Albacete y Zaragoza se repartieron un punto cada uno después de empatar sin goles en un duelo equilibrado en cuanto a ocasiones, pero en el que el equipo de casa mostró más pretensión por ganar que el visitante.
La victoria del cuadro zaragocista ante el Ibiza y la dolorosa derrota del conjunto manchego ante el Mirandés (4-2) hacían presagiar un duelo en el que los visitantes podían afrontar con más seguridad en sí mismos el envite.
Los primeros compases del encuentro arrojaron un tímido dominio del Zaragoza que no se tradujo en ocasiones, como sí lo hizo Fran Álvarez para el Albacete con un fuerte chut, a los doce minutos, que no terminó en gol porque Álvaro Ratón lo evitó con una mano providencial.
El mismo protagonista impidió el tanto manchego dos minutos más tarde, después de un tiro de Manu Fuster que tuvo que desviar a saque de esquina con una estirada complicada, porque el esférico botó justo delante del área pequeña.
De ahí hasta el final del primer periodo el equipo local amasó más posesión y buscó con más ahínco la portería del conjunto visitante, siendo muy incisivo por la banda diestra de Álvaro Rodríguez, quién no encontró rematador en todas sus internadas por ese costado.
En la segunda mitad, continuó el dominio albaceteño, aunque el cuadro de Fran Escribá arriesgó más en busca del triunfo y, en el minuto 59, Gueye dispuso de la mejor oportunidad de los suyos con un cabezazo que sacó Bernabé con apuros.
Aunque el conjunto local se aproximaba más al área contraria, la escuadra maña necesitaba poco para crear peligro, como sucedió en un disparo de media distancia de Larrazabal que blocó Bernabé sin problemas (minuto 68).
El Albacete dominó con claridad hasta el final del encuentro frente a un Zaragoza al que parecía valerle el empate porque sus jugadores ralentizaban los saques de banda e incluso los cambios, a pesar de tener solamente tres puntos de ventaja respecto a la zona de descenso.
Kawaya con un lanzamiento desde lejos, en el minuto 93, ofreció la última acción de peligro de un choque en el que el Albacete se mostró más ambicioso que un desconocido Zaragoza.