Así es Belchatow, la enorme central polaca de carbón que más CO₂ emite en la UE

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La instalación que emite más gases causantes del cambio climático de toda la Unión Europea está a 170 kilómetros de Varsovia, en el centro de Polonia. Propiedad de la compañía Polska Grupa Energetyczna (PGE), se trata de la central eléctrica de carbón de Belchatow, que ella sola genera 33 millones de toneladas de CO₂ al año, tantas como las de un país entero como Dinamarca. Al aproximarse uno a esta gigantesca central polaca llaman la atención sus dos enormes chimeneas de 300 metros de altura y sus siete grandes torres de refrigeración. Luego, ya dentro del recinto, destacan las montañas de carbón que llegan a la planta a través de largas cintas transportadoras desde dos minas a cielo abierto cercanas, una a punto de agotarse y otra que se calcula que tiene todavía mineral para 17 años más. ’’Contamos con una licencia que nos permite explotar el carbón hasta 2038″, explica Sandra Apanasionek, portavoz de la central de Belchatow, que asegura que ese es el año que estiman para el final del uso de este mineral en Polonia, aunque todavía no hay ninguna fecha decidida en este país.


Central eléctrica

de Belchatow

Cintas transportadoras

de mineral

Minas de carbón

a cielo abierto

activas

La planta de energía opera desde 1981 y tiene una potencia de 5.294 megavatios. El combustible principal es lignito y es la mayor de Europa en su género. También en emisión de dióxido de carbono: 32,7 millones de toneladas en 2019.

Central eléctrica

de Belchatow

Siete torres de

refrigeración

En 2012, se construyó la unidad número 13, con una potencia 858 MW y una eficiencia de un 42%.

12 unidades de 320 MW cada una, que fueron mejoradas hasta alcanzar entre 370 y 394 MW. La eficiencia actual es de un 38%.

Fuente: PGE, NS Energy y OSM.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

Central eléctrica

de Belchatow

Cintas transportadoras

de mineral

Minas de carbón

a cielo abierto

activas

La planta de energía opera desde 1981 y tiene una potencia de 5.294 megavatios. El combustible principal es lignito y es la mayor de Europa en su género. También en emisión de dióxido de carbono: 32,7 millones de toneladas en 2019.

Central eléctrica

de Belchatow

Siete torres de

refrigeración

En 2012, se construyó la unidad número 13, con una potencia 858 MW y una eficiencia de un 42%.

12 unidades de 320 MW cada una, que fueron mejoradas hasta alcanzar entre 370 y 394 MW. La eficiencia actual es de un 38%.

Fuente: PGE, NS Energy y OSM.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

Central eléctrica

de Belchatow

Cintas

transportadoras

de mineral

Nueve kilómetros

hasta la central

20 kilómetros

hasta la central

Minas de carbón

a cielo abierto

activas

La planta de energía opera desde 1981 y tiene una potencia de 5.294 megavatios. El combustible principal es lignito y es la mayor de Europa en su género. También en emisión de dióxido de carbono: 32,7 millones de toneladas en 2019.

Central eléctrica

de Belchatow

Siete torres de

refrigeración

En 2012, se construyó la unidad número 13, con una potencia 858 MW y una eficiencia de un 42%.

12 unidades de 320 MW cada una, que fueron mejoradas hasta alcanzar entre 370 y 394 MW. La eficiencia actual es de un 38%.

Fuente: PGE, NS Energy y OSM.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

Central eléctrica

de Belchatow

Cintas

transportadoras

de mineral

Nueve kilómetros

hasta la central

20 kilómetros

hasta la central

Minas de carbón

a cielo abierto

activas

La planta de energía opera desde 1981 y tiene una potencia de 5.294 megavatios. El combustible principal es lignito y es la mayor de Europa en su género. También en emisión de dióxido de carbono: 32,7 millones de toneladas en 2019.

Central eléctrica

de Belchatow

Siete torres de

refrigeración

En 2012, se construyó la unidad número 13, con una potencia 858 MW y una eficiencia de un 42%.

12 unidades de 320 MW cada una, que fueron mejoradas hasta alcanzar entre 370 y 394 MW. La eficiencia actual es de un 38%.

Fuente: PGE, NS Energy y OSM.

NACHO CATALÁN / EL PAÍS

Un total de 20 grandes compañías son responsables de un tercio (33%) de las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen en Europa. Lo revelan los datos del último año en que las empresas han funcionado a pleno ritmo, 2019, y que permiten ver el detalle de cada industria de la Unión Europea. El gigante energético alemán RWE, la sueca Vettenfall y la compañía propietaria de la planta polaca Belchatow (PGE) ocupan las primeras posiciones de un ranking en el que aparecen también la siderúrgica ArcelorMittal o la española Endesa y su matriz italiana, Enel.

Excavadora gigante que extrae el carbón que luego se quema en Belchatow, en una mina a cielo abierto ubicada junto a la central. BELCHATOW/PGE

El Régimen del Comercio de Emisiones europeo (ETS, por sus siglas en inglés) obliga a las empresas que operan en el continente a notificar los gases de efecto invernadero que generan de forma anual. Cada establecimiento tiene que cumplir con un cupo de emisiones y reducirlas o comprar derechos de emisión si necesita emitir más. Esto permite monitorear, gracias a las bases de datos que la Comisión Europea publica, cuánto ha emitido cada fábrica y cada empresa.

EL PAÍS, en colaboración con los medios del proyecto SONAR EUROPE, ha reconstruido la propiedad de cada uno de los ‘grandes emisores’, establecimientos que producen más del 70% de las emisiones de cada país, la mayoría de ellos dedicados a la producción de energía. La quema de combustibles fósiles (como el carbón, el petróleo o el gas) representa 6 de cada 10 toneladas de CO₂ que se emiten en Europa anualmente. Las aerolíneas, aupadas por el aumento de viajeros de los últimos años (hasta el estallido de la pandemia), son la quinta industria que más contamina de la UE.

Conocer esta información en detalle es útil para ver lo que están haciendo las grandes compañías para cumplir los objetivos de reducción, pues la UE se ha comprometido a recortar sus emisiones en un 55% en 2030 (respecto al nivel de 1990). En 2019 las emisiones europeas mantuvieron su tendencia decreciente, con una disminución del 9,1% con respecto al año anterior. Desde comienzo de los años 90 lo han hecho un 23%, un ritmo que, como avisaba la Comisión Europea, es demasiado lento para poder alcanzar el objetivo previsto.

El aspecto positivo es que la mayor disminución de emisiones se produce en el sector que más emite, el de las plantas de quema de combustibles fósiles (un 13% menos en el último año). Endesa, la única española que aparece entre las 20 más contaminantes, destaca por la descarbonización llevada a cabo con respecto al año anterior, cuando emitía un 46% más y se encontraba entre los 10 mayores contaminantes. Entre las otras grandes empresas con sede en España, Naturgy las redujo un 32%, mientras que Iberdrola las aumentó un 18%. Destacan también Cemex, ArcelorMittal y las petroleras Cepsa y Repsol, ambas con un aumento de las emisiones en el último año.

Las centrales más contaminantes de Europa

Gran parte de la evolución a la baja a nivel europeo se debe a los datos de las 30 instalaciones que producen la mayor parte de gases de efecto invernadero. Desde grandes centrales energéticas hasta refinerías de petróleo, estas 30 plantas son responsables de aproximadamente un 20% de las emisiones registradas en 2019. La que más emitió fue la gigantesca central de Belchatow, que lleva varios años liderando el listado de las más contaminantes.

Aquí la transición energética va a otro ritmo. ’’Es un cambio que necesita tiempo porque Polonia tiene un clima complicado sin suficientes días soleados. De momento, la energía convencional da seguridad a 11 millones de hogares polacos’’, afirma Apanasionek, portavoz de esta central que lleva funcionando 39 años en Polonia, uno de los países europeos más dependientes del carbón. Aleksandra Gawlikowska-Fyk, experta en energía del instituto Forum Energii, defiende que conseguir los más de 5.000 MW de potencia de Belchatow solo con fuentes renovables es un reto inasumible para la actual situación polaca. Según señala, tanto el Gobierno de este país como la compañía PGE están barajando la posibilidad de complementar esta instalación de carbón con energía nuclear y gas.

Anna Meres, de Greenpeace, asegura que Polonia no ha fijado una fecha concreta para abandonar definitivamente el carbón, hecho que va en detrimento de las zonas mineras que ven bloqueados los Fondos de la Transición Justa. ‘‘Para evitar el aumento de la temperatura a 1,5 grados respecto a la época preindustrial, Polonia debe dejar el carbón a más tardar en 2030′’, añade. Según los datos de Eurostat, Polonia no cumplió su compromiso de incorporar el 15% de fuentes renovables en el mix energético en el consumo final bruto para 2020. Meres explica que este objetivo no se cumple por la escasa presencia de normativas que puedan impulsar estas tecnologías limpias para generar energía.

Por su parte, la propietaria de Belchatow, PGE, intenta reinventarse dados los cada vez más altos costes del carbón: por un lado, en 2034 espera contar con 340 hectáreas para el desarrollo de parques eólicos y fotovoltaicos; por otro, en su estrategia ya no contempla la construcción de una gran mina a cielo abierto en Zloczew —a 50 kilómetros de la central—, como preveía en 2016. Asimismo, Apanasionek cuenta que tras una inversión de 9.000 millones de zloty (2.000 millones de euros), la instalación ha conseguido reducir un 93% sus emisiones de dióxido de azufre, un 55% los compuestos de nitrógeno y un 98% las partículas en suspensión.

“Tenemos miedo a que PGE abandone sus planes y nos deje tirados. La gente de la ciudad se siente seducida por la prosperidad que el carbón ha traído a otras regiones de Polonia”, afirma Dominik Drzazga, alcalde de la ciudad de Zloczew. En Belchatow, Jolanta (nombre ficticio) también se ve perjudicada: ’’Mi hijo ha empezado a trabajar en la central este año. Si la mina no sigue adelante, nos quedaremos sin nada”, se lamenta. Algunos como Ryszard Frys, del sindicato Solidarnosc, aún se aferran incluso a la idea de que se abra una nueva mina a cielo abierto para alargar la actividad de la central. Aunque, por si acaso, este también reivindica que el 25% de los trabajadores tengan un empleo garantizado cuando las renovables irrumpan con fuerza en la central.

Centrales en Alemania y Asturias

En la lista de instalaciones físicas más contaminantes siguen cinco grandes centrales situadas en el este y en el oeste Alemania, que emiten el 25% de los gases de efecto invernadero del país. Y en España, la central térmica de Aboño, en Asturias, entre los municipios de Gijón y Carreño. La gestiona EDP (el mayor grupo eléctrico de Portugal) y representa el 4% de todas las emisiones que declaró España en 2019.

La nacionalidad de estas instalaciones sitúan a Alemania y Polonia como los países que más gases contaminantes produjeron en 2019. El primero es el país con más población del continente y también el que más subvenciones indirectas (en forma de subsidios y recortes fiscales) ofrece a las empresas contaminantes para mantener su actividad. Polonia es el sexto en población y el mayor productor de carbón de la UE: el 80% de su energía depende de este material.

España es el quinto país que más emite y su disminución en el último año ha sido del 13%, empujada sobre todo por la reducción en la quema de combustibles fósiles, un 20% menos.

Pero para alcanzar los objetivos, esos porcentajes de ‘descarbonización’ tienen que llegar a otros sectores, explica Fernando Prieto, especialista del Observatorio de Sostenibilidad: “El sector del transporte y determinados sectores industriales como el petrolero son probablemente el principal obstáculo”, detalla. “No existe todavía tecnología de uso masivo para el transporte que no necesite usar el petróleo (el coche eléctrico, con sus infraestructuras de recarga y un requerimiento de materiales muy alto, tardará en expandirse más)”.

El peso de la aviación

Un sector que lleva un recuento aparte es la aviación. En su conjunto, las actividades de las compañías aéreas con sede en los países europeos representan el sexto grupo más contaminante y sus emisiones en conjunto han aumentado un 50% desde 2012. Representan un 4% del total de gases de efecto invernadero del viejo continente, más que la producción de productos químicos básicos o de la producción de aluminio. Las dos aerolíneas de bajo coste más conocidas, Ryanair y EasyJet, son las que más emitieron en todo el año. Si se comparara la compañía irlandesa con las instalaciones físicas mencionadas arriba, sus emisiones la situarían como la novena que más emite. Iberia (incluyendo Iberia Express) ocupa la mitad de la tabla.

El total de las emisiones del sector superó con creces el límite establecido para 2019. Por eso, las operadoras han tenido que comprar créditos de emisión del resto de sectores para poder cumplir sus objetivos.

Este artículo es parte de SONAR EUROPE, un proyecto de Gazeta Wyborcza, Le Figaro, Le Sori y EL PAÍS para contar Europa a través de los datos.

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