Angola garantiza que España será un socio preferente para las grandes obras en el país

El presidente de Angola, João Lourenço, acompaña a Pedro Sánchez en el Palacio Presidencial de Luanda, este jueves.
El presidente de Angola, João Lourenço, acompaña a Pedro Sánchez en el Palacio Presidencial de Luanda, este jueves.AMPE ROGERIO / EFE

La visita de Pedro Sánchez a Angola, dentro de una gira africana que lo llevará también a Senegal, ha conseguido ya un primer compromiso. El presidente del país, João Lourenço, ha garantizado ante Sánchez que España será socio preferente de su país en grandes obras y también en sus esfuerzos para diversificar una economía que depende en exceso del petróleo. Ambos mandatarios han establecido este jueves en Luanda acuerdos en sectores estratégicos de agua, industria, pesca o agricultura para la entrada de empresas españolas.

Acompañado por una delegación de empresarios españoles que buscan grandes contratos públicos en el país —pobre, pero con enormes recursos petroleros y gran necesidad de infraestructuras, una de las grandes especialidades españolas—, Sánchez ha tratado de contribuir a que se firmen los contratos, que esperaban con interés las empresas españolas, con una defensa del multilateralismo y ofreciendo un respaldo total al Gobierno de Angola, en manos del presidente Lourenço desde 2018. “Apostamos por el multilateralismo, la emergencia sanitaria ha dejado clara su importancia en todo el mundo. Apoyamos firmemente a la Unión Africana. Vemos con mucho interés el acuerdo de libre comercio africano que se firmó en enero”, ha señalado el presidente.

Un breve recorrido por las calles de Luanda, con sus cinco millones de habitantes —que, en su gran mayoría, viven en casas precarias— ha supuesto para la delegación que acompaña a Sánchez una rápida cura de humildad sobre los problemas que causa la pandemia global en un país con mucha más pobreza que España. El presidente viaja al país en su primera gira africana desde que llegó a La Moncloa y ha aprovechado la ocasión para recuperar uno de los discursos centrales de su mandato: la defensa del multilateralismo, la cooperación internacional, la unidad y la solidaridad frente al proteccionismo.

En Luanda se pasa en poco tiempo de los hoteles y tiendas de lujo del centro, o de un espectacular palacio presidencial con piscinas frente el Atlántico, a vertederos donde viven miles de personas. Esa desigualdad ha impresionado a la delegación española, en la que estaba la ministra de Industria, Reyes Maroto, y el responsable de la oficina económica del presidente, Manuel de la Rocha. Sánchez ha insistido en que la pandemia puede suponer “una oportunidad” para aprender las lecciones de unidad que ha dejado y para “reconstruir los países de manera más sostenible, equitativa, justa, inclusiva y resiliente”.

Última visita oficial a Angola

Sánchez ha recordado en Luanda que el último presidente español que visitó Angola fue Felipe González en 1991. Mariano Rajoy suspendió a última hora en 2018 una cita ya prevista por la detención en Alemania del expresident Carles Puigdemont y ahora el líder socialista ha querido hacer la visita a pesar de las limitaciones del covid. La Moncloa explica que el viaje a Angola y Senegal se ha podido organizar porque estos países tienen índices de contagio muy bajos, al contrario que Marruecos, donde se canceló recientemente una cumbre ya organizada. Sánchez confía en que la vacuna, que ahora se está poniendo prácticamente en exclusiva en los países más ricos del mundo, pueda extenderse a todo el planeta y llegar también a Angola, donde ha entrado con cuentagotas. Sin entrar en la polémica sobre las patentes, el primer ministro español y el presidente angoleño apoyaron la posibilidad que en el futuro se logre “un acceso universal a la vacuna”.

Aunque el contenido de la visita a Angola sea netamente económico, Sánchez también ha aprovechado para visitar Don Bosco, una escuela dirigida por salesianos españoles en el barrio de Lixeira (”basurero”, en portugués), uno de los más pobres de Luanda, para comprobar en persona el trabajo de este colectivo, que educa a 6.000 niños que viven en chabolas. Sánchez ha tenido allí un baño de masas con los niños del colegio, que le han rodeado para hacerse fotos con él.

La crisis del covid ha golpeado especialmente a estos barrios, que viven de la economía informal y han sufrido especialmente las restricciones de los momentos más duros de la pandemia.

Desde 2002, cuando acabó la guerra civil angoleña tras la muerte del líder del movimiento armado y partido político UNITA, Jonas Savimbi, y hasta 2014, la economía de Angola experimentó crecimientos ininterrumpidos del 8% al año. Así lo ha recordado el presidente Lourenço ante Sánchez. Sin embargo, en los últimos años el país ha acusado la caída del precio del petróleo. Ahora, cuando ese valor se recupera, el país ofrece oportunidades para grandes empresas españolas. Sánchez ha reiterado que su Gobierno apuesta por África, un continente en el que España ha perdido mucho peso en los últimos años. Esa apuesta explica, ha señalado el presidente, que, en plena crisis del covid, cuando España discute sobre la vacunación y la salida del estado de alarma, él haya decidido retomar su agenda internacional con un viaje al África subsahariana.


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