, es el punto de partida de una caminata con raquetas muy vistosa y muy sencilla, de 6,6 kilómetros (ida y vuelta) y unas dos horas de duración, siguiendo en todo momento las señales del sendero PR-S 82. Carteles, flechas, estacas y marcas de pintura blanca y amarilla guían sin extravío posible montaña arriba desde el arranque del telesilla del Cuchillón, subida que haremos con calma, parando de vez en cuando para admirar los picos más altos y bellos de Campoo: el Cuchillón, el Tres Mares, el Cornón…, todos de más de 2.100 metros. Donde pararemos más es en Hoyo Sacro, una preciosa pradera con una cabaña construida en 1958 por Luis García Guinea, enamorado de estas montañas, que está a poco más de un kilómetro en línea recta de la estación de esquí, pero rodeada por tan inmensas moles rocosas que es como si estuviera a 384.400 kilómetros, en la Luna. Más arriba, en la cabaña de Guzmerones, se disfruta de otra vista impresionante antes de dar media vuelta. Las raquetas se pueden alquilar en la misma estación por 16 euros. Cantabrian Way organiza rutas guiadas con raquetas en este y otros lugares de la región, como el valle del Saja y Liébana. También hacen salidas nocturnas aprovechando la luna llena.

 

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